viernes, 12 de junio de 2015

HISTORIA POLÍTICA siglo XVIII (2da. parte)

Soldados, raciones y paja

Tanto en tiempos de guerra como en épocas de paz Mendavia fue punto de paso de soldados. En alguna ocasión custodiaban un preso. Iban en dirección a Pamplona, Logroño o Tudela. El pueblo gastaba para los soldados raciones de pan, vino, aceite y trigo, o ayudaba con caballerías para el traslado de los equipajes. Además suplía paja para el mantenimiento de los caballos. Se mencionan a su paso por el pueblo los Regimientos de la Reina, de Navarra, de Andalucía y los de Burgos y Pavía (años 1708, 1721, 1725 y 1739). En cierto momento se solicita que se desvíen hacia otro lugar, pues en la villa no hay recursos para atenderlos. Sin embargo, el Regimiento pasó, sólo que en esa ocasión una vecina de Estella se encargó de pagar las raciones (1725).
A veces las raciones son para los propios soldados-labradores de Mendavia. En 1706, en medio de protestas y de persecución de desertores, se enviaron hombres mendavieses, caballerías y armas en defensa del rey.
En el punto más crítico de la Guerra de Sucesión, en diciembre de 1709, todos los vecinos fueron a Pamplona al servicio del rey Felipe, contra los invasores europeos. Éstos optaron por la retirada.
En el año 1733 fueron detenidos y apresados en Mendavia unos soldados (posiblemente desertores) por orden real. En ellos y su vigilancia la villa aportó sus recursos propios.
El pueblo siguió gastando en algunas raciones para los soldados a lo largo de todo el siglo. Pasaban regimientos con soldados y caballos a los que se atendía normalmente con cereal. Transitaron por la villa el Regimiento de Dragones de Villaviciosa (1766), el Regimiento de Infantería de Galicia, en resguardo de 104 reclutas en dirección a Zaragoza (1768), un soldado del Regimiento del Príncipe (1769), el Regimiento de Numancia y Mallorca (1786) y el Regimiento de Dragones de Numancia (1787).
De 1791 a 1797 pasaron varios regimientos de soldados a quienes se entregaron raciones. Se mencionan específicamente el Regimiento de Infantería Inmemorial del Rey (1791), el Regimiento de la Princesa, los Dragones de Villaviciosa (1796), el  Regimiento de Montesa y los Dragones del Rey (1797). A veces se trata de unos pocos soldados.
En 1794 pasa la 2ª Compañía del segundo Batallón de voluntarios de Navarra, y solicitan alimentos para varios desertores que conducían a Pamplona. Los tales voluntarios no debían serlo tanto cuando se muestra a las claras el fenómeno de la deserción. Con ocasión de la guerra de Convención requirieron las armas de la villa y hubo de ir más tarde el alcalde a recuperarlas a Pamplona (1795).
La deserción se consideraba como falta contra la fe y era juzgada por la Inquisición. El Tribunal de la Inquisición de Logroño (s. XVIII) conserva una alegación fiscal del proceso de fe de José del Castillo, desertor de varios regimientos, y originario de Mendavia.

Vicarios parroquiales y beneficiados

El cabildo parroquial continuó manteniendo su estructura y composición al menos hasta la segunda mitad del siglo XIX; lo formaban generalmente un Vicario, seis beneficiados y un presbítero de medio beneficio. Uno de ellos lo proponía el Abad de Irache. El resto eran de la villa. Los propietarios de casas vecinales en Mendavia tenían derecho a voto en el concejo para elegir vicario. Los organistas de la parroquia eran seglares contratados. La vicaría y el cabildo beneficial, como tantas instituciones de la época, sufrieron las consecuencias de la crisis del siglo XIX.
Agrupados en torno a los vicarios elegidos componiendo el Cabildo Ecelsiástico es posible reconstruir la siguiente cronología de vicarios beneficiados:
1593: Vicario: Fernando Díaz de Baquedano
Beneficiados: Pedro de Lodosa (1576), Joan Pérez (en 1597), Sebastián Pérez  (1617-1631, quien es también mayordomo del Cabildo Eclesiástico).
1631-52: Miguel Ximénez de Leorin, bendice la campana grande. Miguel Ximénez de Leorin era natural de Morentin (1646-1647). Único que presenta oposiciones a la vicaría de San Cernín en el siglo XVII de quien consta que ignoraba el vascuence, razón por la que fue impugnado el nombramiento. Acabó renunciando en favor de su opositor Juan de Arregui (Jimeno Jurío lo refiere en un estudio significativo).
Beneficiados: Miguel de Goñi, Pedro Martínez, Juan de Arando y Sebastián Pérez (mueren en 1631), Juan de Arlucea (muere en 1643), Fausto Liñán (1673).
1694-1720: Beremundo de Arteaga y Dicastillo
Recibe 183 reales por las misas votivas que se celebraron en 1706 por la salud de Su Majestad y para que le diese victoria contra sus enemigos. Recibe 70 robos de trigo anuales por administrar los Sacramentos.
Beremundo fue un beneficiado, natural de Arbeiza, que llegó en 1676 a Zufía para tomar posesión de un beneficio en la parroquia de San Miguel. Entre sus papeles llevaba las bulas concedidas por el santo padre Clemente X y confirmadas por el obispo de Pamplona don fray Pedro Roche: “Viendo que en Veremundo concurren las cualidades necesarias para ser aprobado y que está legítimamente ordenado de menores órdenes, le hacemos colación y canónica institución del beneficio referido en dichas bulas, por imposición de un bonete sobre su cabeza. Por eso le damos el título para que pueda gozar de dicho cargo durante los días de su vida, percibiendo todos los frutos y rentas sin descuento alguno y le guarden y hagan guardar los honores y preeminencias que le son debidos”. Existía un ritual para la toma de posesión del beneficio, y a él se atuvieron. Veremundo de Arteaga acabó sus días en Mendavia, donde fue vicario desde abril de 1687 hasta el 30 de agosto de 1720, día en que murió. Su cuerpo fue llevado para ser enterrado en Arbeiza, su pueblo natal.
Beneficiados: Bonifacio Merino (1702), Lucas Bazán (1704-1712), Bernardo Assin (1719),
Francisco Ayala (1693, mayordomo)
1706: Juan de Arteaga Dicastillo
Lo nombraron obispo de Oviedo, por poco tiempo (del 11 de abril de 1707 al 17 de septiembre de 1707).
1730:  Diego Fermín Solano
Beneficiados: Miguel de Irigoien (1735, primiciero), Luis Iraízoz  (en 1744 recibe 28 robos de trigo por la renta de la tierra del Beneficio).
1745-1752: José Solano Velasco
Realizó obras del encajonado de la iglesia, capilla y sacristía; adquirió algunas alhajas; pasó a ser vicario de Sesma y donó un retablo en 1752.
Beneficiados: Miguel de Irigoien, Juan José de Azanza (1745-1754), José Antonio Rodríguez Escudero (1745-1757), Miguel Ángel Sagredo (1745-1752).
1752-1781: Miguel Ignacio Echalecu
Colocó y limpió un nuevo retablo. Recibía 70 robos de trigo anuales por administrar los Sacramentos. La vicaría tenía un benefico anexo de 250 pesos. En esos años existen en el pueblo seis beneficios enteros más (servidos, de 200 pesos, y no servidos, de 70), y uno medio. El abad de Irache los provee. Los beneficiados los propone libremente la villa, excepto uno de ellos que lo determina el abad, y lo  llaman beneficio de mensa (Libro del obispado de Pamplona, 1753).
En estos años el cabildo eclesiástico lo componen sucesivamente Miguel Ángel Sagredo (1745-1752), Francisco de Echaur (muere en 1753), Juan José de Azanza (1745-1754), José Antonio Rodríguez Escudero (1745-1757), Pedro Herce (medio beneficiado, o de media ración), Ramón Carasa (muere en 1781), Juan Antonio Zalduendo (1780), Lino Ordóñez, Joaquín Irigoyen y Miguel Ángel Pascual (medio beneficio, 1776).
1788: Juan Agustín Sagredo
Vicario interino por muerte de Miguel Ignacio Echalecu, vicario en propiedad. Revisa libros de tazmías en 1789, y pide 7 robos y almud y medio de trigo, por la renta de la pieza del Hospital.
1790-1818: Ramón de Sádaba
Bendice el cementerio nuevo (1807). Muere repentinamente el 20 de octubre de 1818.
Beneficiados: Gonzalo Liñán, Joaquín Belunza (1791, compra el mosto de la primicia).
De entre los beneficiados, no faltaron ganaderos y mesteros, sobre todo entre los nacidos en Mendavia, que solían ser mayoría al tener el "derecho de pila" para su elección. Sebastián Pérez (1631), Lucas Bazán (1704), Ramón de Sádaba (1790-1795) y Gonzalo Liñán (1792), entre otros, son nombrados como Beneficiados y mesteros. Ramón de Sádaba aparece recibiendo 182 reales por 14 corderos para el pique de la carnicería (1795).

Escribanos

Los escribanos cumplen un importante papel en esta sociedad. He aquí una lista de los de Mendavia durante los siglos XVII y XVIII, con su fecha del cargo:

COLOMO Juan
1587-1611
MARTÍNEZ Miguel
1589-1606
PEREZ Pedro
1606-1617
COLOMO LAINEZ Juan
1612-1641
GUERRERO Valentín
1618-1653
VERGUILLA MENDOZA Pedro
1640-1669
GARCIA Juan de
1670-1680
CARASA Pedro
1689-1708
NAVARRO ACEDO José
1719-1775
IBARRA Juan Bautista
1719-1775
MARQUINEZ Fausto
1732-1764
NAVARRO Gregorio
1741-1747
RAMÍREZ DE ORISOAIN Manuel Antonio
1765-1778


Abogados de Mendavia

Existen documentos con el nombre de algunos abogados de Mendavia: Ramón Ibarra Remirez Rivera Lopez de Araujo  (1746); Joaquín Irigoyen Remírez Ganuza López de Araujo  (1763), primo del anterior; y Tiburcio Urbiola Martínez Miguel Labeaga (1829).

Estudiantes de teología

Se conservan también en los archivos de Alcalá y Pamplona cierta información de los Estudiantes de teología mendavieses: Asiento de grado de Licenciado en Teología por la Universidad de Alcalá (1753) de Manuel Ordóñez Monreal, natural de Mendavia (Navarra); Certificación de estudios en la Universidad de Alcalá (1780) de Tiburcio Ordóñez, natural de Mendavia; Lucas Jiménez (1759), natural de Mendavía, solicita al obispado de Pamplona que se le vuelva a admitir a examen.

Caballeros de la Orden de Santiago

Otros mendavieses consiguen hacerse miembros de la Orden de Caballeros de Santiago. Se conserva el documento de Fermín de Carasa Yrurzun. Era nieto de Pedro Carasa, escribano y alcalde en 1701. Firma Ibarra, alcalde en 1762, cuando lo nombran caballero. 



Familias en los cabildos civiles y eclesiásticos. La unión de poderes.

El poder político y religioso se expresa en los dos cabildos: civil y eclesiástico. Es de hacer notar la presencia de un grupo de siete familias que concentran su presencia en ambos cabildos a lo largo del siglo XVIII.
La familia Lodosa cuenta con cuatro miembros: Pedro Antonio Matías Lodosa (alcalde, 1745); Francisco Lodosa (alcalde 1753, 1755);  Antonio Lodosa (alcalde, 1764, 1781); Matheo Lodosa (regidor, 1756-1800). Su antepasado Pedro de Lodosa, había sido Beneficiado en 1576.
La familia Carasa, emparentada con los Lodosa, sitúa a tres: el beneficiado Ramón Carasa (1752-1781); y los alcaldes Pedro Carasa (1701) y Manuel Carasa (1722). Este Pedro Carasa fue además escribano desde 1689 hasta 1708. Los padres de Pedro eran Bartolome Carasa y María Roldán. Pedro se casó el 29 de diciembre de 1675, en Mendavia, con Maria Lodosa Cenzano, nacida el 27 de febrero 1655. Los padres de María eran Antonio Lodosa de la Fuente  y María Cenzano. Una de las hijas de Pedro fue María Carasa Lodosa, nacida en 1690. Juan y María Carasa tenían olivares. Fermín de Carasa, nieto de Pedro Carasa, será nombrado Caballero de la Orden de Santiago en 1762.
La familia Ordóñez tiene tres alcaldes: Diego Ordóñez Barrón (1724, 1742), Ramón Ordóñez (1768-69, 1771-73) y Antonio Ordóñez (1793, 1805). Se agrega el regidor Joseph Ordóñez (1780, 1752) y el beneficiado Lino Ordóñez (1752-1781). Manuel y Tiburcio Ordóñez estudiaron Teología en Alcalá.
La familia Liñán, emparentada con los Ordóñez, contaba con un antecesor beneficiado y propietario de viñas en el siglo XVII: Fausto Liñán (1631-1673). Liñán y Sada fue alcalde (1732). Gonzalo Liñán fue otro beneficiado (1790-1818).
La familia Irigoyen asienta a dos beneficiados en el cabildo eclesiástico: Miguel de Irigoien (1730-1752), Joaquín Irigoyen (1752-1781), en lo que parece establecerse un principio de sucesión en el beneficio. Tres más pertenecen al civil: Mathías de Irigoien (alcalde, 1766); Joseph Alonso e Yrigoien (regidor, 1771); y Domingo Irigoyen (regidor, 1746-1747). Joaquín Irigoyen fue abogado (1763).
La familia Sagredo cuenta con un Vicario: Juan Agustín Sagredo (1788); dos beneficiados: Agustín Sagredo (1724-1745) y Miguel Ángel Sagredo (1745-1752); y cuatro regidores Benito Sagredo (1726, 1752), Santiago Sagredo (1744), Sebastián Sagredo (1755) e Ignacio Sagredo (1766-1781). Su antepasado Juan Sagredo dejó dos fundaciones en 1700. Fueron propietarios de viñas y productores de vino.
La familia Sádaba sitúa un vicario Ramón de Sádaba (1790-1818) y tres regidores Esteban de Sádaba (1746-1752), Basilio de Sádaba (1755, 1782) y Fernando Sádaba (1761).

De las asambleas de vecinos a las Juntas de Veintena

Los tres Estados de las Cortes de Navarra de 1780 dijeron… “que las villas de Villafranca, Milagro, Uxue, Lerín, Sada y Ablitas hicieron presentes los graves daños y perjuicios que resultan de que sus negocios se determinen en Concejo abierto como tienen costumbre porque, por los alborotos que regularmente suceden, no se vota en libertad, se falta al respeto que se debe a las personas de gobierno y por ser el numero de la gente popular quedan sin efecto las resoluciones de los mas instruidos y que con mas conocimiento atienden a la convivencia y utilidad de las mismas Repúblicas, y que para ocurrir a estos y otros inconvenientes seria bien que en dichas villas las juntas de Concejo se redugesen a veintenas como se estableció para otras ciudades y villas”.
Esta ley de 1780 es una conquista de las clases acomodadas que ya estaban instaladas en los cargos de alcaldes y regidores. Desde ese momento las clases acomodadas de los pueblos navarros estarán en las Juntas de Veintena. Así se abolió la asamblea o concejo abierto de vecinos y sus atribuciones fueron asumidas por ley por una Junta de Veintena. La Junta de Veintena es algo que perduró hasta tiempos recientes en las poblaciones de Navarra con más de 500 habitantes.
El 17 de Mayo de 1798 ya se realizó una Junta de Veintena. En esa ocasión determinaron vender una porción de tierra sobrante en el término de la Lomba. A partir de este final de siglo esta Junta de “notables” en el pueblo se hizo cargo de las decisiones políticas y económicas de gobierno local, que hasta entonces había estado al cargo de “los vecinos” en asamblea.
De esta época datan algunas casas señoriales situadas en la Villa, la Plaza y la calle La Virgen, de Mendavia. En el caso de los propietarios originales de esas casas se puede deducir  su posición económica preeminente en el pueblo.

Denuncias y audiencias

La denuncias ante el alcalde ofrecen informaciones sobre los modos de las audiencias locales. Comparece el acusado, presta juramento en la vara del alcalde; el Alcalde pronuncia la sentencia. Cuando se trata de tasar bienes el Alcalde llama a los entendidos del oficio: músicos, herreros…. Para confirmar informaciones se buscan testigos. Es un sistema que protección entre gremios. Los jornaleros tienen todas las de perder si no pertenecen a ningún gremio. Con frecuencia las demandas se culminan reponiendo bienes o dinero. En cierta ocasión indica el alcalde la posiblidad de apelar ante otros tribunales.

Informan también del sistema comercial del momento, a medias trueque, a medias monetario (dos pintas de vino por unos barzones, dos pesetas por una espadilla). Pero se va pasando a un sistema principalmente monetario. Los contratos dejan de pagarse en especies (trigo u otros) y aparecen las monedas con casi exclusividad comercial.

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