viernes, 24 de julio de 2020

¿EN RAZÓN DE QUÉ MEMORIAS ANTIGUAS SE MENCIONA A MENDAVIA EN LA REVISTA EUSKAL-ERRIA?



En la revista Euskal-Erria, fundada por José Manterola, publicada en San Sebastián durante un cuarto de siglo (1880-1918), y ahora digitalizada y de libre acceso en
es posible encontrar varias veces la mención de Mendavia-Mendabia (con las dos grafías aparece). Veamos a qué se refiere cada una de las menciones:

I. CONTEXTO: guerras del siglo XIII
(Tomado de mis Apuntes para una Historia de Mendavia)
Los conflictos dinásticos por el trono de Pamplona y los intereses de Francia, Castilla y Aragón signaron el siglo XIII navarro. Sancho el Fuerte tiene una historia controvertida: se apoya en los musulmanes y luego lucha contra ellos. A la muerte de Sancho entran las casas francesas a gobernar. Tras Enrique I (1274), quedó en el trono la niña de dos años, Juana I. Castilla y Aragón alegan derechos sucesorios. No hubo paz en la región. Además de la violencia y enfermedades de estos años, Mendavia sufría la fuerte explotación económica de los reyes. La villa y tenencia de Mendavia estaba defendida por un castillo o torre fortificada, cuyos alcaides pagaba el rey de Pamplona. En 1237 era alcaide de la fortaleza García López de Alfaro. En 1274 Mendavia pasa bajo el dominio de Castilla. El rey Fernando concede a los de Mendavia que puedan sacar de Castilla pan, vino, ganado y todas las cosas que necesitaren, sin pagar derechos. Dada su situación fronteriza, Mendavia sufrió ataques e incendios en varias ocasiones; en 1276 la villa fue sitiada y saqueada, y su iglesia destrozada por los castellanos en 1280. En los últimos años del siglo XIII Mendavia pertenecía de nuevo al reino de Pamplona y consta como alcaide Pedro de Besançon.

Este texto, publicado en la Revista Euskal-Erria en dos ocasiones, 1884 y 1895, refiere el conocido periodo de dominio de Castilla sobre la villa de Mendabia.

01.1884 - El genio de Nabarra
01.1895 - Datos históricos referentes al Reino de Nabarra

La connivencia de Almorabid y de otros magnates con Alfonso de Castilla se iba divulgando, sembrando la desconfianza y la defección entre los de la Nabarrería, los cuales no odiaban tanto al extranjero para uncirse, sin más ni más, el yugo castellano. Los centinelas de los Burgos les gritaban á los centinelas contrarios: «id á Mendabia, traidores, que allí están vuestros hermanos». Mendabia, en efecto, estaba ocupada por los castellanos. D. Corbaran de Leete, abiertos ya los ojos, se pasó á Beaumarchee, diciendo que más quería «ser perjuro que traidor».(1) Guillermo Annelier: canto LXXVI.

Bien es verdad que el Rey Alfonso hizo que ajusticiasen á D. Jimeno Ruiz, señor de los Cameros, por no haberla socorrido. Los invasores no tardaron en barrerlos de todo el Reino, aunque se resistieron bravamente en Mendabia. Contribuyó á ahuyentarlos la noticia de que el Rey Felipe de Francia, con su poderosísimo ejército, se hallaba en Salvatierra de Bearne, con ánimo de pasar los montes. Los castillos de los rebeldes fueron arrasados, y todos sus bienes confiscados.1 Como siempre nos ha sucedido, la confusión de los intereses nabarros con otros intereses, fué un semillero de calamidades.



Por el texto que sigue, publicado en 1887, se sabe del uso extendido de chuzos de caza en Mendavia, que también fueron empleados para la defensa de la villa.

07.1887 - La caza en Nabarra en los tiempos pasados
Tal abundancia de fieras debía haber en los bosques nabarros, que á pesar del placer que en la montería encontraban los Reyes y señores de la nobleza, se permitía ó toleraba la persecución de aquellas al pueblo. El número de armas que á ese objeto se destinaba era, por lo visto, extraordinario, encontrándose provistos de ellas lo mismo el suntuoso palacio del infanzón que la humilde morada del campesino; buena prueba de ello es que durante las sangrientas guerras civiles del siglo XIII los habitantes de Mendavia se armaron para la defensa de la villa con chuzos de caza, que tal vez fueran los que en este país se conocían con el nombre de azconas monteras. (1)
(1)    Colocábanse las armas pendientes de las paredes de las grandes salas: también se guardaban en muebles, que con este motivo tomaron el nombre de armarios, nombre que todavía conservan, á pesar de no responder á su primer destino.

II. RELACIÓN DE MENDABIA CON EL EUSKARA Y LO BASCO
El grupo de textos que siguen, refieren la relación de Mendabia con el Euskara y lo Basco.
Los de 1888, 1891 y 1900 acogen la propuesta etimológica para el término Mendavia = Menda-bi-a, propuesto por Arturo Campión. Otro de 1889 refiere el término toponímico Zama (estrecho), usado en Mendabia en el siglo XIII.

01.1888 - Guzman Onari / Quintana ; traducción [Felipe Arrese ta Beitia].      
MENDI. «Monte». Mendabia.

01.1891 - Datos históricos referentes al Reino de Nabarra
…en plena Ribera, en las proximidades, en las orillas mismas del Ebro, encontraremos nombres tan genuinamente bascongados como pudiésemos hallarlos entre las asperezas de la Barranca ó de Aézcoa: por ejemplo, Larraga, Lazagurría, Mendabia.

01.1900 - Celtas, iberos y euskaros / [Arturo Campión]
(1) La etimología de Mendavia es, á mi juicio, más llana, sin salirse del euskara: mendi «monte», bi (pe) abajo» a «lo». Es decir, lo bajo del monte.

01.1889 - Datos históricos referentes al Reino de Nabarra          
ZAMA. Significa «carga, peso»; de aquí zamari «caballo», el que lleva la carga; zamar se dice de la yerba que queda en el campo después de cortada, y se quema. Zama es también sinónimo de «garganta, estrechura», y es palabra muy propia para la toponimia. Zamaca,13 término en Mendabia. Compotus D. Joffre, Mirino de Esteilla. Tomo 2, año 1279.

III. CONTEXTO: familia Carasa en el siglo XVIII
(Tomado de mis Apuntes para una Historia de Mendavia)
La familia Carasa tenía existencia en Mendavia en el siglo XVII. Durante el XVIII apareció con cierto protagonismo político. Tuvo dos alcaldes: Pedro Carasa (1701) y Manuel Carasa (1722), y un beneficiado: Ramón Carasa (1752-1781), perteneciente al cabildo eclesiástico. Pedro Carasa fue, además de alcalde, escribano desde 1689 hasta 1708. Fermín de Carasa Yrurzun, nieto de Pedro Carasa, consiguió hacerse miembro de la Orden de Caballeros de Santiago. Firma el documento Ibarra, alcalde en 1762, fecha en que lo nombran Caballero.

Por el texto que sigue, publicado en 1914 en la Revista Euskal-Erria, se sabe que era, además, Caballero cadete de la compañía de Guardias-Marinas, desde 1745.

01.1914 - Revista de revistas
Revista de Historia y de Genealogía española. Madrid. Año II. Número 4. 15 de Abril de 1913.
Continúa la relación de los caballeros cadetes de las compañías de Guardias-Marinas, ordenada por D. Juan Moreno de Guerra, figurando entre ellos: CARASA Iruzun Heraso García de Dicastillo (Fermín de), Mendavia (Navarra), 1745.

III. CONTEXTO: judíos en Mendabia
(Tomado de mis Apuntes para una Historia de Mendavia y entrada del blog:

Desde el último tercio del siglo XI queda atestiguada la presencia de pobladores judíos en la zona de Estella bajo la protección real. La participación de la minoría judía en la configuración de los burgos de francos fue decisiva. En Tudela hubo presencia judía desde el siglo X. En Estella desde el siglo XI. Al poco de iniciarse la segunda mitad del siglo XIII, el número de moradores que integraban la judería de Estella podría rondar los 150. Entre el siglo XIII y el XIV, familias como los Leví, Ezquerra y los Calahorra, entre otros, hicieron del mercado de Estella un activo centro de contratación de créditos. También en la cercana Viana está documentada la presencia de pobladores judíos.
En 1495, Mendavia contaba con 82 vecinos cristianos y 3 judíos. Éstos tenían un pequeño cementerio cerca de la actual plaza de los fueros.

Las numerosas juderías de Nabarra son reseñadas en este texto de 1888, anotando el aporte que cada una realiza, según los respectivos libros de comptos. Y se nombra Mendabia, con un impuesto de cinco sueldos.

01.1888 - El genio de Nabarra
Habia juderías en Pamplona, Puente-la-Reina, Estella, Monreal, Tudela… Azagra, San Adrian, Andosilla, Lesma, Lerin, Miranda, Larraga, Cirauqui, Oteiza, Allo, Arellano, Dicastillo, Mendábia, Fúnes, Viana, Corella, Los Arcos, Caparroso, Tafalla….
Comp. D. Pere Gavarda, lo Merin, tomo 1.º, año 1265.
En Miranda, escrituras de los judios, sesenta sueldos. En Fálces id. diez sueldos. En Peralta id. diez sueldos. En Fúnes, id. seis sueldos. En Azagra, id. tres sueldos, seis dineros. En Andosilla, id. tres sueldos. En Cárcar, id. tres sueldos. En Lerin, id. ocho sueldos. En Mendábia, id. cinco sueldos.

Comp. Petrus Remondi de Rabastens, Mir. Stlle.; id.

Foto tomada de:


sábado, 31 de agosto de 2019

APELLIDO IMAS Y JUDÍOS EN MENDAVIA: ALGUNAS HIPOTESIS



Respondo con este escrito a una consulta que me hacen. No es mucho lo que puedo aclarar, pero esta es la información que recojo.

Extractos de mi propio blog, permiten realizar el siguiente recorrido.

Desde el último tercio del siglo XI queda atestiguada la presencia de pobladores judíos en la zona de Estella bajo la protección real. La participación de la minoría judía en la configuración de los burgos de francos fue decisiva. En Tudela hubo presencia judía desde el siglo X. En Estella desde el siglo XI. Al poco de iniciarse la segunda mitad del siglo XIII, el número de moradores que integraban la judería de Estella podría rondar los 150. Entre el siglo XIII y el XIV, familias como los Leví, Ezquerra y los Calahorra, entre otros, hicieron del mercado de Estella un activo centro de contratación de créditos. También en la cercana Viana está documentada la presencia de pobladores judíos.

A partir de 1349 es rey Carlos II.  Durante su reinado las guerras por el control territorial de Francia y Castilla son continuas. Tras una política de pacificación, los judíos incrementaron su presencia en Navarra, estrechamente vinculados a la corona.

Al siglo XV se refieren ciertos relatos legendarios sobre la presencia de Doña Blanca de Navarra en Mendavia, y la casa donde se alojó, cuya ubicación da origen al nombre de una antigua calle en el Arrabal. La fuente principal de estos relatos es la novela decimonónica Doña Blanca de Navarra, la princesa de Viana. Crónica del siglo XV (Madrid 1846). Se trata de una novela romántica escrita por el vianés Francisco Navarro Villoslada. El contexto que desarrolla corresponde a la realidad histórica comprendida entre finales de 1461 y 1463. Considerada la invención novelesca del nombre de los personajes y la trama, es de interés la referencia a judíos conversos en la región, la descripción de la choza del arrabal de Mendavia con uvas blancas en su techo, (“bajo el frondoso toldo de pámpanos y dorados  racimos  que  coronaba el  pajizo techo de la cabaña”), el trabajo de la mujer con el lino en la rueca, la mención de una torada paciendo en una pradera camino de la ermita de Nuestra Señora de Legarda, la presencia de un fraile de Irache en los contornos de la ermita, el posible nombre de judío Samuel…

En 1495, Mendavia contaba con 82 vecinos cristianos y 3 judíos. Éstos tenían un pequeño cementerio cerca de la actual plaza de los fueros. La expulsión de los judíos españoles a partir del Decreto de los Reyes Católicos de 31 de marzo de 1492 no tuvo repercusión en Navarra. De hecho, fue en Navarra donde se refugiaron muchos de los judíos castellanos expulsados como consecuencia de dicho decreto, de acuerdo a la política desarrollada por los reyes navarros, Juan II de Albret y Catalina de Foix. Sin embargo, ante las constantes presiones ejercidas por los monarcas castellanos, los monarcas navarros decretan la expulsión de los judíos el año 1498. La mayor parte de los judíos navarros prefirió convertirse a la fe cristiana y permanecer en su casa al frente de sus negocios aunque algunos marcharon al exilio.

Además de los cementerios de San Andrés y San Juan, y los cementerios monásticos de Imas y Legarda, en las cercanías de la plaza, entre la calle Carnicerías y la de la Virgen, hubo otro cementerio que se refleja en una fundación de 1637, y que probablemente correspondió a los pocos judíos de la población.

Una buena síntesis de las juderías navarras: https://www.sfarad.es/la-juderia-navarra/; y
y se consigue en un buen artículo en la Revista Príncipe de Viana: http://www.navarra.es/appsext/bnd/GN_Ficheros_PDF_Binadi.aspx?Fichero=RPVIANAnro-0225-pagina0113.pdf

Mendavia no era tan importante, en cuanto a presencia de familias judías, como Cárcar y Azagra, pueblos en los que se conserva profusamente el apellido Imas en el siglo XVI y XVII. La página familysearch registra este apellido en estos dos pueblos, principalmente. Luego se expande por otros pueblos de Navarra. En Mendavia se registra un matrimonio Imaz en 1829. Sobre la granja de Imas, solo puedo aportarte lo que tengo escrito en mi blog. Reagrupé la información recientemente.

También en la enciclopedia

No veo la relación entra la Granja y el apellido Imas-Imaz, pero no habría que descartarla.

 Este dato es importante.

“Desde el último tercio del siglo XI queda atestiguada la presencia de pobladores judíos en la zona de Estella bajo la protección real. La participación de la minoría judía en la configuración de los burgos de francos fue decisiva”. 

Puede manejarse esta hipótesis: Es probable que participaran en la consolidación de esta Granja, tierra de cultivo desde tiempos romanos, al menos.

Y este otro dato tomado de mi blog:

“Las primeras noticias documentadas sobre el monasterio de Irache datan de 958. Se cree que pudo ser fundado por Sancho Garcés I en 908 después de que conquistara el castillo de Monjardín, antes castillo de San Esteban, aunque no está claramente establecido. En la segunda década del siglo X, fruto de la expansión territorial realizada por el rey Sancho Garcés I, Irache adquiere relevancia adquiriendo grandes posesiones mediante donaciones y compras de otros monasterios. De este siglo X y el siguiente provinieron sus propiedades en la granja de Imaz”.

Segunda hipótesis: La granja fue entregada poco después al monasterio de Irache, por Sancho Garcés.

Tercera hipótesis: Es posible que en el contexto de “cristianización” impulsado por Sancho, algún Imas, vinculado a la realeza, se “convirtiera” (podría haber interés económico en ello) y fuera asociado al monasterio.

TODO ESTO ES MUY HIPÓTETICO, PERO CON POSIBILIDADES HISTÓRICAS EN BASE A LOS CONTEXTOS. 

No tengo ninguna documentación específica que permita verificar o negar estas hipótesis.



sábado, 8 de junio de 2019

LA GRANJA DE IMAZ, REPASO HISTÓRICO





 http://www.lebrelblanco.com/anexos/atlas-Mendavia-Estella.htm


Propiedad del Monasterio de Irache
Las primeras noticias documentadas sobre el monasterio de Irache datan de 958. Se cree que pudo ser fundado por Sancho Garcés I en 908 después de que conquistara el castillo de Monjardín, antes castillo de San Esteban, aunque no está claramente establecido. En la segunda década del siglo X, fruto de la expansión territorial realizada por el rey Sancho Garcés I, Irache adquiere relevancia adquiriendo grandes posesiones mediante donaciones y compras de otros monasterios.
De este siglo X y el siguiente provinieron sus propiedades en la granja de Imaz, Mende la Vieja y Legarda, en el entorno de la actual Mendavia. Cada monasterio disponía de una iglesia, una vivienda, un grupo de hombres que hacían profesión de vivir bajo una regla religiosa y unas tierras o heredades de cultivo que les permitían subsistir, aunque se debe precisar las variantes terminológicas relativas a ellos: monasterio, monasteriolo, decanía, iglesia propia… Imaz y Legarda corresponden más bien a los que serían monasteriolos, y Mende la Vieja, una iglesia propia.
El esplendor de Irache llega con San Veremundo como abad. Una de las leyendas que se vinculan a Irache es la de su abad San Veremundo (1056-1098) el cual solía llevar a escondidas alimentos a los peregrinos del Camino de Santiago que paraban en el hospital monacal en contra de las disposiciones de la congregación. Escondía las viandas bajo los hábitos. Cuando los hermanos le interrogaban por lo que llevaba y le obligaban a enseñarlo, los alimentos se convertían en flores o leña.
El monasterio de Irache acató la autoridad del obispo de Pamplona en el siglo XII. La granja de Imaz siguió adquiriendo, por donación o compra, nuevas heredades e incluso una participación en los regadíos de la «acequia nueva del Ebro» abierta por el concejo de Mendavia (1321). En el término de Imaz, cuyos mojones con el de Sesma aprobó el gobernador Guerin de Amplepuis (1282), se alzaban a mediados del siglo XIV un palacio mayor vinculado a la dignidad abacial y otros palacios o dependencias del convento de Irache.

Reforma eclesiástica del s. XVI
La reforma eclesiástica del s. XVI surtió efectos también entre las instituciones monásticas. Irache fue afiliado a la Congregación benedictina de San Benito de Valladolid (1522). Esta congregación revitalizó la vida monástica y, de acuerdo con las disposiciones del Concilio de Trento, superó los vicios arrastrados de siglos anteriores. Los abades de Irache pasaron a ser de elección cuatrienal y desde 1652 se escogían sólo entre monjes navarros. No lograron devolver a las abadías todo su pasado esplendor, pues sus numerosas rentas iban decreciendo. Sin embargo, los abades mantenían el prestigio y el poder político que les daba ser miembros del brazo eclesiástico de las Cortes del reino. En la granja de Imaz, la jurisdicción civil y criminal correspondió al abad de Irache, quien nombraba para eso un alcalde. En las edificaciones del monasterio se incluía una capilla dedicada a San Martín. Un nichal albergó una imagen de la Virgen del Pilar.
La parroquia de San Andrés de Mendavia parece depender del monasterio de Irache, al menos durante el siglo XVI, a juzgar por los pleitos sobre su reparación. En las fuentes posteriores de los archivos parroquiales de Mendavia, en relación con la organización eclesiástica, junto al prior de la granja de Imaz y Legarda, y el vicario parroquial, aparecen los presbíteros beneficiados, que tienen la obligación de cantar en el coro parroquial. Todos reciben su parte de beneficios en grano y otros privilegios.

Economía de la granja y cartografía del s. XVII
Además de edificación religiosa, la Granja siguió siendo un centro agrícola de producción de trigo y cebada, y en menor grado de vino y aceite. Recibía una parte de los impuestos de los labradores de Mendavia. Un pago de la villa en trigo, cebada y avena, corresponde a Irache: es el diezmo de Mende la Vieja.
Es interesante establecer la comparación de un mapa satelital actual con otro mapa al óleo probablemente de finales del siglo XVII. Se describe en los archivos como una Vista cartográfica de la vega del río Ebro en la confluencia con el río Salado, entre Alcanadre (La Rioja) y Mendavia (Navarra) y situación de la Granja de Imaz (Archivo de la Real Chancillería de Valladolid, Planos y dibujos, Óleos, 35).
La propiedad de Imaz aparece con unas proporciones desmesuradas. Para ello se desplazan los edificios de Imaz hacia el oeste, ganándole terreno a Mendavia. El curso del Ebro aparece transformado. El soto de Imaz se ha trasladado hacia el oeste, y se ha rectificado su curso bajo. Respecto a este detalle, es posible que los cascajales en el Ebro hicieran ganar terreno a la Rioja modificando el curso antiguo, hasta formarse el entrante actual. La distancia entre la desembocadura de Río Salado y Alcanadre también se ha reducido en la pintura con el fin de dar impresión de un terreno de Imaz mucho mayor. Legarda aparece con la grafía de Legaria, desplazada en este caso hacia el este; de modo que al pueblo se le come el terreno de Soto junto al Ebro. Me atrevería a sugerir que este Óleo fue realizado bajo encargo del Monasterio, con el interés aparente de incrementar sus propiedades a costa de las del pueblo.
Es importante observar las estacadas al otro lado del Ebro. Peña Roja, Peña Casa y Peña Prado son fáciles de situar en un mapa actual. Sólo es necesario observar que Peña Roja ha sido desplazada junto con Imaz hacia el Oeste, aproximándose al núcleo poblacional de Mendavia.
Los cultivos de cereal, vides y olivos, y unos pocos frutales, parecen estar representados a grandes rasgos en la pintura. En los montes predomina el cereal. Los cultivos de regadío se dan en las cercanías del Odrón, en sus dos ramales, junto al pueblo y junto a Imaz, y en las desembocaduras, tanto del Odrón como del Río Salado. Adicionalmente, se ve representada la caza del conejo o liebre, con perro, entre los matorrales bajos de Imaz.

Población, derecho de aguas y hierbas (finales del s. XVIII)
En censo de principios del siglo XIX se dice que no tiene más habitantes que “los criados de labranza”, por ser propiedad todo del monasterio.
El derecho de aguas del monasterio, o sus pretensiones sobre el riego con agua del Ebro, acarrearon varios pleitos, a pesar de la aprobación de las Ordenanzas, o tal vez a causa de ellas. En 1798 y 1799 se denunció repetidas veces al prior de Imaz, fray Plácido Gutiérrez, y a fray Félix Peláez, prior de Legarda, por haber roto brazales para regar con agua del Ebro (en La Vega y en Legarda). En la Real Corte se llegó a abrir un litigio contra el Monasterio de Irache por esta causa.
Finalmente, se hizo el amojonamiento con el administrador de la granja de Imaz para señalar lo correspondiente al goce de las aguas vertientes y el Monte Redondo, según expresan las Concordias que la villa tiene con el Monasterio de Irache y a causa de las dudas y dificultades que había sobre el modo de gozar dichos términos, lo que ocasionaba muchas disputas con el administrador de Imaz, sus pastores y criados.
Un lechonero o porquero cuidaba la piara de la granja de Imaz, evitando que los cerdos traspasaran los límites de la propiedad.

Guerra y desamortización del siglo XIX
La casa-granja de Imaz y la basílica de Legarda tenían posesiones que a raíz de la guerra de la independencia quedaron a cargo del ayuntamiento al menos durante dos años, hasta que volvieron los frailes. Durante esos años el terreno se rentó a los mesteros. Durante la Guerra de Independencia, Manuel La Calle aparece como arrendador de las tierras de Legarda, y Antonio Ordóñez de las tierras labradías de la granja de Imaz (1811). El ayuntamiento ajusta posteriormente las cuentas con el Monasterio.
En 1827, se pagan al Monasterio por orden del Real Consejo, los frutos que los monjes tenían en Imaz durante la Guerra de Independencia, y que fueron aprovechados por la villa. Por las tierras de secano en Beraza se paga a los monjes 62 robos de cereal anuales generalmente cebada; o moneda: 658,27 reales en 1824. Hay pagos variables entre 1811 y 1833, pero excluyendo los años de gobierno constitucional (1818-1822). En 1834 se paga lo negado por el gobierno constitucional, los retrasos y lo impedido de pago por la Guerra Carlista. Después viene la desmortización y desaparece este censo.
Aunque se habían dado procesos de desamortización desde el siglo anterior, resultará clave la desamortización de Mendizábal (1836-1837). Hasta entonces, los terrenos desamortizados por el gobierno fueron principalmente los pertenecientes al clero regular. En los años complejos de 1811 a 1836, la granja de Imaz pasó sucesivamente de manos del Ayuntamiento a manos de los monjes. En 1830 estaba en manos del Ayuntamiento, pero en 1831 y 1832, estaban al frente los abades. Fray Pedro Briones (1817), Fray Cayetano Álvarez (1818, 1920), Fray Braulio Cónsul (1823), Fray Ramón Fernández (1824), Fray Tomás Pérez (1831) y José Martín (1832) son algunos Priores de la Granja.
Con Mendizábal, la granja de Imaz volvió a manos del Ayuntamiento de Mendavia, que las arrendó por muy poco tiempo. Con el control territorial de los isabelinos liberales, hacia finales de 1837, pudo concretarse definitivamente la desamortización de la granja de Imaz en Mendavia cuando, como premio y recompensa de sus heroicos hechos de guerra, las cortes españolas se la condonaron a Martín Zurbano.

Familia de Martín Zurbano, propietaria
En la granja de Imaz vivieron el matrimonio de Hermenegilda Martínez Badarán y Martín desde 1837 hasta la muerte de este en 1845, con las ausencias de Martín propias de su vida militar. En 1844 Eustaquio Nieto era dependiente y Guarda de la Granja de Ymas y representaba al general D. Martín Zurbano, en los pleitos ordinarios por agua, en Mendavia. La bodega, para ese año de 1844, presentaba un inventario muy limitado: una cuba como de doce cargas de cabida vacía y en muy mal estado. Dos pipas como de a dos cargas cada una vacías y en muy mal estado. Dos comportas castellanas viejas. Nueve tinajas vacías de a doce cántaros de cabida cada una. Un cubetillo viejo. Tres cántaros de barro para agua.
Después de 1845, la viuda de Martín siguió viviendo en Imaz hasta el 2 de enero de 1861, fecha de su muerte, ocurrida a sus 56 años. Fue sepultada en el cementerio de Mendavia.
Un par de situaciones conflictivas son dignas de mención. En 1845, la citada viuda hace un inventario por haberse procedido al embargo de sus bienes por parte del capitán general de esta provincia. En el inventario de bienes raíces consta el arriendo a don Laureano Ibar Navarro del edificio con sus hierbas. Además de 500 robadas adicionales en otros arriendos. León Zalduendo le entrega formalmente algunos bienes de la granja, una vaca entre ellos, pero no las tierras. El 19 de diciembre de 1858 se reunió la Veintena, presidida por el Sr. D. Isidro Vidondo, Alcalde Constitucional de Mendavia, y presentaron una denuncia contra la viuda del general Zurbano, por impedir conducir piedra de Imaz a Mendavia. La Veintena, en represalia, acordó no dejar correr el agua por la Madre llamada de Carraimaz.
Dos años después de la muerte de Hermenegilda, se conoce por un Pleito Civil Ordinario, en 1863, que Ángel Ximénez es dueño de la granja de Imaz, y demanda al ayuntamiento sobre el derecho que tenía a gozar de las hierbas del ejido de la Viñas y prado de la Melera.
Desde el fallecimiento de Hermenegilda en 1861, su nieta Milagros mantuvo un pleito por la granja de Imaz que su abuela había donado al administrador Juan López. La justicia le dio la razón a Milagros y en 1869 recuperó dicha propiedad. Años más tarde, la finca de Imaz aparece en venta en El Eco de Navarra (1897 febrero 18). En agosto se publica el arriendo de sus hierbas. Las propietarias eran María Barbería y hermanas. Francisco Diez de Ulzurrun, residente en Pamplona, es el anunciante de la venta. José Modet se encarga del arriendo de hierbas.

Propietario Jiménez y conflictos en torno a las tierras
En noviembre de 1898 era administrador de la granja de Imaz José María Modet y pidió a la diputación, en nombre de las propietarias de la granja, el plano general de la misma. El 16 de abril de 1899, la tía de José María, Agueda Dorotea Narcisa Mauleón Jiménez, nacida en 1846 en Mendavia, ya viuda, adquirió la granja de Imaz por escritura otorgada en Pamplona ante el notario Polonio Escola.  Pasó más tarde la Granja a su hijo Ángel Jiménez.
El movimiento de obreros campesinos crece en el entorno de Mendavia y algunas situaciones de consideración se dan en relación con la granja de Imaz. En 1912 se tiene noticia de la cercana sociedad fabril en Lodosa que recolecta una gran cosecha de patatas y a ella le encargan la recolección de 5.000 robos de maíz en la granja de Imaz. Se trata de un modelo cooperativista de organización campesina de Lodosa, pero sin ese tono de denuncia sobre la propiedad con el que aparecerá después.
La conciencia política iba en aumento. Y así, en Mendavia, el año 1914, los jornaleros se organizaron en torno al Centro Obrero (UGT) y a formaciones anarquistas, y continuaron haciendo roturos, sobre todo en terrenos de los corraliceros y en la granja de Imaz, exigiendo el reparto de las tierras en manos de los grandes propietarios. En la granja se cultiva y se crían animales, pero buena parte de la propiedad permanece inculta. En 1927, Ángel Jiménez, dueño de la granja de Imaz, ofrece en venta 500 carneros (Diario de Navarra, 30-6-1927 y 5-7-1927). A finales de octubre de 1931, 500 campesinos mendavieses deciden salir a roturar las corralizas, siendo desalojados por la guardia civil (Diario de Navarra, 25-10-31). Ángel Jiménez escribe un telegrama el 23-10-1931 a la Comisión Gestora informando de roturos y daños en sus tierras. Es necesario que acuda el Gobernador y, en una reunión con la UGT y propietarios, acuerdan la entrega de los terrenos al ayuntamiento y su posterior reparto, tras el pago convenido a los corraliceros (ABC, 27-10-1931). Este procedimiento fue interrumpido. En 1936 los jornaleros roturan y siembran los terrenos de Imaz. Durante la guerra civil, a dos mes de haber sido tomado el pueblo por los golpistas, el 2 de octubre de 1936, el gobernador de Navarra autoriza al alcalde Fermín Martínez de Luco y a Máximo García, de la Junta de Guerra, a apropiarse de unas 700 robadas que habían sido sembradas colectivamente por los campesinos pobres unos meses antes; para ello reclutan a los hombres del pueblo más pobres, y a los de izquierda presos en el cuartel, y se les lleva con un brazalete blanco, a realizar trabajos de recolección (maíz y remolacha, sobretodo). Algunas mujeres recuerdan haber llevado la comida a sus padres. Fue trabajo esclavo, no pagado. De los mismos detenidos nombraban encargados de grupo de trabajo. Los jornaleros detenidos no podían regresar a sus casas: dormían en Imaz. Se organizó como campo de reclusión y trabajo. Cuentan que el Jefe de la Falange acompañaba en horas de la noche con el fusil al hombro a dos de los detenidos para echar el agua desde la Central eléctrica. Hacían el camino a pie entre Imaz y la Central, en el Río Nuevo. En cierta ocasión, transcurridos varios días, les hizo el encargo, a ellos solos, de echar el agua. Al regreso, uno de ellos quiso pasar por la casa de su mujer. Se puso de acuerdo con el otro para que fuera lentamente y lo esperara en un punto del camino, antes de llegar a Imaz. Con esa pequeña treta pudo verla esa noche. Lo recolectado en Imaz ese año se lo quedó la Junta de Guerra. Al poco tiempo, las tierras de Imaz serían entregadas por los sublevados a su anterior propietario, el terrateniente Ángel Jiménez. S. M., labrador y falangista destacado, había ido con un grupo de ellos a pedir reparto. Ángel Jiménez convocó a la guardia civil, haciéndoles ver lo engañoso de sus promesas. Eso sí, como medida práctica, a los pocos años empezó a ofrecer algunas de esas tierras a renta.
La Granja pasó del padre Ángel Jiménez, al hijo Ángel Jiménez, casado con Rosario Palacios. Al morir trágicamente sus dos hijos varones, la finca pasó a José María Sanz Pastor (hijo de José Mª Sanz, antiguo rentario de las hierbas del Encimero).

Las tierras y edificios después de 1980
Tras la muerte de Franco, el gobierno adquirió las tierras de Imaz y las vendió a los campesinos del pueblo, organizándolas en lotes. El edificio fue adquirido más tarde por empresarios que instalaron, tras las reformas pertinentes, la Bodega Barón de Ley.
La granja, actualmente, se compone de una serie de edificaciones muy transformadas que se organizan en torno a un espacioso patio cuadrado. De entre ellas destaca una construida en sillarejo, con muros reforzados por cinco contrafuertes cilíndricos con remate cónico. Otros edificios nuevos o restaurados completan la estructura para responder a su uso como Bodega. Resaltan dos escudos del siglo XVII, uno de comienzo y otro de finales.
Fuera de este recinto queda un edificio rectangular al que llaman la ermita, que debió de ser la del patrón San Martín, y un torreón circular de sillería.




MARTIN Y OTROS ZURBANO




(Llegó a mis manos, del propio autor, un interesante texto sobre el tema. Se trata del escrito inédito de Francisco Javier Zurbano Cintas. Martin Zurbano y sus descendientes. A partir de ahí reelaboramos a dos manos, Francisco Javier y yo, algunas informaciones que había recogido en mi blog sobre el general Zurbano y los Zurbano de Mendavia, e incorporamos algunos datos genealógicos. Se agradece cualquier otro aporte que enriquezca el texto, especialmente en relación con los Zurbano de Mendavia).

Foto: http://www.albumsiglo19mendea.net/cas


ORÍGENES DEL GENERAL ZURBANO
Martín Román Zurbano de Baras, militar liberal riojano, nació en Varea (pequeña población cercana a Logroño) el 29 de febrero de 1788, y murió en Logroño el 21 de enero de 1845.
Sus padres y abuelos procedían de Navarra, concretamente de unos pueblos situados en la comarca de Estella (Desojo, Genevilla y Arroniz). Sus padres fueron Antonio Zurbano Babari, natural Desojo, y Gregoria de Baras Martínez, bautizada en la iglesia de San Esteban de Genevilla el 29 de mayo de 1745. Sus abuelos paternos fueron Martín Zurbano, natural de Desojo, y Antonia Babari, natural de Arróniz; los maternos fueron Simón Julián de Baras y Gregoria Martínez de Bujanda, naturales ambos de Genevilla. Se casaron en la iglesia de San Esteban de Genevilla el 6 de febrero de 1737 y tuvieron al menos otras dos hijas: María Santos (9/11/1738) y María Teresa (6/11/1741).

SU VIDA MILITAR
A los 20 años, Martín se alistó en la partida de Cuevillas para luchar contra la invasión francesa en la Guerra de la Independencia. Demostró su valentía en un combate de Sansol, en el que también participaron Espoz y Mina.
Terminada esta guerra, Martín Zurbano volvió a sus faenas del campo hasta que llegó la guerra carlista. Preparó una partida isabelina y se lanzó al campo con su gente (el 15 de julio de 1835).
En 1836 fue nombrado capitán mayor de cuerpos francos y comandante. En 1837 protagonizó numerosos y arriesgados hechos de armas en la zona de Vizcaya, donde destruyó las fábricas de plomo que surtían a los carlistas; por ello lo nombraron teniente coronel.

SUS ACCIONES EN EL ENTORNO DE MENDAVIA
La Columna isabelina de la Ribera, con Zurbano al frente, mantuvo cierto control sobre Mendavia entre los años 1836 y 1838.
El día 13 de julio de 1836, el carlista Basilio García pasó por el vado de Agoncillo, frente a Mendavia, con 80 caballos y 1250 infantes, hacia Murillo de Río Leza. El capitán Martín Zurbano salió en su persecuión, apoyado por parte de la brigada de Bernuy.
Diez días más tarde pasaron  por el mismo vado unos 1300 infantes y 50 caballos al mando de Batanero y Basilio, en dirección a Murillo y Galilea. A los pocos días contramarcharon desde Mendavia, y se dirigieron a tomar Oteiza. Iribarren y Benell los enfrentaron y los hicieron retroceder. El día 14 de agosto, la columna carlista que había en Mendavia se replegó hacia Los Arcos. La columna de Basilio también se retiró hacia Baltrojar. Bernuy y Zurbano los persiguieron. Iribarren los apoyó desde Lodosa en la persecución.
El 29 de diciembre de 1837 atravesó por el vado de San Martín, frente a Mendavia, aprovechándose de una densa niebla, una expedición carlista al mando de Basilio García, con 5 batallones y 1 escuadrón, con una pieza de montaña, hacia Corera. El general Segundo Ulibarri salió en su persecución el día 30, desde Miranda. El 1 de enero de 1838 Ulibarri estaba en Logroño, desde donde se dirigió hacia Ausejo. Basilio iba en dirección a Soria y llevaba ventaja. A fines de enero las tropas de Basilio fueron alcanzadas y vencidas, haciendo los isabelinos 200 prisioneros.  En febrero, vencidos los carlistas en los vados de Mendavia y Alcanadre, quedaron cubriendo el Ebro la caballería y la columna del coronel Zurbano.

SU FINAL
Terminada la guerra civil, Martín Zurbano fue elevado al cargo de mariscal de campo y, aunque se retiró del ejército, volvió para sofocar algunas sublevaciones en Vizcaya y Cataluña. El general Espartero lo nombró en 1843 teniente general de los ejércitos y capitán general de Cataluña.
Con la caída y exilio de Espartero, Martín se refugió en Portugal. Regresó a España, para encabezar, el 11 de noviembre de 1844, un alzamiento militar con el fin de restablecer la Constitución de 1837 y devolver el poder al liberalismo progresista. El punto de encuentro de los alzados era el pueblo de Hormilla, a 6 Km de Nájera, en la Rioja, pero allí solamente se presentaron los miembros de la Milicia Nacional de Ezcaray. Entonces supo Martín que su aventura estaba condenada al fracaso. Narváez le ofreció la rendición, pero la rechazó, manteniéndose en rebelión. Cuando, a los pocos días, aún en el mes de noviembre de 1844, se encontraba por Montenegro, el coronel Ramón Corres lo persiguió y alcanzó, logrando que toda la infantería se rindiera y entregara las armas. Zurbano, con sus dos hijos, su cuñado Juan Martínez, su lugarteniente Cayo Muro, y seis individuos más, se dieron a la fuga hacia Yanguas. Martín trató de pasar el Ebro por las inmediaciones de su propiedad en la Granja de Imaz (por Mendavia).
En una primera captura, uno de sus hijos, Benito Zurbano, fue fusilado el 26 de noviembre de 1844, junto a Juan Martínez, Juan Arandia y Joaquín Eguilar. Feliciano, otro de sus hijos, fue fusilado el 30 de ese mismo mes, junto a Baltanás y Paco Hervías. Hay que destacar que Feliciano no había participado en la revuelta, sino que había sido enviado para entregarle una carta a su padre. De hecho, fue felicitado por su labor el día anterior, y solamente unas horas después fue fusilado sin juicio de ningún tipo. Cayo Muro fue abatido al tratar de escapar de sus captores el 19 de enero de 1845. Ese mismo día Martín fue capturado y, dos días después, fusilado en las tapias del convento de Valbuena (Logroño).
No hubo juicio para Martín, ni se le permitió ver a su esposa. Al parecer, la reina había escrito un indulto que, deliberadamente, Narváez retrasó. Aun así, el comandante general Orive se negó a dar la orden de fusilamiento, por lo que fue sustituido en el cargo. En ese año del Gobierno de Narváez, hubo 214 fusilamientos. Así se reestableció el orden, por la fuerza, en las provincias de Logroño y Soria. Los restos de Martín fueron enterrados en el cementerio de Logroño.

SU VIUDA EN LA GRANJA DE IMAZ
Martín se casó en el año 1810 con Francisca del Saz, vecina de Varea, con quien tuvo cuatro hijos: Felipe (fallecido en León, el 2 de marzo de 1850), Valentín, María Brígida (fallecida al poco de nacer) y Feliciano. En 1821, tras fallecer su esposa Francisca, Martín se casa con Hermenegilda Martínez Badarán, también vecina de Varea, nacida cerca de 1796. Al año de su matrimonio tuvieron su único hijo: Benito Zurbano Martínez.
Con el control territorial de los isabelinos liberales, hacia finales de 1837, pudo concretarse la desamortización de la Granja de Imaz en Mendavia cuando, como premio y recompensa de sus heroicos hechos de guerra, las cortes españolas se la condonaron a Martín Zurbano. Esta finca, con un conjunto de casas, era un antiguo monasterio que pertenecía desde 1830 al ayuntamiento de Mendavia, tras la desamortización de ese año. En la Granja de Imaz vivieron Hermenegilda y Martín desde 1837 hasta la muerte de este en 1845, con las ausencias de Martín ya reseñadas.  Su viuda siguió viviendo en Imaz hasta 1861, fecha de su muerte; fue sepultada en el cementerio de Mendavia.
Un par de situaciones conflictivas son dignas de mención. En 1845, tras la muerte de Martín, su viuda Hermenegilda Martínez, hace un inventario por haberse procedido al embargo de sus bienes por parte del capitán general de esta provincia. En el inventario de bienes raíces consta el arriendo a don Laureano Ibar Navarro del edificio con sus hierbas. Además de 500 robadas más en otros arriendos. León Zalduendo le entrega formalmente algunos bienes de la granja, una vaca entre ellos, pero no las tierras. El 19 de diciembre de 1858 se reunió la Veintena, presidida por el Sr. D. Isidro Vidondo, Alcalde Constitucional de Mendavia, y presentaron una denuncia contra la viuda del general Zurbano, por impedir conducir piedra de Imaz a Mendavia. La Veintena, en represalia, acordó no dejar correr el agua por la Madre llamada de Carraimas.

SUS HERMANOS
Martín tenía tres hermanos mayores que él: Justo, que era el mayor, Juan y Tomasa.
Justo se había casado con María Martínez Martínez de Cabredo el 27 de octubre de 1800 en la iglesia de San Esteban de Genevilla y tuvieron al menos un hijo, Francisco Zurbano Martínez, nacido el 10 de febrero de 1809 y bautizado en la misma iglesia de San Esteban de Genevilla, un día después.
Desde 1804 Justo estaba al frente de la familia y hacienda, una vez muertos los padres. Martín contaba entonces con 16 años y ayudaba a su hermano en las labores agrícolas y ganaderas.
Justo, Juan y Martín aparecen citados en el Apeo (deslinde) de 1818. Justo era propietario de 13 fanegas de cereal y 27,3 de viña repartidas en 3 parcelas, y era arrendatario de otras 40. Juan era propietario de 2 fanegas de viña y arrendatario de 47; por último, Martín era propietario de 2 fanegas de viña y arrendatario de 50. El tamaño de estas fincas no era lo suficiente para ser considerados grandes propietarios.

Es probable que fuera un descendiente de este Juan Zurbano, homónimo, si no acaso él mismo (más probable es que fuera un hijo, pues él tendría más de 50 años en el año de su matrimonio documentado) quien se casó con Petra Ruiz (matrimonio, San Juan Bautista, Mendavia, 21-3-1841), padres de Ildefonsa y Valentina Zurbano Ruiz, casadas en primera y segundas nupcias con Salustiano Peña.
La partida de matrimonio de Juan Zurbano y Petra Ruiz podrá despejar la duda del parentesco de Juan Zurbano con el general Martín Zurbano.
Salustiano Peña Subero (hijo de Fermín y Josefa) se casó con Ildefonsa Zurbano Ruiz (26-9-64, Mendavia). Seis hijos nacieron en Mendavia: Agueda (5-2-1866) Faustino (15-2-1868), Feliciano (2-2-1870), Fermín (11-10-1871), Conrado (19-2-1874) y José María (15-8-1876).
Salustiano Peña Subero (hijo de Fermín y Josefa) se casó, probablemnte, con Valentina Zurbano Ruiz en segundas nupcias. Se conoce el nombre de un hijo: Gabriel Peña Zurbano, nacido en Mendavia el 18-03-1886, según consta en el Libro de registros de nacimientos (10, 98). Mantengo como hipótesis la de un segundo matrimonio con la probable hermana menor, pues Gabriel nació 10 años después.
Se cita en archivos de Mendavia el suceso según el cual el 30 de junio de 1802 murió ahogado en el río Justo Zurbano, de 16 años, hijo de padres Narciso y Marcelina Pascual de Viana.


SUS HIJOS Y OTROS DESCENDIENTES
Benito Zurbano Martínez nació aproximadamente en 1822, se casó con Primitiva Ruiz de Escalera y Orcó, y tuvieron dos hijos: Milagros y Manuel.
Manuel era militar de profesión, en el año 1862 tenía 19 años y estaba como cadete de artillería en Segovia. Milagros Zurbano Ruiz, nació probablemente en 1844 y falleció el 19 de enero de 1904. Se casó con Osvaldo Santos y García Herreros. Tuvieron 3 hijas: Emilia, Aurelia y Petra Santos Zurbano. En 1855 las Cortes, a petición de Sagasta, concedieron a la viuda de Benito una pensión de 12000 reales.
Desde el fallecimiento de su abuela Hermenegilda en 1861, su hija Milagros mantuvo un pleito por la Granja de Imaz que su abuela Hermenegilda había donado al administrador Juan López. La justicia le dio la razón y en 1869 recuperó dicha propiedad. El 20 de julio de 1886 el senado aprueba una pensión para Milagros Zurbano, una vez fallecida su madre.
En cuanto a las hijas de Osvaldo y Milagros, sobre Emilia no se posee información. Aurelia nació hacia 1870 y falleció el 11 de febrero de 1941. Estaba casada con Miguel de Entrambasaguas y Corsini. Petra nació en 1873 y falleció el 7 de marzo de 1928. Estaba casada con Luis Alastuey y tuvieron al menos dos hijos: María Luisa y Alberto Alastuey Santos. Por nota de prensa se sabe que Petra fue atropellada por una moto en el Paseo de la Florida, cuando vivía en la calle Fuencarral número 108, de Madrid. María Luisa se casó con Nicolás Ortega y Jiménez, médico cordobés, en 1923, y no tuvieron descendencia. Alberto nació el 16 de enero de 1896 en Pamplona, era militar de profesión. En 1921 era sargento en el Regimiento de Saboya 6 y en 1922 en el cuerpo de Regulares Indígenas de Tetuán. No se conocen sus descendientes.

OTROS ZURBANO: DATOS GENEALÓGICOS
Se conserva un expediente de hidalguía de Jorge Zurbano Crespo del año 1774 localizado en Córdoba por Pablo Camarasaltas. De este expediente y otras fuentes digitales contrastadas, se concluye que José Zurbano Martínez vivía en Azuelo y tuvo 5 hijos. Bernardo y Mateo de un primer matrimonio con María Cruz Martínez de Angustina Chasco. De su segundo matrimonio con Francisca Crespo tuvo otros tres más, Jorge, Félix y Josefa.
Se conoce, por los Archivos Municipales de Mendavia, que Juan Joseph Zurbano, maestro polvorista, fue quien hizo los fuegos artificiales para la festividad del Patrono Titular San Juan Bautista (1735). ¿Es posible que fuera el Joseph de Azuelo?
Bernardo, Mateo y Jorge marcharon a Córdoba allá por 1750 y a partir de entonces se desarrolla el linaje de las familias Zurbano actualmente en Córdoba y Sevilla. Uno de los hijos de Jorge fue Blas Zurbano Ramírez, casado con Antonia Monroy Aguilera, que son los tatarabuelos de Francisco Javier Zurbano, quien reside actualmente en Sevilla, y ha suministrado varios de estos detalles genealógicos.
Josefa Zurbano Crespo se casó en Aras con Juan Acisclo Chasco. Aunque el apellido Zurbano va desapareciendo, sus descendientes están distribuidos por varios pueblos de Navarra: Sesma, Allo y Los Arcos.
La rama de los Zurbano presentes en Mendavia procede de Félix Zurbano Crespo a través de uno de sus hijos, Jorge Zurbano Sainz, éste se casó con María González Elvira el año 1726 en Viana. Tuvieron dos hijos Eduardo y Antero Zurbano González.
Antero se casó con Francisca Lizuáin en Mendavia el 11 de abril de 1849. Al menos tuvieron 4 hijos, todos nacidos en Mendavia: Rita, Braulio José, Miguel y Benita Zurbano Lizuain,

Rita Zurbano Lizuáin se casó con Santiago Elvira Luri en Mendavia el 16 de diciembre de 1872. Este matrimonio tuvo al menos cuatro hijos: Facundo Gregorio (nacido en 1874), Estanislao (nacido el 13 de noviembre de 1877), Juana e Irene Elvira Zurbano.
Estanislao se casó con Valeriana Gastón, de Mués. Juana se casó con Severiano Mateo Ganuza, de Mendavia, y tuvieron varios hijos, entre otros Severo, Julio y Teresa. Julio fue asesinado en 1936. Julio había nacido el 5/12/1918, y la familia vivía en la calle San Bartolomé (libro de Registro de nacimientos, 26, 94). Irene falleció en Mendavia en 1967.
De los otros hermanos de Rita, Braulio José se casó con Angela Suberbiola García en Mendavia el 13 de junio de 1879. Miguel se casó con María de la O Martínez y Lodosa en Mendavia el 16 de agosto de 1878. No me consta que tuvieran descendencia. Benita al parecer permaneció soltera.
Eduardo Zurbano González, hermano de Antero, también vivió Mendavia, pues allí nacieron María Leocadia y Joaquina Zurbano Rivas de su primer matrimonio con Bernabea Rivas Iribarren; y Juana y Rafael Zurbano Vitoria, de su segundo matrimonio con Isabel Vitoria Etayo. Probablemente a partir de 1877 esta familia se marchó a Sesma, pues allí nacieron otros 4 hijos.
Así pues, Antero y Eduardo Zurbano González, dieron origen a las familias Zurbano Lizuain, Zurbano Ribas y Zurbano Vitoria, que vivieron en Mendavia, de las que se conocen actualmente los descendientes de Juana Elvira Zurbano, nieta de Antero.
Por otra parte, respecto a la rama de Ildefonsa y Valentina Zurbano Ruiz, hijas de Juan Zurbano, el último mendaviés del que se tiene referencia es Gabriel Peña Zurbano, hijo de Valentina, nacido en 1866.
Antonio Zurbano Babari, padre del general Martín Zurbano nació en torno al año 1745, y Jorge Zurbano Crespo nació en 1747, por lo tanto, eran contemporáneos. Puede conjeturarse que  el padre de Jorge (José Zurbano Martínez) y el abuelo del general (también se llama Martín Zurbano), pudieran ser familia, hermanos o primos. La cercanía entre los pueblos de Azuelo y Desojo, hace pensar que dicho parentesco existe. De este modo, se verificaría que tanto el general Martín Zurbano como los Zurbano de Mendavia, y los Zurbano Crespo de Sevilla y Córdoba descienden de un tronco común.

FUENTES
Alonso Castroviejo. Citado por F. Javier Zurbano.
Anónimo. Biografía de Martín Zurbano. Despacho calle Juanelo 19. Citado por F. Javier Zurbano.
Ángel Elvira y María Inés Sainz.  Martín Zurbano y Escritos etnográficos… (especialmente para la referencia a Imaz)
Francisco Javier Zurbano Cintas. Martín Zurbano y sus descendientes. Escritos Inéditos. (especialmente para datos familiares y genealógicos)
Prensa histórica del Ministerio del Interior (Boletines de guerra, siglo XIX: para la referencia al paso del general Zurbano por Mendavia)
Tomás Martínez Sancho. Blogs personales de la Historia de Mendavia.
Web: familysearch.