domingo, 24 de mayo de 2015

REINADO DE LOS AUSTRIAS (IX - Frailes de Mendavia)


Fray Domingo, Fray Francisco, Fray Pedro y el escribano Sebastián de Mendavia

Para cerrar este capítulo, hay algunos personajes de Mendavia,vinculados a los monasterios o a tierras de América (3 de ellos), que vale la pena reseñar. 

En el siglo XIII, siendo abad Domingo de Mendavia, se empieza a estudiar el cambio del monasterio de Leyre, de comunidad benedictina a Orden del Císter. El abad Fray Domingo de Mendavia denuncia el estado de indisciplina en que se halla su congregación y llega a Roma para pedir al papa el cambio de regencia. Hay documentación que avala que el abad había asegurado al rey Teobaldo el pago de mil maravedís de oro si los cistercienses entraban a regir el monasterio. En 1239 se pasa la regencia del monasterio de Leyre de la Orden benedictina a la Orden del Císter.

Tres siglos después, en 1534, Fray Francisco de Mendavia fue hecho prior del monasterio jerónimo de Nuestra Señora de la Victoria. Fue elegido en capítulo general, por lo que pueden intuirse sus capacidades para tal misión. Era el octavo prior de este monasterio  fundado en 1475. Fray Francisco había profesado en el Monastrerio de Lupiana, que era la casa madre de la Orden de San Jerónimo, fundado gracias a Pedro Fernández Pecha y Fernando Yáñez de Figueroa, y cuya regla fue aprobada por Gregorio XI en 1373. En 1537 se le entrega al general de la orden de San Jerónimo una Real Cédula comunicándole haber sido presentado para el obispado de Nicaragua, Fray Francisco de Mendavia, prior del Monasterio de la Victoria de Salamanca. En 1538 la monarquía (Carlos V) dispuso que se diera una asignación anual perpetua de 500.000 M. para el sostenimiento del Obispado de Nicaragua, y en carta de S. M. de ese mismo año fue urgido el nuevo Obispo para que pasara a ocupar su cargo cuanto antes, sin embargo, sólo a principios de 1540 partió hacia su sede de León (Nicaragua).
En 1539 se otorga una Real Provisión a su paisano Sebastián de Mendavia, concediéndole el título de escribano y notario público de las Indias.
El nuevo Obispo llevó a Nicaragua la concesión regia de todos los diezmos de la Provincia para el Obispado de León a fin de que se procediera a construir en forma la Catedral; se le otorgaron para su servicio las mismas encomiendas que al anterior y primer Obispo de Nicaragua, Osorio. Fray Francisco llevaba a seis sacerdotes jerónimos, tres criados y doce caballos, acompañándoles también algunos de sus hermanos y muchos ornamentos, cálices y libros para la iglesia.

Ya estando en León, Fray Francisco de Mendavia, en el ejercicio de su misión, designó Deán al Br. en Artes y Derecho Canónico Fray Pedro de Mendavia quien era hermano del Obispo, y exsacerdote de Pamplona. Fue declarado cabeza del Cabildo y representante del Obispo en su defecto. Todo esto ante testigos y asentado por el Notario apostólico, Sebastián de Mendavia. Los nombramientos de los miembros del cabildo catedralicio de León, fueron realizados por la Corona y confirmados por el Papa, de acuerdo con el Patronato Real. El primer miembro del cabildo registrado, Pedro de Mendavia, fue nombrado por la reina doña Isabel de Portugal, esposa de Carlos V.
El 6 de Octubre de 1540 murió el Obispo Fray Francisco de Mendavia. Fue enterrado al día siguiente en la Iglesia Mayor de la Ciudad de León, a los cuarenta días de estar ejerciendo su cargo en la Provincia de Nicaragua, no habiendo podido realizar ninguna obra de mérito en tan corto lapso de tiempo. Murió aparentemente de muerte natural. Siendo sepultado en la Catedral.
Fray Pedro de Mendavia, a la muerte del obispo, protagonizó uno de los capítulos más sombríos de la Diócesis de León, al enfrentarse con el Tesorero y Gobernador Interino Pedro de los Ríos, yerno de Rodrigo de Contreras, cuando en 1543, el 13 de mayo, cuatro de sus partidarios fueron descuartizados por órdenes de los Ríos. Fray Pedro de Mendavía quedó al mando de la Diócesis, por lo que le correspondió a él tratar de frenar la ambición desmedida de Rodrigo de Contreras y Pedro de los Ríos, excomulgando a Contreras en 1541 y logrando su prisión en julio de 1542 en Panamá, por el obispo Fray Tomás de Berlarga, lo que obligó al Gobernador ir a España a defenderse, dejando en su lugar a De los Ríos. Éste no acató las disposiciones Eclesiásticas de Fray Pedro de Mendavia, por lo que lo encarceló el 12 de mayo de 1543, siendo liberado por un grupo de partidarios, después de lo cual de los Ríos encarceló a Mendavia el 14 de mayo, acusándolo de falsificar su nombramiento como Juez Eclesiástico y lo envió encadenado a Sevilla, España, no sin antes haber promovido el asesinato de Fray Pedro de Chávez, de la Orden San Francisco y al Padre Diego Tello, Cura de la Catedral, a manos de Martín Membreño, escribano público y soldado de los Ríos. Ese fatídico 13 de mayo, Pedro de los Ríos tomó venganza del Deán ordenando el descuartizamiento de cuatro de sus colaboradores: Matute, Pérez, Pinar Negrillo y Ramírez. Sus restos descuartizados fueron expuestos en público, hasta que un Juez de residencia ordenó su sepultura en la Catedral. Se dice que fueron sepultados sin cabezas, pues éstas se las habían separado del cuerpo y puesto en estacas, y  luego desaparecieron, expuestas como estaban a la intemperie.
Al volver el Gobernador Contreras será quien mate en 1550 al conocido obispo de Nicaragua, mártir defensor de los indios, y sucesor del de Mendavia, Fr. Antonio de Valdivieso, de la Orden de Sto. Domingo. Por lo que se puede concluir que el deán Pedro de Mendavia, lejos de ser un falsificador, sin llegar a la dimensión de “denunciador profético”, posiblemente fue un “cura bueno” que tuvo los primeros enfrentamientos con el Gobernador a causa de abusos contra los indios. 

De 1541 se conserva una Carta de fray Juan de Gandauo y fray Francisco de Aragón, franciscanos, al presidente y oidores del Consejo de Indias, en la que copian la recibida del deán D. Pedro de Mendavia sobre las persecuciones padecidas en Nicaragua por cumplir su misión evangélica. También se conservan documentos que permiten seguir las acusaciones tramposas. De 1543 hay un documento de la Justicia y Regimiento de la ciudad de León de Nicaragua contra el bachiller Pedro de Mendavia, sobre la falsificación de una provisión real. De 1545 existe una Real cédula a Antonio de Santoyo, alguacil de la casa y corte, para que traiga preso desde Sevilla al bachiller Pedro de Mendavia, deán de Nicaragua. De 1549 se conserva una Real cédula al obispo de Calahorra, ordenándoles proceder legalmente contra el bachiller Pedro de Mendavia, condenado en Nicaragua por diversos delitos y fugado de la cárcel de Sevilla, a esas tierras, a petición de Gómez Arias Dávila, vecino de la provincia de Nicaragua, que quería resacirse de los gastos de traerlo preso a España.

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