domingo, 2 de abril de 2017

El Gobierno de Mendavia (siglo XIX)

El gobierno de cabildo de Mendavia

La organización municipal de Mendavia incluye alcalde juez, regidores, y junta de veintena, con los mayores contribuyentes. Éstos últimos dirigen la marcha de la villa. Escribanos, notarios o secretarios son funcionarios adscritos al alcalde.
Algunos alcaldes son:

Año
Alcalde y juez ordinario
Regidores
1801
Martín Modet

1803
Facundo García

1811

Xavier Sainz, Carlos Arróniz
1813
Diego José Jalón

1816.
Manuel Sagredo
Dionisio García
1817
Bernabé Alcalde, mestero
reteniente Sr. Barbarin
1818
Manuel Sagredo

1820
Diego Jalón
Atanasio García
1821
Diego Jalón

1822

Urbano Pérez
1823

Antonio Ibarra, Félix Sainz
1825
Ramón Ordóñez
Urbano Pérez
1826

Manuel Lacalle
1828
Joaquín Sainz

1829

Silvestre Navarro, regador
1831

Javier María Baztán
1832

Manuel Lacalle, Félix Sainz y Francisco Albisua
1833
Florencio González

1834

Diego José Jalón, Teniente de Alcalde


Estos son dos antiguos sellos que se conservan en Archivos Generales de la Nación:





Durante la guerra carlista no se hace mención del alcalde. Los ejércitos carlistas e isabelinos señorean sobre el pueblo. Rodil, por los isabelinos, en 1834; Iturralde y Basilio  por los carlistas, en 1835-36; la columna isabelina de la Ribera, con Zurbano, en 1836-1838. Tras la guerra, vuelven a aparecer algunos datos de la organización municipal.

Año
Alcalde y juez ordinario
Regidores
1838
Miguel Marquínez

1839
Ángel Ximénez, juez del regadío

1841
Bartolomé Mauleón, juez del regadío

1843

Leoncio Baztán, de regadío
1851

Manuel Elvira, Nicolás Lacalle y Sotero Ordóñez
1858
Isidro Vidondo


Además de alcaldes y regidores, otro cargo importante es el de escribano. He aquí algunos:

1779-1809
ALMAZÁN Manuel
1804
DEL CAMPO Hermenegildo
1810-1829
SAINZ José
1814-1852
BERDIEL Benito
1821
ROLDÁN Jacinto
1827
DÍAZ José Mª
1831
SANTA CRUZ José Vicente
1845-1850
RUIZ Roque
1848
ONA Manuel
1853-1854
TORRECILLA Saturnino
1854-1859
LOS ARCOS Fermín
1858
LERÍN Felipe
1859
JALON Manuel
1860-1864
ALECHA Manuel
1889-1899
LAFUENTE Rufino
1897
SUBERVIOLA Carlos, interino

En los Boletines oficiales de las provincias se comienzan a publicar informaciones desde la década de los 30. En ellos se informa de la situación de la guerra, entre otros. También se asignan cargos públicos. En noviembre de 1853 se otorga cédula de ejercicio de escribanía a Fermín Los Arcos, para Mendavia y Lazagurría. Otro cargo público conocido es el de celador nocturno. Andrés Armendáriz lo es en 1870. El depositario en 1816 es Francisco Albisua.

El poder eclesiástico

El poder de la iglesia se mantiene durante buena parte del siglo XIX. La iglesia parroquial estaba servida por un vicario, de provisión de la villa, y por siete beneficiados, cuya provisión había correspondido hasta la exclaustración de los años treinta al monasterio de Irache. Este modelo de beneficiados irá reduciéndose a medida que finaliza el siglo, sobre todo a partir de la desamortización de 1830. Son presbíteros Ramón de Sádaba (1817), Félix Ximénez, beneficiado (1813), Isidro Sádaba y Santiago Sainz (1833), Isidoro Elvira (1836), Narciso Sola, beneficiado (1866), Miguel de Villamayor (1867)…

Familias que se mantuvieron por años en cargos políticos (alcaldes o regidores)

ALBISUA: Antonio, Francisco (1759-1832)
ARRÓNIZ: Angel, Joseph, Carlos (1733-1811)
BAZTÁN: Fausto, Javier María, Leoncio (1754-1843)
BERANO: Fermín, Francisco y Blas (1726-1797)
GARCÍA: Manuel, Xavier, Facundo, Enemesio, Dionisio, Atanasio (1745-1820)
JALÓN: Diego José (1813-1834)
JIMÉNEZ (Ximénez): Ramón, Gerónimo, Blas, Ángel (1763-1839)
LACALLE: Bruno, Manuel, Nicolás (1800-1851)
LODOSA: Pedro Antonio Matías, Francisco, Antonio, Mateo, Manuel (1745-1796)
MARQUÍNEZ: Juan Ramón Miguel (1799-1838)
MARTÍNEZ (Quevas): Juan Joseph, Pedro (1753-1792)
ORDÓÑEZ: Diego, José, Ramón, Antonio, Sotero (1742-1851)
PASQUAL: Esteban, Ramón, Félix (1760-1806)
SÁBADA: Esteban, Basilio, Fernando (1746-1782)
SAGREDO: Benito, Santiago, Sebastián, Ignacio, Manuel, Francisco (1726-1901)
SAINZ (Matute): Francisco, Agustín, Bartholomé, Antonio, José, Xavier, Félix, Joaquín (1745-1832)

Alcaldes y regidores de largas trayectorias

Alcaldes
Juan Blas de Urquizu (1746-1761)
Mateo Lodosa (1759-1796)
Ramón Ordóñez (1768-1786)
Facundo García (1796-1803)
Diego José Jalón (1813-1834)

Regidores
Esteban de Sádaba (1745-1752)
Juan Joseph Martínez Quevas (1753-1759)
Antonio Albisua (1759-1795)
Javier García (1776-1783)

Diego José Jalón, de mestero a alcalde constitucional (1808-1834)

Adquiere relieve como mestero. En 1808, siendo mestero, y con el compromiso de pagar a la villa 311 reales, deja de hacerlo a raíz de la invasión de los franceses que perjudicó sus rebaños. El depositario se lo reclama a él y otros mesteros más, pero éstos rehusan el pago.
Figura como alcalde en 1813 y 1821; y como teniente alcalde 1834. Fue depositario (de la cebada y el trigo) entre 1817 y 1820.
En 1813 se lo llevaron los franceses a su paso por Mendavia.
Siendo Depositario recibió una producción cerealera de menos de 800 robos anuales. Fueron años de escasez. En 1817  denunció como depositario  un robo del granero de la Primicia. El Real Consejo encontró y sancionó a los culpables.
En los años 1819-1820 asume la propuesta revolucionaria proclamada por Riego y manda colocar en la pared del Ayuntamiento una tabla con la palabra Constitución, colgada de una cadena.
En 1821, junto con otros pueblos del Condado de Lerín, enfrentan al Duque de Alba. En primer lugar por un dinero que les reclama y que los pueblos había entregado a otro comisionado (Lombardo de Tejada). Asiste cuatro días a la villa de Lerín en el que los pueblos concilian sus cuentas y entablan un recurso contra el Duque.
1821 debió de ser un año crítico, pues el Alcalde Jalón debió intervenir en varias denuncias por hurto de paja en las eras.
En 1829, a la muerte del médico Pérula, tanto el cabildo eclesiástico como Diego Jalón, intervinieron en reclamos judiciales por las deudas que el médico tenía.

En 1833 siendo Diego Jalón Teniente Alcalde paga 36 cántaros de vino en Barbarin y Villamayor para las tropas que se estacionan en esos pueblos. Luego recibe el pago de 205 reales del Ayuntamiento de Mendavia. Parece que esto le ocasionó problemas, pues en 1834 debió pagar la villa una multa de 440 reales por haber dado raciones en contra del bando del Gral. Marqués de Moncayo. Ese año hubo de pagar otra multa de 500 reales, impuesta por el Gral. Lorenzo, a su paso por la villa. Se trató de un asunto oscuro de ciertos rumores en el pueblo, y algunos escritos interceptados en el momento. Es posible que se tratara de la “partida de Alcanadre” presa en 1837, que habita en Mendavia y que intercepta los correos isabelinos, llevándolos a Estella. Era la guerra carlista. Jalón parece estar del lado de los carlistas a quienes trasmite información y lleva vino a sus tropas. Recuérdese que los generales isabelinos ocuparon Mendavia en 1834, pero las fuerzas carlistas estaban muy cerca, y sus hombres merodeaban por Mendavia. En varias ocasiones atraviesan por el vado de San Martín.

viernes, 24 de marzo de 2017

Origen de las burguesías rurales en Mendavia

Fin de la primera guerra carlista y Ley paccionada

En el Convenio de Bergara (1839) tras la muerte de Zumalacárregui y la traición de Maroto a los carlistas, culmina la guerra de los Siete Años con la victoria de los isabelinos. En el rendimiento de los carlistas se confirman los fueros navarros, “sin perjuicio de la unidad constitucional de la monarquía”.
Al poco de terminada la guerra, María Cristina renuncia a la Regencia y es nombrado el general Espartero. En 1841 se extienden a los bienes del clero secular las medidas desamortizadoras. En Navarra se eligió una Delegación Provincial por voto de los mayores contribuyentes y se aprobó en pacto de la Diputación Foral con el gobierno de Madrid la Ley de modificación de los fueros o Ley paccionada, dos años después (1841). En ella se eliminan las Cortes navarras, los tribunales de justicia propios, las aduanas y monedas propias… Se pacta la autonomía administrativa y el respeto de la legislación civil propia. Desaparece el reino de Navarra y su soberanía. Los grupos políticos en Navarra tendrán estas leyes como punto de discordia, por un siglo. La ley de 1839, frente a la del 1841, representará la “reintegración foral plena”.
Será esta nueva Delegación Provincial –no foral- la que autorice en Mendavia y otros pueblos ribereños la venta de los terrenos comunales, impulsando la creación de las burguesías rurales de la zona. Los periódicos de la época reflejan el negocio emergente de las tierras: en marzo de 1840 el sr. Hipólito de Frías anuncia en prensa arriendos de sus tierras, entre otras las yerbas del soto titulado Baldegón, mugante con Mendavia.
En 1840 aún entregaba Mendavia el censo perpetuo en cereal al duque de Alba, con algunos “atrasos” de años anteriores. En 1842 se restablecen las disposiciones del trienio liberal de 1820-1823. Se suprime la palabra Vasallo y Vasallaje. Se decreta la abolición legal de los derechos feudales del señor: Derecho de maltrato; Derecho de que se amamante con preferencia al hijo del Señor; Derecho de pernada. En este contexto, en 1843 y 1844 los pueblos del Condado de Lerín interponen un pleito al Duque de Alba para abolir el censo, tal como lo habían intentado los años 1820-1822.

Fin de las pechas

En documento fechado el 12 de marzo de 1844 se conoce una Exposición que los diputados de los Valles, Cendeas, y Pueblos y Vecinos Particulares de Navarra a quienes se conoce en este país con el nombre de pecheros elevan a las Cortes para que en Navarra sean una verdad las disposiciones que han abolido los odiosos tributos feudales y entre ellos las pechas, reliquias del sistema humillante de la antigua desigualdad civil..
Estas reflexiones de los Diputados expresan las principales preocupaciones del momento  en los pueblos bajo dominio señorial. El éxito de la legislación abolitoria de los señoríos habría que relacionarlo con la posible simpatía del pueblo navarro por el régimen liberal y su aceptación de los cambios introducidos por la Ley de Modificación de Fueros de 16 de agosto de 1841. Los pecheros y lo mismo cabe decir de otros grupos marginados presentaron sus reivindicaciones al calor de las ideas liberales, lo que inclina a pensar que, en principio, debían coincidir muy poco con los representantes del antiguo estado de cosas, que perpetuaba sus marginación. Todo ello plantea numerosos interrogantes acerca de los mecanismos de control sobre los trabajadores, sobre su percepción del liberalismo y del carlismo, el alcance, motivos y posible evolución de su adscripción política durante las guerras realista y primera carlista. La situación explica en parte, que, cuando a fin de siglo se debata con fuerza el asunto foral en Pamplona, la Mendavia que en la década de 1840 hizo su lucha para desprenderse del Duque de Alba y su palacio en Lerín no se lo tome tan a pecho. Para el jornalero o peón, caer en manos de los pequeños burgueses rurales podría parecer incluso ventajoso, pues se había dejado de pechar a monasterios y duques. Aún no habían previsto las consecuencias de la ley del 1841.
A partir de 1844 los asientos de cargo y descargo de trigo y cebada desaparecen en Mendavia y todas las transacciones del ayuntamiento se efectúan en metálico. En el Ayuntamiento suprimen el tesorero, quedando únicamente el depositario. Las cuentas con el Duque de Alba pasaron a la historia.

El general Zurbano

Hijo de ricos labradores de la montaña navarra, nació en Varea (Logroño) el 29 de febrero de 1788. A los 20 años se alistó en la partida de “Cuevillas” para luchar contra la invasión francesa en la Guerra de la Independencia, demostró su valentía en el combate que se dio en Sansol, en el que también participaron Espoz y Mina.
Terminada la guerra, Martín Zurbano volvió a sus faenas del campo hasta que llegó la guerra carlista. Preparó una partida isabelina y se lanzó al campo con su gente (15 de julio de 1835). En 1836 fue nombrado en poco tiempo capitán, mayor de Cuerpos Francos y comandante. En 1837 protagonizó numerosos y arriesgados hechos de armas en la zona de Vizcaya, donde destruyó las fábricas de plomo que surtían a los carlistas, por ello le nombraron teniente coronel.
Como premio y recompensa de sus heroicos hechos de guerra, las cortes españolas condonaron a Martín Zurbano la Granja de Imas.
Terminada la guerra civil, fue elevado al cargo de mariscal de campo y, aunque se retiró del ejército, volvió para sofocar algunas sublevaciones en Vizcaya y Cataluña. Cuando Espartero cayó del poder, se vio obligado a huir a Portugal y al regresar a España en 1844 se rebeló y proclamó la Constitución.
En noviembre de 1844 el rebelde Zurbano estaba por Montenegro. El coronel Ramón Corres lo persigue y logra que toda la infantería se rinda y entregue las armas. Su levantamiento no tuvo éxito. Zurbano, con sus dos hijos y su cuñado Cayo Muro, y seis individuos más se dan a la fuga hacia Yanguas. Y trata de pasar el Ebro por las inmediaciones de su Granja (por Mendavia). En cuatro días el rebelde Zurbano acabó. Finalmente fue detenido y fusilado en Logroño. El orden se reestablece en las provincias de Logroño y Soria. Es el Gobierno de Narvaez: en un año hubo 214 fusilamientos. Ese año se había suspendido la venta de bienes de la Iglesia.

Martín Zurbano casó en primeras nupcias con Francisca del Saz, y en segundas con Hermenegilda Martínez. Su viuda, que vivía en la Granja de Imas, falleció en ella en 1861; fue sepultada en el Camposanto de Mendavia.