Soldados, raciones y paja
Tanto en tiempos
de guerra como en épocas de paz Mendavia fue punto de paso de soldados. En
alguna ocasión custodiaban un preso. Iban en dirección a Pamplona, Logroño o
Tudela. El pueblo gastaba para los soldados raciones de pan, vino, aceite y
trigo, o ayudaba con caballerías para el traslado de los equipajes. Además
suplía paja para el mantenimiento de los caballos. Se mencionan a su paso por
el pueblo los Regimientos de la Reina, de Navarra, de Andalucía y los de Burgos
y Pavía (años 1708, 1721, 1725 y 1739). En cierto momento se solicita que se
desvíen hacia otro lugar, pues en la villa no hay recursos para atenderlos. Sin
embargo, el Regimiento pasó, sólo que en esa ocasión una vecina de Estella se
encargó de pagar las raciones (1725).
A veces las
raciones son para los propios soldados-labradores de Mendavia. En 1706, en
medio de protestas y de persecución de desertores, se enviaron hombres
mendavieses, caballerías y armas en defensa del rey.
En el punto más
crítico de la Guerra de Sucesión, en diciembre de 1709, todos los vecinos
fueron a Pamplona al servicio del rey Felipe, contra los invasores europeos.
Éstos optaron por la retirada.
En el año 1733
fueron detenidos y apresados en Mendavia unos soldados (posiblemente
desertores) por orden real. En ellos y su vigilancia la villa aportó sus
recursos propios.
El pueblo siguió gastando en algunas
raciones para los soldados a lo largo de todo el siglo. Pasaban regimientos con
soldados y caballos a los que se atendía normalmente con cereal. Transitaron
por la villa el Regimiento de Dragones de Villaviciosa (1766), el Regimiento de
Infantería de Galicia, en resguardo de 104 reclutas en dirección a Zaragoza
(1768), un soldado del Regimiento del Príncipe (1769), el Regimiento de
Numancia y Mallorca (1786) y el Regimiento de Dragones de Numancia (1787).
De 1791 a 1797 pasaron varios
regimientos de soldados a quienes se entregaron raciones. Se mencionan
específicamente el Regimiento de Infantería Inmemorial del Rey (1791), el
Regimiento de la Princesa, los Dragones de Villaviciosa (1796), el Regimiento de Montesa y los Dragones del Rey
(1797). A veces se trata de unos pocos soldados.
En 1794 pasa la 2ª Compañía del segundo
Batallón de voluntarios de Navarra, y solicitan alimentos para varios
desertores que conducían a Pamplona. Los tales voluntarios no debían serlo
tanto cuando se muestra a las claras el fenómeno de la deserción. Con ocasión
de la guerra de Convención requirieron las armas de la villa y hubo de ir más
tarde el alcalde a recuperarlas a Pamplona (1795).
La deserción se consideraba como falta
contra la fe y era juzgada por la Inquisición. El Tribunal de la Inquisición de
Logroño (s. XVIII) conserva una alegación fiscal del proceso de fe de José del
Castillo, desertor de varios regimientos, y originario de Mendavia.
Vicarios parroquiales y beneficiados
El cabildo parroquial continuó
manteniendo su estructura y composición al menos hasta la segunda mitad del
siglo XIX; lo formaban generalmente un Vicario, seis beneficiados y un
presbítero de medio beneficio. Uno de ellos lo proponía el Abad de Irache. El resto
eran de la villa. Los propietarios de casas vecinales en Mendavia tenían
derecho a voto en el concejo para elegir vicario. Los organistas de la
parroquia eran seglares contratados. La vicaría y el cabildo beneficial, como
tantas instituciones de la época, sufrieron las consecuencias de la crisis del
siglo XIX.
Agrupados en torno a los vicarios elegidos
componiendo el Cabildo Ecelsiástico es posible reconstruir la siguiente
cronología de vicarios beneficiados:
1593: Vicario: Fernando Díaz de Baquedano
Beneficiados: Pedro de Lodosa (1576), Joan
Pérez (en 1597), Sebastián Pérez
(1617-1631, quien es también mayordomo del Cabildo Eclesiástico).
1631-52: Miguel Ximénez de Leorin, bendice la campana grande. Miguel Ximénez
de Leorin era natural de Morentin (1646-1647). Único que presenta oposiciones a
la vicaría de San Cernín en el siglo XVII de quien consta que ignoraba el
vascuence, razón por la que fue impugnado el nombramiento. Acabó renunciando en
favor de su opositor Juan de Arregui (Jimeno Jurío lo refiere en un estudio
significativo).
Beneficiados: Miguel de Goñi, Pedro
Martínez, Juan de Arando y Sebastián Pérez (mueren en 1631), Juan de Arlucea
(muere en 1643), Fausto Liñán (1673).
1694-1720: Beremundo de Arteaga y Dicastillo
Recibe 183 reales por las misas votivas
que se celebraron en 1706 por la salud de Su Majestad y para que le diese
victoria contra sus enemigos. Recibe 70 robos de trigo anuales por administrar
los Sacramentos.
Beremundo fue un beneficiado, natural de
Arbeiza, que llegó en 1676 a Zufía para tomar posesión de un beneficio en la
parroquia de San Miguel. Entre sus papeles llevaba las bulas concedidas por el
santo padre Clemente X y confirmadas por el obispo de Pamplona don fray Pedro
Roche: “Viendo que en Veremundo concurren las cualidades necesarias para ser
aprobado y que está legítimamente ordenado de menores órdenes, le hacemos
colación y canónica institución del beneficio referido en dichas bulas, por
imposición de un bonete sobre su cabeza. Por eso le damos el título para que pueda
gozar de dicho cargo durante los días de su vida, percibiendo todos los frutos
y rentas sin descuento alguno y le guarden y hagan guardar los honores y
preeminencias que le son debidos”. Existía un ritual para la toma de posesión
del beneficio, y a él se atuvieron. Veremundo de Arteaga acabó sus días en
Mendavia, donde fue vicario desde abril de 1687 hasta el 30 de agosto de 1720,
día en que murió. Su cuerpo fue llevado para ser enterrado en Arbeiza, su
pueblo natal.
Beneficiados: Bonifacio Merino (1702),
Lucas Bazán (1704-1712), Bernardo Assin (1719),
Francisco Ayala (1693, mayordomo)
1706: Juan de Arteaga Dicastillo
Lo nombraron obispo de Oviedo, por poco
tiempo (del 11 de abril de 1707 al 17 de septiembre de 1707).
1730:
Diego Fermín Solano
Beneficiados: Miguel de Irigoien (1735,
primiciero), Luis Iraízoz (en 1744
recibe 28 robos de trigo por la renta de la tierra del Beneficio).
1745-1752: José Solano Velasco
Realizó obras del encajonado de la
iglesia, capilla y sacristía; adquirió algunas alhajas; pasó a ser vicario de
Sesma y donó un retablo en 1752.
Beneficiados: Miguel de Irigoien, Juan
José de Azanza (1745-1754), José Antonio Rodríguez Escudero (1745-1757), Miguel
Ángel Sagredo (1745-1752).
1752-1781: Miguel Ignacio Echalecu
Colocó y limpió un nuevo retablo. Recibía
70 robos de trigo anuales por administrar los Sacramentos. La vicaría tenía un
benefico anexo de 250 pesos. En esos años existen en el pueblo seis beneficios
enteros más (servidos, de 200 pesos, y no servidos, de 70), y uno medio. El
abad de Irache los provee. Los beneficiados los propone libremente la villa,
excepto uno de ellos que lo determina el abad, y lo llaman beneficio de mensa (Libro del obispado de Pamplona, 1753).
En estos años el cabildo eclesiástico lo
componen sucesivamente Miguel Ángel Sagredo (1745-1752), Francisco de Echaur
(muere en 1753), Juan José de Azanza (1745-1754), José Antonio Rodríguez
Escudero (1745-1757), Pedro Herce (medio beneficiado, o de media ración), Ramón
Carasa (muere en 1781), Juan Antonio Zalduendo (1780), Lino Ordóñez, Joaquín
Irigoyen y Miguel Ángel Pascual (medio beneficio, 1776).
1788:
Juan Agustín Sagredo
Vicario interino por muerte de Miguel
Ignacio Echalecu, vicario en propiedad. Revisa libros de tazmías en 1789, y pide
7 robos y almud y medio de trigo, por la renta de la pieza del Hospital.
1790-1818: Ramón de Sádaba
Bendice el cementerio nuevo (1807). Muere
repentinamente el 20 de octubre de 1818.
Beneficiados: Gonzalo Liñán, Joaquín
Belunza (1791, compra el mosto de la primicia).
De entre los beneficiados, no faltaron
ganaderos y mesteros, sobre todo entre los nacidos en Mendavia, que solían ser
mayoría al tener el "derecho de pila" para su elección. Sebastián
Pérez (1631), Lucas Bazán (1704), Ramón de Sádaba (1790-1795) y Gonzalo Liñán
(1792), entre otros, son nombrados como Beneficiados y mesteros. Ramón de
Sádaba aparece recibiendo 182 reales por 14 corderos para el pique de la
carnicería (1795).
Escribanos
Los escribanos cumplen un importante
papel en esta sociedad. He aquí una lista de los de Mendavia durante los siglos
XVII y XVIII, con su fecha del cargo:
COLOMO Juan
|
1587-1611
|
MARTÍNEZ Miguel
|
1589-1606
|
PEREZ Pedro
|
1606-1617
|
COLOMO LAINEZ Juan
|
1612-1641
|
GUERRERO Valentín
|
1618-1653
|
VERGUILLA MENDOZA Pedro
|
1640-1669
|
GARCIA Juan de
|
1670-1680
|
CARASA Pedro
|
1689-1708
|
NAVARRO ACEDO José
|
1719-1775
|
IBARRA Juan Bautista
|
1719-1775
|
MARQUINEZ Fausto
|
1732-1764
|
NAVARRO Gregorio
|
1741-1747
|
RAMÍREZ DE
ORISOAIN Manuel Antonio
|
1765-1778
|
Abogados de Mendavia
Existen
documentos con el nombre de algunos abogados de Mendavia: Ramón Ibarra Remirez
Rivera Lopez de Araujo (1746); Joaquín Irigoyen
Remírez Ganuza López de Araujo (1763),
primo del anterior; y Tiburcio Urbiola Martínez Miguel Labeaga (1829).
Estudiantes de teología
Se conservan también
en los archivos de Alcalá y Pamplona cierta información de los Estudiantes de
teología mendavieses: Asiento de grado de Licenciado en Teología por la
Universidad de Alcalá (1753) de Manuel Ordóñez Monreal, natural de Mendavia
(Navarra); Certificación de estudios en la Universidad de Alcalá (1780) de
Tiburcio Ordóñez, natural de Mendavia; Lucas Jiménez (1759), natural de
Mendavía, solicita al obispado de Pamplona que se le vuelva a admitir a examen.
Caballeros de la Orden de Santiago
Otros mendavieses
consiguen hacerse miembros de la Orden de Caballeros de Santiago. Se conserva
el documento de Fermín de Carasa Yrurzun. Era nieto de Pedro Carasa, escribano
y alcalde en 1701. Firma Ibarra, alcalde en 1762, cuando lo nombran caballero.
Familias en los cabildos civiles y eclesiásticos. La unión de poderes.
El poder político y religioso se expresa
en los dos cabildos: civil y eclesiástico. Es de hacer notar la presencia de un
grupo de siete familias que concentran su presencia en ambos cabildos a lo
largo del siglo XVIII.
La familia Lodosa cuenta con cuatro
miembros: Pedro Antonio Matías Lodosa (alcalde, 1745); Francisco Lodosa
(alcalde 1753, 1755); Antonio Lodosa
(alcalde, 1764, 1781); Matheo Lodosa (regidor, 1756-1800). Su antepasado Pedro
de Lodosa, había sido Beneficiado en 1576.
La familia Carasa, emparentada con los
Lodosa, sitúa a tres: el beneficiado Ramón Carasa (1752-1781); y los alcaldes
Pedro Carasa (1701) y Manuel Carasa (1722). Este Pedro Carasa fue además
escribano desde 1689 hasta 1708. Los padres de Pedro eran Bartolome Carasa y
María Roldán. Pedro se casó el 29 de diciembre de 1675, en Mendavia, con Maria
Lodosa Cenzano, nacida el 27 de febrero 1655. Los padres de María eran Antonio
Lodosa de la Fuente y María Cenzano. Una
de las hijas de Pedro fue María Carasa Lodosa, nacida en 1690. Juan y María Carasa
tenían olivares. Fermín de Carasa, nieto de Pedro Carasa, será nombrado
Caballero de la Orden de Santiago en 1762.
La familia Ordóñez tiene tres alcaldes:
Diego Ordóñez Barrón (1724, 1742), Ramón Ordóñez (1768-69, 1771-73) y Antonio
Ordóñez (1793, 1805). Se agrega el regidor Joseph Ordóñez (1780, 1752) y el
beneficiado Lino Ordóñez (1752-1781). Manuel y Tiburcio Ordóñez estudiaron
Teología en Alcalá.
La familia Liñán, emparentada con los
Ordóñez, contaba con un antecesor beneficiado y propietario de viñas en el
siglo XVII: Fausto Liñán (1631-1673). Liñán y Sada fue alcalde (1732). Gonzalo
Liñán fue otro beneficiado (1790-1818).
La familia Irigoyen asienta a dos
beneficiados en el cabildo eclesiástico: Miguel de Irigoien (1730-1752),
Joaquín Irigoyen (1752-1781), en lo que parece establecerse un principio de
sucesión en el beneficio. Tres más pertenecen al civil: Mathías de Irigoien
(alcalde, 1766); Joseph Alonso e Yrigoien (regidor, 1771); y Domingo Irigoyen
(regidor, 1746-1747). Joaquín Irigoyen fue abogado (1763).
La familia Sagredo cuenta con un
Vicario: Juan Agustín Sagredo (1788); dos beneficiados: Agustín Sagredo
(1724-1745) y Miguel Ángel Sagredo (1745-1752); y cuatro regidores Benito
Sagredo (1726, 1752), Santiago Sagredo (1744), Sebastián Sagredo (1755) e
Ignacio Sagredo (1766-1781). Su antepasado Juan Sagredo dejó dos fundaciones en
1700. Fueron propietarios de viñas y productores de vino.
La familia Sádaba sitúa un vicario Ramón
de Sádaba (1790-1818) y tres regidores Esteban de Sádaba (1746-1752), Basilio
de Sádaba (1755, 1782) y Fernando Sádaba (1761).
De las asambleas de vecinos a las Juntas de Veintena
Los tres Estados de las Cortes de
Navarra de 1780 dijeron… “que las villas de Villafranca, Milagro, Uxue, Lerín,
Sada y Ablitas hicieron presentes los graves daños y perjuicios que resultan de
que sus negocios se determinen en Concejo abierto como tienen costumbre porque,
por los alborotos que regularmente suceden, no se vota en libertad, se falta al
respeto que se debe a las personas de gobierno y por ser el numero de la gente
popular quedan sin efecto las resoluciones de los mas instruidos y que con mas
conocimiento atienden a la convivencia y utilidad de las mismas Repúblicas, y
que para ocurrir a estos y otros inconvenientes seria bien que en dichas villas
las juntas de Concejo se redugesen a veintenas como se estableció para otras
ciudades y villas”.
Esta ley de 1780 es una conquista de las
clases acomodadas que ya estaban instaladas en los cargos de alcaldes y
regidores. Desde ese momento las clases acomodadas de los pueblos navarros
estarán en las Juntas de Veintena. Así se abolió la asamblea o concejo abierto
de vecinos y sus atribuciones fueron asumidas por ley por una Junta de Veintena.
La Junta de Veintena es algo que perduró hasta tiempos recientes en las
poblaciones de Navarra con más de 500 habitantes.
El 17 de Mayo de 1798 ya se realizó una
Junta de Veintena. En esa ocasión determinaron vender una porción de tierra
sobrante en el término de la Lomba. A partir de este final de siglo esta Junta
de “notables” en el pueblo se hizo cargo de las decisiones políticas y
económicas de gobierno local, que hasta entonces había estado al cargo de “los
vecinos” en asamblea.
De esta época datan algunas casas
señoriales situadas en la Villa, la Plaza y la calle La Virgen, de Mendavia. En
el caso de los propietarios originales de esas casas se puede deducir su posición económica preeminente en el
pueblo.
Denuncias y audiencias
La denuncias ante el alcalde ofrecen
informaciones sobre los modos de las audiencias locales. Comparece el acusado,
presta juramento en la vara del alcalde; el Alcalde pronuncia la sentencia.
Cuando se trata de tasar bienes el Alcalde llama a los entendidos del oficio:
músicos, herreros…. Para confirmar informaciones se buscan testigos. Es un
sistema que protección entre gremios. Los jornaleros tienen todas las de perder
si no pertenecen a ningún gremio. Con frecuencia las demandas se culminan
reponiendo bienes o dinero. En cierta ocasión indica el alcalde la posiblidad
de apelar ante otros tribunales.
Informan también del sistema comercial
del momento, a medias trueque, a medias monetario (dos pintas de vino por unos
barzones, dos pesetas por una espadilla). Pero se va pasando a un sistema
principalmente monetario. Los contratos dejan de pagarse en especies (trigo u
otros) y aparecen las monedas con casi exclusividad comercial.
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