Ingresos y gastos del ayuntamiento
Se tiene abundante información sobre la
administración del ayuntamiento en el siglo XVIII. La mayor parte de los
negocios se realizan con pagos en género, principalmente trigo. Los arriendos los cobraba el
ayuntamiento de acuerdo a la subasta realizada. Se cobraba por las tierras de
labranza, los egidos y corrales, el molino, la carnicería, la panadería, etc…
Todo se depositaba en el granero de la villa. Para su correcta administración
se nombraba un tesorero.
Se hace distinción entre los terrenos
que se arriendan: piezas, cañemares y egidos. Se nombran el egido Majada el
Pozo (1703) y las piezas Tras el Castillo, La Abejerilla, El Brazal de la
Caballera, El Durango, La Presa Vieja, Mata la Mora; algunas se sitúan en el
Camino San Pedro, la Vega y el Arenal (1701-1726). El monto de arriendo oscila
entre los 2 robos de trigo anuales por el cañemar y 18 robos por el egido. Se
exceptúan dos piezas mejores: Tras el huerto de Isaba y Hacia el Prado pagan en
torno a 50 robos anuales. Los cañemares eran tierras de peor calidad,
anegadizas, pero que podían utilizarse para la producción de cáñamo todos los
años. Los egidos correspondían a terrenos más amplios, en el secano. La
expresión “se les hizo espera” indica algunos cobros pendientes de pago de años
anteriores. En 1716, como ejemplo, se cobraron 794 robos por este concepto.
Los pagos a los funcionarios públicos o
por trabajos por contrato temporal también se hacen en especie. Pregoneros
públicos y publicadores de ánimas (quienes anuncian todas las noches el rezo por
ellas), amas de parir, cobradores del libro de Mende la Vieja, saludadores (que
hacen oraciones para curar animales), bueyeros y pastores (que cuidan los toros
para las fiestas desde finales de mayo hasta las fiestas de San Juan), correos,
cerrajeros (contratados para hacer candados para la cárcel), jueces
(contratados en pleitos), maestros polvoristas (para los fuegos de las
fiestas), etc… generalmente son pagados en trigo y su pago no excede a los 10
robos.
Pagos especiales se hacen al vicario de
la parroquia, por su salario como vicario y por la administración de los
sacramentos (70 robos), y al escribano. Por los arreglos de la Casa de la Villa
de 1708 el maestro albañil recibe 195 robos de trigo. Se hace en trigo un
adelanto (vistreta) de 28 robos al arrendador de la panadería; y se pagan en
trigo algunos daños que ocasionan los toros en las propiedades de los vecinos.
En 1723 se pagan en género el arriendo de caballerías para traer la comitiva
del Conde de las Torres, Virrey y Capitán General de Navarra, y la de la
Virreina, en dirección a Pamplona.
Otros salarios o trabajos se pagan en
moneda (reales): acarreo de trigo, ama de parir… Cuando la villa no tiene
efectivo también completa con cereal. En 1722 se paga parcialmente en trigo la
nieve traída por un vecino de Abárbuza. Y asimismo se hace con varios maestros
albañiles. En 1712, bajo el argumento de necesidad del Erario Público, la villa
es obligada a aportar 256 reales a Martín de Salinas, Secretario del Reino. A
cada vecino, de los que arriendan, se le pidió medio robo de cebada.
Aún en esta segunda mitad del siglo
XVIII se seguía cobrando en trigo el arriendo de las tierras, así como los
arriendos de la panadería y molino. En robos de trigo se realizaban diversos
pagos. Al Condestable, al administrador de sacramentos (70 robos), al correo
(24), al publicador de ánimas (6), al saludador (6), al procurador de la villa
en Lerín (6), el relojero (3), a los predicadores, para la limosna a San
Gregorio (2), para regar los sotos para la ganadería concejil o para guardar
los toros para fiestas (2).
En ocasiones se vende excedente de
trigo, cebada o centeno para solventar pagos tales como: limosnas, cera para
novena por sequía, gastos de soldados y prisión, o compra de fusiles (1718). En
otros casos se vende para disponer de ahorros en moneda. Resaltan las ventas de
1709, en Corella; y las de 1733 y de 1743, por montos entre 400 y 1500 reales.
Dinero tomado a censo
Una fuente de ingresos de los sacerdotes
beneficiados fue el dinero puesto a censo (prestado). Si la tierra de una
fundación se vendía, el dinero se prestaba para pagar las capellanías con el
rédito y sacar algún beneficio adicional. Un caso: 20 ducados reciben D.
Beremundo de Arteaga (Vicario) y Francisco Bazán, Abad y Mayordomo de la
cofradía de San Sebastián, como rédito de dos censos de 500 ducados al 4 por
ciento.
Para que los cabildos puedan tomar
dinero a censo requiere la autorización del Real Consejo. En 1722 el
ayuntamiento obtiene permiso del Real Consejo para pedir 1.800 ducados a censo,
con tasa 3%, para la edificación de los corrales. 1.200 ducados los aportó el
convento de San Benito, en Estella.
El dinero de fundaciones y capellanías
puesto a censo puede tomarse, también con autorización del Real Consejo, y de
común acuerdo entre los cabildos, para obras del pueblo. En 1749 y 1750 toman
más 1180 ducados para pagar las obras de una capilla y sacristía, y la capilla mayor.
Cuando se proyecta construir la obra del
Regadío Nuevo estos dineros no alcanzan y se debe pedir autorización al Consejo
Real para tomar préstamos mayores. En 1756 se autoriza a la villa pedir a censo
el dinero requerido. El gasto estimado por el ingeniero Gency para el Nuevo
Regadío será de 37.500 pesos. Se obtienen algunos préstamos:
Prestamista
|
Población
|
Cantidad prestada y tasa
|
Miguel Díez de Espinosa
|
Armañanzas
|
1.500 ducados al 2,25%
|
Julián Ganuza
|
Bargota
|
700 ducados al 2,5%
|
Juan Manuel Ordóñez
|
Abad de Irache
|
800 ducados al 2,5%
|
Miguel Antonio Lanciego y Martín Pérez
de Lanciego, herederos de Manuel Pérez
|
Viana
|
1.100 ducados al 2%
|
Joseph Solano y Velasco
|
Sesma
|
500 ducados
|
Herederos de
D. Bernardo Nagusia
|
9.300 al 2%
2.000 al 2,75%
|
|
Cabildo Eclesiástico
|
Mendavia
|
500 al 2,75%
|
Parroquia
|
Mendavia
|
1.000 ducados
|
Capellanía de D. Fausto Liñán
|
Mendavia
|
900 ducados
|
Capellanía de Oñate
|
Mendavia
|
200 ducados al 2,5%
|
TOTAL
|
19.000 DUCADOS
|
Para poder hacer los préstamos la villa
pone como fianza todo cuanto tiene, excepto los compromisos adquiridos, además
de la pecha de 1.000 robos de pan metadenco al Duque de Alba.
Al concluir la obra, en 1780, todavía se
tienen deudas y Joseph Antonio Berrueta, de Pamplona, ofrece a censo 11.000
pesos. El barón de Armendáriz y el marqués de Castelfuerte y mayorazgo de
Tarazona quieren dar hasta 22.400 pesos. La villa volvió a endeudarse. Es de
notar que suspendieron por el año 1790 a Juana Ibarra como maestra de niñas,
argumentando “que la villa va sobrecargada de obligaciones y censos”.
Entre 1795 y 1801 Manuel Urbiola, como
cobrador del reparto del Nuevo Regadío, recoge dinero entre los propietarios de
esas tierras, a 1,5 reales la robada, para pagar los censos. La parte de la
villa en este regadío son 3.347 robadas (un 40% de la tierra aproximadamente,
después de los apropios realizados). Al menos otros 6.820 reales se recogen con
ese fin de los vecinos.
Parece que con estos aportes se fue
recuperando lo gastado. Y así, en 1795 la carnicería pidió a censo, con
facultad del Real Consejo, 16.000 reales de plata fuertes a Manuel Garín, de
Armañanzas.
El municipio sigue endeudándose. En 1841
Bartolomé Mauleón es el encargado de recibir 2.200 reales para devolver un
préstamo al Barón de Armendáriz, en Dicastillo.
A su vez el ayuntamiento hace préstamos.
En 1845 el ayuntamiento presta a censo parte del dinero a los compradores de
cuatro corralizas.
En 1873 la Junta Veintena presidida por
Claudio Sainz, Alcalde Constitucional, pide un préstamo de cereal para los
soldados en guerra. Miguel García presta 400 robos de cebada a 3 pesetas el
robo y Tomás Úzqueda, 400 robos de trigo a 3,75 pesetas el robo.
Sin pechas al Duque de Alba, en 1897 el
municipio debe 16.379 pesetas de impuestos a la Diputación. Las pésimas
cosechas habían impedido cumplir. Nombran un agente ejecutivo de apremios, que
se quedaba con una tercera parte de lo que cobraba a los vecinos.
Cáñamo y lino
El lino cultivado (Linum Usitatissimun) es una planta anual que puede alcanzar desde
30 cms. hasta un metro. El cáñamo se obtiene de los tallos de "Cannabis Cativa",
de la familia de las urticáceas, que se cultivan preferentemente en climas
templados. Las fibras del cáñamo se asemejan a las del lino, aunque son más
bastas, más largas y mucho más resistentes, presentando extremidades
redondeadas. Su longitud media es de 28 mm y su diámetro medio de 35
micrómetros. Químicamente, se componen de un 86 % de celulosa, un 6 % de
lignina y un 8 % de pectinas, ceras y hemicelulosa.
La importancia del lino y cáñamo en la
economía de los campesinos mendavieses no fue siempre la misma. Durante los siglos
XVIII y XIX alcanza su etapa más próspera. En Mendavia se sembraban por el mes
de abril, labrando y limpiando la tierra, quitando las hierbas e impurezas
antes de echar la simiente que se hacía al voleo. A finales de julio, ya
maduros, era el momento de arrancarlos de raíz. Esto se hacía a mano, batiendo
la planta contra la pierna para quitarle la tierra. Luego se juntaba en
gavillas. Se separaba la semilla de la planta como la siembra del año siguiente
o para la venta. Por arrancar cáñamo en campos ajenos se imponen multas de
hasta 11 reales (1831). En 1783, el jornal por arrancar cánamo es de ¼ de real
por veinte (gavilla de 20 manojos).
Para ablandar el lino había que
sumergirlo en un pozo con el agua estancada y dejarlo entre ocho y nueve días,
dependiendo de la calidad del lino. Para saber si ya esta “cocido”, se frotaba
y si salía la “tasca”, se sacaba del pozo. Este empozado se hacía en el Ebro o
en los brazales. Cada persona preparaba un pequeño pozo separado por piedras de
los pozos vecinos.
Para mayor comodidad los vecinos echaban
las ilarzas (de lino o cáñamo) en el río Mayor o en brazales, pero esto
ocasiona problemas de salud pública. Así es que se regula en las Ordenanzas de
1797 “que ninguna persona pueda echar ilarzas a ninguno de los ríos de ésta
villa, ni en el Puente Grande ni todo su río”. Como persiste la irregularidad
se publican bandos en 1802 para “que ningún vecino eche a aguar cáñemos en el
Río Mayor y balsas inmediatas que se han hecho sin facultad de la villa”, por
el perjuicio que podían causar no sólo a la salud pública sino también a las
caballerías, “por infestar el agua, mayormente en tiempo de verano por la poca
que fluye por el cauce”. En 1826 y 1832 se imponen multas hasta de 11 reales
por contravenir estas Ordenanzas. Hubo algunas denuncias (1749, 1799) por robos
de cáñamo mientras se estaba cociendo (remojando).
Una vez remojado, el cáñamo o lino se
lavaba y se extendía al sol. Y bien seco se recogía en gavillas. Luego se
gramaba (se machacaban los tallos para separar la fibra) y se espadaba (se maceraba
y quebrantaba con la espadilla) para separar la paja de la fibra, y para
conseguir que el lino se fuera haciendo más fino. Esta tarea se hacía en el
pueblo, en las calles o en los corrales. De ahí el reclamo del Obispo de que no
lo hagan en el cementerio, junto a la iglesia. Gramar y espadar son términos
que se usan en la Audiencias de Mendavia por reclamos del trabajo hecho (desde
1744 hasta 1802 al menos). En 1786 también se utiliza el término “majar” para
el lino.
Los precios por el trabajo son 4 reales
por dos días de espadar; 5 ½ reales por gramar 1 arroba; 1 cuartillo por majar
el veinte de lino. Las “ilarzas” (lino y cáñamo recogido) se medían por mañas
(de unos 2 kg). En una audiencia de 1805 un vecino dice que le tomó de cáñamo 3
haces de a 18 mañas y sólo le ha devuelto 2 veintes (haz de 20 mañas).
Sobre la producción y precio del lino se
tienen algunos datos. 1785 entraron en el órreo de la iglesia 200 veintes de
cáñamo y lino. En 1787 fueron 35 veintes de lino y 15 veintes de cáñamo. En 1731
se pagó en Mendavia 3,5 reales por un robo de linoso (simiente de lino). En 1775
se vendió lino a un vecino de Estella a 6,5 reales fuertes la arroba (11,5 Kg.)
de lino. En 1786 el cáñamo se vende a 6,5 reales. En 1747, en la aduana de Arrúbal
se paga un fuerte impuesto por la comercialización del cáñamo: a 2,5 reales la
arroba.
Economía ganadera
Las primeras estadísticas generales
sobre la situación de la ganadería en Navarra, con pocas excepciones, datan del
tránsito del siglo XVIII al XIX. Luego se abre un período de relativo vacío,
con algunas estimaciones en la primera mitad y los comienzos de la segunda del
XIX, y los trabajos catrastales completos y periódicos no se realizan sino
desde 1888.
Con estas fuentes, no es fácil
establecer con seguridad la historia de la ganadería navarra de las dos últimas
centurias. Claro es que las especies continuaron siendo las mismas que en
siglos anteriores y el ganado lanar, vacuno, mular, caballar, cabrío y de
cerda, eran los habituales a mediados del siglo XIX.
Es a causa de esa escasa información que
resultan de mucho interés para el análisis algunos datos de la carnicería de Mendavia
reportados en el año 1775-1776.
Algunos de los reales producidos por las
compras y ventas del año, desglosados por conceptos, permiten conocer el número
de animales y los costos de la ganadaría concejil, al menos con alguna
aproximación.
Conociendo, además, que en el pueblo
había 8 corralizas, y el ganado concejil ocupaba uno de los corrales, podrían
estimarse (muy someramente) el número de animales de las otras corralizas y los
ingresos y patrimonio de los mesteros.
Concepto
en
ventas
|
Número
|
Peso
(libras)
|
Reales
x unidad
|
Reales
|
Carneros
|
132
|
1.603 2/3
|
3,5
|
5.612
|
Ovejas
|
339
|
3.135 2/3
|
2,5
|
7.839,5
|
Lana
|
97 (arrobas)
|
28
|
2.565
|
|
Reses
- enfermas
|
70
|
432
|
444
|
|
Pellejos
diversos
|
464
|
472
|
||
Corderos
con pasto
|
132
|
2,5
|
332,19
|
|
Menudos
de ovejas
|
355
|
1 - dividido
|
103,19
|
|
Menudos
de carnero
|
132
|
1,5 - dividido
|
71,34
|
|
Ternegones
no de vida
|
26
|
197
|
||
Asaduras
|
51
|
9
|
Concepto
en
compras
|
Número
|
Reales
x unidad
|
Reales
|
Carneros
|
60
|
55,5
|
3330
|
Carneros
|
5
|
51
|
255
|
Carneros
|
3
|
55,5
|
166,5
|
Carneros
|
1
|
64
|
64
|
Ovejas
|
45
|
22,5
|
1.012,5
|
Mardanos
(carneros
para padres)
|
2
|
55,5
|
111
|
Comprados para la carnicería
|
Cargo total
|
Picaron en la carnicería
|
Descargo total
|
Alcance
(quedan)
|
|
Carneros
|
312
|
341
|
147
|
161
|
180
|
Ovejas
|
938
|
938
|
-
|
749
|
189
|
Corderos
|
426
|
426
|
12
|
112
|
314
|
Primales
|
53
|
53
|
2
|
4
|
49
|
Otra información importante este año es
el pago a los esquiladores. Se entregaron 236 reales a 31 esquiladores a 3
pesetas de costa y jornal, que se emplearon en el esquilo del ganado concejil
durante 5 días. Si se interpreta bien la información parece ser que se les paga
a 1,5 reales de jornal diario, y la costa resulta en un gasto para el
ayuntamiento de 1,5 reales más por día y persona (31 x 1,5 x 5 = 232,5). Un
peón para preparar el rancho durante los 5 días y el Mayoral completan el pago
de los 236 reales.
Si se estima en unos mil animales
esquilados, corresponden a 200 diarios, es decir, a 6 ó 7 animales esquilados
por hombre y día.
Debe pensarse que el resto de los
corraliceros también esquilarían sus animales, además de los dueños de los
animales puestos en la dula. Ante la poca información habida respecto a la
economía ganadera, éstos son unos datos muy estimables.
La lana que salía en la época del
esquilo aumentaba el beneficio de los mesteros considerablemente. Con
frecuencia los compradores eran forasteros aunque en ocasiones alguno de los
mesteros compraba para comerciar con ella. Así un vecino dice que le tenía dado
dinero a cuenta de lana a Martín Judas Modet, de Mendavia. Lorenzo Casado pide
a Francisco Romero 34 reales faltantes de una porción de lana que le vendió. Por
las cuentas de la carnicería, que tenía derecho a gozar los pastos de la Dehesa,
sabemos que unos años más tarde, en 1797, sacaron de las reses que en ella
pastaban 3.367 reales 31 maravedíes,
importe de 115 arrobas y cinco libras de lana, que salieron al tiempo del
esquilo y las vendieron a Juan Manuel Sainz, vecino de Viguera a 58 reales y
medio de vellón cada arroba. Para esquilar el rebaño necesitaron 56
esquiladores que gastaron 160 reales en la comida que se les dio. Se puede
comparar con los datos del año 1775.
Ganancia en lana de las ovejas concejiles
Año
|
Peso en arrobas
|
Reales por arroba
|
Total
|
1775
|
97
|
28
|
2.565
|
1797
|
115
|
58,5
|
3.367
|
El precio de la lana se ha duplicado en
20 años. Es uno de los ingresos significativos en el pueblo. En estas mismas
fechas se incrementa el comercio de paños con Francia, lo que hace pensar en un
repunte tanto del comercio oficial como del contrabando desde Castilla, a
través del Ebro.
El nivel de las exportaciones de lana es
brutal en este periodo, y se convierte en un producto referente de la economía
española. Se valoran sus contribuciones a las arcas estatales alrededor del 20%
del presupuesto anual. Sin embargo, nada más comenzar el siglo XIX todo se vino
abajo. Los motivos fueron múltiples, si bien la caída de los mercados
exteriores explica mayormente el orígen de la crisis. El alto precio que
alcanzaba el producto en el periodo que va de 1799 a 1820 estimuló la
competencia exterior, reforzando sus esfuerzos por encontrar productos
alternativos, o fundamentalmente, lograr aclimatar la variedad merina en sus
tierras. Aunque esta raza merina no fue la propia de Mendavia, el precio
general de la lana se dejaba influir por la alta demanda de la lana castellana.
El censo español de frutos de 1799
facilitaba una primera estimación para Navarra: hay 48.242 cabezas de ganado
vacuno (43.626 bueyes y 4.616 becerros, según sus términos), 26.756 del mular,
629.498 de ovino (de ellas, 339.387 ovejas, 138.055 carneros y 152.056
corderos), 69.398 de caprino (57.938 cabras y 11.460 machos) y 31.758 de cerda.
El ganado lanar producía, según su estimación, 56.488 arrobas de lana al año.
Algo más de 500 mil animales lanares
adultos producen 56 mil arrobas de lana en Navarra. Se necesitan 10 animales
para 1 arroba de lana, poco más de 1 kg por animal. En Mendavia, unos 500
animales concejiles producen cerca de 100 arrobas de lana. El rendimiento de la
lana parece ser el doble del promedio que en Navarra, a más de 2 kg por animal.
Es un indicio de la buena crianza de los lanares en la región o tal vez la raza
mejor que el promedio navarro.
Estimando unos 3000 animales lanares
adultos en el conjunto de las 8 corralizas, podría hablarse de unas 600 arrobas
de producción anual de lana, el 1% de la producción Navarra.
Son unos simples datos aproximativos,
que pueden mejorarse con estudios específicos del tema.
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