Falsificación de los fueros de Mendavia
Sin embargo, Mendavia no tuvo los suyos.
Es de sumo interés la información que suministra el investigador Luis Javier
Fortún Pérez de Ciriza en su trabajo Fueros
locales de Navarra. Afirma que la supuesta concesión de los Fueros de
Logroño a Mendavia en 1157 “es una falsificación realizada en 1274, que nunca
fue aceptada por las autoridades navarras, ni produjo ninguna transformación en
el estatuto de la villa”. Y lo explica con detalle en nota a pie de página. No
aparece ni el códice Fueros Generales
ni el Cartulario Magno donde se citan
los fueros locales navarros. Se conserva un documento de 1274 en los Archivos Nacionales de París. Este
documento, falsificación muy bien hecha que usó posiblemente un documento de
Sancho VI por el que se aumentaba el término municipal, se creó durante la
ocupación castellana para mejorar Mendavia su posición de villa conquistada.
Pero nada lograron los mendavieses, porque siguieron pagando la misma pecha, e
incluso se les aumentaron el pago de fossadera,
como puede verse en la tabla incluida más adelante.
Por ese fuero forzado se pretendía pagar por “cada casa un sueldo”, en cada
cuaresma. De ese modo se pretendía considerar la crisis poblacional y reducir
el pago de 250 cahíces y trigo y otros tantos de cebada (a 5,5 y 2 sueldos que
costaba el cahíz, respectivamente, habrían supuesto hasta entonces en torno a
1875 sueldos). Considerando el máximo de fuegos de 216 en el año 1330, hubieran
pasado a pagar, con los Fueros de
Mendavia, tan sólo 216 sueldos (un 11,5% del pago que realizaban).
Intercambios comerciales
En documentos sobre transaciones en
Navarra se aprecia un uso creciente de la moneda durante los siglos XII y XIII.
El trueque pasa de ser el medio prioritario en dichas transaciones durante el
siglo XI a significar menos del 20% del total en los dos siglos siguientes. Los
pagos en especie se hacen casi insignificantes en el total de transaciones. Sin
embargo los pequeños intercambios vecinales se siguen haciendo mediante pago en
especie. Los productos que se empleaban como pago en las permutas eran cereales
(trigo especialmente), seguidos por ganado de labor, vino y otros alimentos. El uso de la moneda continúa siendo más intenso en la
principal ruta jacobea (Roncesvalles-Logroño). Aumenta la producción y cambia
la mentalidad hacia modos más mercantilistas.
En Mendavia los pagos y cobros se siguen
realizando fundamentalmente en especie. Al igual que se pagaban las pechas de
ese mismo modo. Hasta bien entrado el siglo XIX los sueldos y trabajos
realizados eran pagados en trigo.
En los límites del euskera
Los límites mínimos razonables que
marcan la extensión del euskera en Navarra hacia los ss. XII-XIII sitúan a
Mendavia en la frontera de dichos límites (ver mapa de Gorka Lekaroz Mazizior,
basado en Jurío Jimeno). A partir de este época el euskera fue perdiendo
influencia en la zona, especialmente tras la invasión del reino de Castilla.
Tanto la toponimia de Mendavia en desuso
reflejada en antiguos documentos (Arruingorría, Gurpideta, Gudubarreta,
Lodazqueta) como la conservada en la actualidad (Belzuz, Beraza, Imas, Legarda,
Urzagal, Zabaleta, Irigoien, Incharte y otros) es muy probable que sea anterior
a esta época. Los apellidos conservados en Mendavia también reflejan un alto
componente de origen vasco. Algunos parecen provenir de muy antiguo. Sin
embargo, debe notarse que durante los siglos XVI a XIX existe constancia del
establecimiento en Mendavia de personas procedentes de Bajanavarra, Guipuzcoa,
Álava y Vizcaya quienes eran fundamentalmente pastores y mesteros, capadores,
esquiladores, tejeros, canteros o nuncios pregoneros. Es por ello que, en
relación a los usos verbales, algunas
palabras vascongadas del vocabulario mendaviés es difícil determinar de qué
época concretan provengan. La relación de cercanía con los hablantes de euskera
fue permanente.
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