domingo, 7 de febrero de 2016

OTROS ASPECTOS ECONÓMICOS DE MENDAVIA (SIGLO XVIII) (2)

Ingresos y gastos del ayuntamiento

Se tiene abundante información sobre la administración del ayuntamiento en el siglo XVIII. La mayor parte de los negocios se realizan con pagos en género, principalmente  trigo. Los arriendos los cobraba el ayuntamiento de acuerdo a la subasta realizada. Se cobraba por las tierras de labranza, los egidos y corrales, el molino, la carnicería, la panadería, etc… Todo se depositaba en el granero de la villa. Para su correcta administración se nombraba un tesorero.
Se hace distinción entre los terrenos que se arriendan: piezas, cañemares y egidos. Se nombran el egido Majada el Pozo (1703) y las piezas Tras el Castillo, La Abejerilla, El Brazal de la Caballera, El Durango, La Presa Vieja, Mata la Mora; algunas se sitúan en el Camino San Pedro, la Vega y el Arenal (1701-1726). El monto de arriendo oscila entre los 2 robos de trigo anuales por el cañemar y 18 robos por el egido. Se exceptúan dos piezas mejores: Tras el huerto de Isaba y Hacia el Prado pagan en torno a 50 robos anuales. Los cañemares eran tierras de peor calidad, anegadizas, pero que podían utilizarse para la producción de cáñamo todos los años. Los egidos correspondían a terrenos más amplios, en el secano. La expresión “se les hizo espera” indica algunos cobros pendientes de pago de años anteriores. En 1716, como ejemplo, se cobraron 794 robos por este concepto.
Los pagos a los funcionarios públicos o por trabajos por contrato temporal también se hacen en especie. Pregoneros públicos y publicadores de ánimas (quienes anuncian todas las noches el rezo por ellas), amas de parir, cobradores del libro de Mende la Vieja, saludadores (que hacen oraciones para curar animales), bueyeros y pastores (que cuidan los toros para las fiestas desde finales de mayo hasta las fiestas de San Juan), correos, cerrajeros (contratados para hacer candados para la cárcel), jueces (contratados en pleitos), maestros polvoristas (para los fuegos de las fiestas), etc… generalmente son pagados en trigo y su pago no excede a los 10 robos.
Pagos especiales se hacen al vicario de la parroquia, por su salario como vicario y por la administración de los sacramentos (70 robos), y al escribano. Por los arreglos de la Casa de la Villa de 1708 el maestro albañil recibe 195 robos de trigo. Se hace en trigo un adelanto (vistreta) de 28 robos al arrendador de la panadería; y se pagan en trigo algunos daños que ocasionan los toros en las propiedades de los vecinos. En 1723 se pagan en género el arriendo de caballerías para traer la comitiva del Conde de las Torres, Virrey y Capitán General de Navarra, y la de la Virreina, en dirección a Pamplona.
Otros salarios o trabajos se pagan en moneda (reales): acarreo de trigo, ama de parir… Cuando la villa no tiene efectivo también completa con cereal. En 1722 se paga parcialmente en trigo la nieve traída por un vecino de Abárbuza. Y asimismo se hace con varios maestros albañiles. En 1712, bajo el argumento de necesidad del Erario Público, la villa es obligada a aportar 256 reales a Martín de Salinas, Secretario del Reino. A cada vecino, de los que arriendan, se le pidió medio robo de cebada.
Aún en esta segunda mitad del siglo XVIII se seguía cobrando en trigo el arriendo de las tierras, así como los arriendos de la panadería y molino. En robos de trigo se realizaban diversos pagos. Al Condestable, al administrador de sacramentos (70 robos), al correo (24), al publicador de ánimas (6), al saludador (6), al procurador de la villa en Lerín (6), el relojero (3), a los predicadores, para la limosna a San Gregorio (2), para regar los sotos para la ganadería concejil o para guardar los toros para fiestas (2).
En ocasiones se vende excedente de trigo, cebada o centeno para solventar pagos tales como: limosnas, cera para novena por sequía, gastos de soldados y prisión, o compra de fusiles (1718). En otros casos se vende para disponer de ahorros en moneda. Resaltan las ventas de 1709, en Corella; y las de 1733 y de 1743, por montos entre 400 y 1500 reales.

Dinero tomado a censo

Una fuente de ingresos de los sacerdotes beneficiados fue el dinero puesto a censo (prestado). Si la tierra de una fundación se vendía, el dinero se prestaba para pagar las capellanías con el rédito y sacar algún beneficio adicional. Un caso: 20 ducados reciben D. Beremundo de Arteaga (Vicario) y Francisco Bazán, Abad y Mayordomo de la cofradía de San Sebastián, como rédito de dos censos de 500 ducados al 4 por ciento.
Para que los cabildos puedan tomar dinero a censo requiere la autorización del Real Consejo. En 1722 el ayuntamiento obtiene permiso del Real Consejo para pedir 1.800 ducados a censo, con tasa 3%, para la edificación de los corrales. 1.200 ducados los aportó el convento de San Benito, en Estella.
El dinero de fundaciones y capellanías puesto a censo puede tomarse, también con autorización del Real Consejo, y de común acuerdo entre los cabildos, para obras del pueblo. En 1749 y 1750 toman más 1180 ducados para pagar las obras de una capilla y sacristía, y  la capilla mayor.
Cuando se proyecta construir la obra del Regadío Nuevo estos dineros no alcanzan y se debe pedir autorización al Consejo Real para tomar préstamos mayores. En 1756 se autoriza a la villa pedir a censo el dinero requerido. El gasto estimado por el ingeniero Gency para el Nuevo Regadío será de 37.500 pesos. Se obtienen algunos préstamos:

Prestamista
Población
Cantidad prestada y tasa
Miguel Díez de Espinosa
Armañanzas
1.500 ducados al 2,25%
Julián Ganuza
Bargota
700 ducados al 2,5%
Juan Manuel Ordóñez
Abad de Irache
800 ducados al 2,5%
Miguel Antonio Lanciego y Martín Pérez de Lanciego, herederos de Manuel Pérez
Viana
1.100 ducados al 2%
Joseph Solano y Velasco
Sesma
500 ducados
Herederos de D. Bernardo Nagusia

9.300 al 2%
2.000 al 2,75%
Cabildo Eclesiástico
Mendavia
500 al 2,75%
Parroquia
Mendavia
1.000 ducados
Capellanía de D. Fausto Liñán
Mendavia
900 ducados
Capellanía de Oñate
Mendavia
200 ducados  al 2,5%
TOTAL

19.000 DUCADOS

Para poder hacer los préstamos la villa pone como fianza todo cuanto tiene, excepto los compromisos adquiridos, además de la pecha de 1.000 robos de pan metadenco al Duque de Alba.
Al concluir la obra, en 1780, todavía se tienen deudas y Joseph Antonio Berrueta, de Pamplona, ofrece a censo 11.000 pesos. El barón de Armendáriz y el marqués de Castelfuerte y mayorazgo de Tarazona quieren dar hasta 22.400 pesos. La villa volvió a endeudarse. Es de notar que suspendieron por el año 1790 a Juana Ibarra como maestra de niñas, argumentando “que la villa va sobrecargada de obligaciones y censos”.
Entre 1795 y 1801 Manuel Urbiola, como cobrador del reparto del Nuevo Regadío, recoge dinero entre los propietarios de esas tierras, a 1,5 reales la robada, para pagar los censos. La parte de la villa en este regadío son 3.347 robadas (un 40% de la tierra aproximadamente, después de los apropios realizados). Al menos otros 6.820 reales se recogen con ese fin de los vecinos.
Parece que con estos aportes se fue recuperando lo gastado. Y así, en 1795 la carnicería pidió a censo, con facultad del Real Consejo, 16.000 reales de plata fuertes a Manuel Garín, de Armañanzas.
El municipio sigue endeudándose. En 1841 Bartolomé Mauleón es el encargado de recibir 2.200 reales para devolver un préstamo al Barón de Armendáriz, en Dicastillo.
A su vez el ayuntamiento hace préstamos. En 1845 el ayuntamiento presta a censo parte del dinero a los compradores de cuatro corralizas.
En 1873 la Junta Veintena presidida por Claudio Sainz, Alcalde Constitucional, pide un préstamo de cereal para los soldados en guerra. Miguel García presta 400 robos de cebada a 3 pesetas el robo y Tomás Úzqueda, 400 robos de trigo a 3,75 pesetas el robo.
Sin pechas al Duque de Alba, en 1897 el municipio debe 16.379 pesetas de impuestos a la Diputación. Las pésimas cosechas habían impedido cumplir. Nombran un agente ejecutivo de apremios, que se quedaba con una tercera parte de lo que cobraba  a los vecinos.

Cáñamo y lino

El lino cultivado (Linum Usitatissimun) es una planta anual que puede alcanzar desde 30 cms. hasta un metro. El cáñamo se obtiene de los tallos de "Cannabis Cativa", de la familia de las urticáceas, que se cultivan preferentemente en climas templados. Las fibras del cáñamo se asemejan a las del lino, aunque son más bastas, más largas y mucho más resistentes, presentando extremidades redondeadas. Su longitud media es de 28 mm y su diámetro medio de 35 micrómetros. Químicamente, se componen de un 86 % de celulosa, un 6 % de lignina y un 8 % de pectinas, ceras y hemicelulosa.
La importancia del lino y cáñamo en la economía de los campesinos mendavieses no fue siempre la misma. Durante los siglos XVIII y XIX alcanza su etapa más próspera. En Mendavia se sembraban por el mes de abril, labrando y limpiando la tierra, quitando las hierbas e impurezas antes de echar la simiente que se hacía al voleo. A finales de julio, ya maduros, era el momento de arrancarlos de raíz. Esto se hacía a mano, batiendo la planta contra la pierna para quitarle la tierra. Luego se juntaba en gavillas. Se separaba la semilla de la planta como la siembra del año siguiente o para la venta. Por arrancar cáñamo en campos ajenos se imponen multas de hasta 11 reales (1831). En 1783, el jornal por arrancar cánamo es de ¼ de real por veinte (gavilla de 20 manojos).
Para ablandar el lino había que sumergirlo en un pozo con el agua estancada y dejarlo entre ocho y nueve días, dependiendo de la calidad del lino. Para saber si ya esta “cocido”, se frotaba y si salía la “tasca”, se sacaba del pozo. Este empozado se hacía en el Ebro o en los brazales. Cada persona preparaba un pequeño pozo separado por piedras de los pozos vecinos.
Para mayor comodidad los vecinos echaban las ilarzas (de lino o cáñamo) en el río Mayor o en brazales, pero esto ocasiona problemas de salud pública. Así es que se regula en las Ordenanzas de 1797 “que ninguna persona pueda echar ilarzas a ninguno de los ríos de ésta villa, ni en el Puente Grande ni todo su río”. Como persiste la irregularidad se publican bandos en 1802 para “que ningún vecino eche a aguar cáñemos en el Río Mayor y balsas inmediatas que se han hecho sin facultad de la villa”, por el perjuicio que podían causar no sólo a la salud pública sino también a las caballerías, “por infestar el agua, mayormente en tiempo de verano por la poca que fluye por el cauce”. En 1826 y 1832 se imponen multas hasta de 11 reales por contravenir estas Ordenanzas. Hubo algunas denuncias (1749, 1799) por robos de cáñamo mientras se estaba cociendo (remojando).
Una vez remojado, el cáñamo o lino se lavaba y se extendía al sol. Y bien seco se recogía en gavillas. Luego se gramaba (se machacaban los tallos para separar la fibra) y se espadaba (se maceraba y quebrantaba con la espadilla) para separar la paja de la fibra, y para conseguir que el lino se fuera haciendo más fino. Esta tarea se hacía en el pueblo, en las calles o en los corrales. De ahí el reclamo del Obispo de que no lo hagan en el cementerio, junto a la iglesia. Gramar y espadar son términos que se usan en la Audiencias de Mendavia por reclamos del trabajo hecho (desde 1744 hasta 1802 al menos). En 1786 también se utiliza el término “majar” para el lino.
Los precios por el trabajo son 4 reales por dos días de espadar; 5 ½ reales por gramar 1 arroba; 1 cuartillo por majar el veinte de lino. Las “ilarzas” (lino y cáñamo recogido) se medían por mañas (de unos 2 kg). En una audiencia de 1805 un vecino dice que le tomó de cáñamo 3 haces de a 18 mañas y sólo le ha devuelto 2 veintes (haz de 20 mañas).
Sobre la producción y precio del lino se tienen algunos datos. 1785 entraron en el órreo de la iglesia 200 veintes de cáñamo y lino. En 1787 fueron 35 veintes de lino y 15 veintes de cáñamo. En 1731 se pagó en Mendavia 3,5 reales por un robo de linoso (simiente de lino). En 1775 se vendió lino a un vecino de Estella a 6,5 reales fuertes la arroba (11,5 Kg.) de lino. En 1786 el cáñamo se vende a 6,5 reales. En 1747, en la aduana de Arrúbal se paga un fuerte impuesto por la comercialización del cáñamo: a 2,5 reales la arroba.

Economía ganadera

Las primeras estadísticas generales sobre la situación de la ganadería en Navarra, con pocas excepciones, datan del tránsito del siglo XVIII al XIX. Luego se abre un período de relativo vacío, con algunas estimaciones en la primera mitad y los comienzos de la segunda del XIX, y los trabajos catrastales completos y periódicos no se realizan sino desde 1888.
Con estas fuentes, no es fácil establecer con seguridad la historia de la ganadería navarra de las dos últimas centurias. Claro es que las especies continuaron siendo las mismas que en siglos anteriores y el ganado lanar, vacuno, mular, caballar, cabrío y de cerda, eran los habituales a mediados del siglo XIX.
Es a causa de esa escasa información que resultan de mucho interés para el análisis algunos datos de la carnicería de Mendavia reportados en el año 1775-1776.
Algunos de los reales producidos por las compras y ventas del año, desglosados por conceptos, permiten conocer el número de animales y los costos de la ganadaría concejil, al menos con alguna aproximación.
Conociendo, además, que en el pueblo había 8 corralizas, y el ganado concejil ocupaba uno de los corrales, podrían estimarse (muy someramente) el número de animales de las otras corralizas y los ingresos y patrimonio de los mesteros.


Concepto
en ventas
Número
Peso (libras)
Reales x unidad
Reales
Carneros
132
1.603 2/3
3,5
5.612
Ovejas
339
3.135 2/3
2,5
7.839,5
Lana

97 (arrobas)
28
2.565
Reses - enfermas
70
432

444
Pellejos diversos
464


472
Corderos con pasto
132

2,5
332,19
Menudos de ovejas
355

1 - dividido
103,19
Menudos de carnero
132

1,5 - dividido
71,34
Ternegones no de vida
26


197
Asaduras
51


9


Concepto
en compras
Número
Reales x unidad
Reales
Carneros
60
55,5
3330
Carneros
5
51
255
Carneros
3
55,5
166,5
Carneros
1
64
64
Ovejas
45
22,5
1.012,5
Mardanos
(carneros para padres)
2
55,5
111



Comprados para la carnicería
Cargo total
Picaron en la carnicería
Descargo total
Alcance
(quedan)
Carneros
312
341
147
161
180
Ovejas
938
938
-
749
189
Corderos
426
426
12
112
314
Primales
53
53
2
4
49

Otra información importante este año es el pago a los esquiladores. Se entregaron 236 reales a 31 esquiladores a 3 pesetas de costa y jornal, que se emplearon en el esquilo del ganado concejil durante 5 días. Si se interpreta bien la información parece ser que se les paga a 1,5 reales de jornal diario, y la costa resulta en un gasto para el ayuntamiento de 1,5 reales más por día y persona (31 x 1,5 x 5 = 232,5). Un peón para preparar el rancho durante los 5 días y el Mayoral completan el pago de los 236 reales.
Si se estima en unos mil animales esquilados, corresponden a 200 diarios, es decir, a 6 ó 7 animales esquilados por hombre y día.
Debe pensarse que el resto de los corraliceros también esquilarían sus animales, además de los dueños de los animales puestos en la dula. Ante la poca información habida respecto a la economía ganadera, éstos son unos datos muy estimables.
La lana que salía en la época del esquilo aumentaba el beneficio de los mesteros considerablemente. Con frecuencia los compradores eran forasteros aunque en ocasiones alguno de los mesteros compraba para comerciar con ella. Así un vecino dice que le tenía dado dinero a cuenta de lana a Martín Judas Modet, de Mendavia. Lorenzo Casado pide a Francisco Romero 34 reales faltantes de una porción de lana que le vendió. Por las cuentas de la carnicería, que tenía derecho a gozar los pastos de la Dehesa, sabemos que unos años más tarde, en 1797, sacaron de las reses que en ella pastaban 3.367 reales 31 maravedíes, importe de 115 arrobas y cinco libras de lana, que salieron al tiempo del esquilo y las vendieron a Juan Manuel Sainz, vecino de Viguera a 58 reales y medio de vellón cada arroba. Para esquilar el rebaño necesitaron 56 esquiladores que gastaron 160 reales en la comida que se les dio. Se puede comparar con los datos del año 1775.

Ganancia en lana de las ovejas concejiles

Año
Peso en arrobas
Reales por arroba
Total
1775
97
28
2.565
1797
115
58,5
3.367

El precio de la lana se ha duplicado en 20 años. Es uno de los ingresos significativos en el pueblo. En estas mismas fechas se incrementa el comercio de paños con Francia, lo que hace pensar en un repunte tanto del comercio oficial como del contrabando desde Castilla, a través del Ebro.
El nivel de las exportaciones de lana es brutal en este periodo, y se convierte en un producto referente de la economía española. Se valoran sus contribuciones a las arcas estatales alrededor del 20% del presupuesto anual. Sin embargo, nada más comenzar el siglo XIX todo se vino abajo. Los motivos fueron múltiples, si bien la caída de los mercados exteriores explica mayormente el orígen de la crisis. El alto precio que alcanzaba el producto en el periodo que va de 1799 a 1820 estimuló la competencia exterior, reforzando sus esfuerzos por encontrar productos alternativos, o fundamentalmente, lograr aclimatar la variedad merina en sus tierras. Aunque esta raza merina no fue la propia de Mendavia, el precio general de la lana se dejaba influir por la alta demanda de la lana castellana.
El censo español de frutos de 1799 facilitaba una primera estimación para Navarra: hay 48.242 cabezas de ganado vacuno (43.626 bueyes y 4.616 becerros, según sus términos), 26.756 del mular, 629.498 de ovino (de ellas, 339.387 ovejas, 138.055 carneros y 152.056 corderos), 69.398 de caprino (57.938 cabras y 11.460 machos) y 31.758 de cerda. El ganado lanar producía, según su estimación, 56.488 arrobas de lana al año.
Algo más de 500 mil animales lanares adultos producen 56 mil arrobas de lana en Navarra. Se necesitan 10 animales para 1 arroba de lana, poco más de 1 kg por animal. En Mendavia, unos 500 animales concejiles producen cerca de 100 arrobas de lana. El rendimiento de la lana parece ser el doble del promedio que en Navarra, a más de 2 kg por animal. Es un indicio de la buena crianza de los lanares en la región o tal vez la raza mejor que el promedio navarro.
Estimando unos 3000 animales lanares adultos en el conjunto de las 8 corralizas, podría hablarse de unas 600 arrobas de producción anual de lana, el 1% de la producción Navarra.

Son unos simples datos aproximativos, que pueden mejorarse con estudios específicos del tema.