Apuntes para una historia de Mendavia
jueves, 8 de julio de 2021
viernes, 24 de julio de 2020
¿EN RAZÓN DE QUÉ MEMORIAS ANTIGUAS SE MENCIONA A MENDAVIA EN LA REVISTA EUSKAL-ERRIA?
En
la revista Euskal-Erria, fundada por José Manterola, publicada en San Sebastián
durante un cuarto de siglo (1880-1918), y ahora digitalizada y de libre acceso
en
es
posible encontrar varias veces la mención de Mendavia-Mendabia (con las dos
grafías aparece). Veamos a qué se refiere cada una de las menciones:
I. CONTEXTO: guerras del siglo XIII
(Tomado de mis Apuntes para una Historia de Mendavia)
Los
conflictos dinásticos por el trono de Pamplona y los intereses de Francia,
Castilla y Aragón signaron el siglo XIII navarro. Sancho el Fuerte tiene una
historia controvertida: se apoya en los musulmanes y luego lucha contra ellos.
A la muerte de Sancho entran las casas francesas a gobernar. Tras Enrique I
(1274), quedó en el trono la niña de dos años, Juana I. Castilla y Aragón
alegan derechos sucesorios. No hubo paz en la región. Además de la violencia y
enfermedades de estos años, Mendavia sufría la fuerte explotación económica de
los reyes. La villa y tenencia de Mendavia estaba defendida por un castillo o
torre fortificada, cuyos alcaides pagaba el rey de Pamplona. En 1237 era
alcaide de la fortaleza García López de Alfaro. En 1274 Mendavia pasa bajo el
dominio de Castilla. El rey Fernando concede a los de Mendavia que puedan sacar
de Castilla pan, vino, ganado y todas las cosas que necesitaren, sin pagar
derechos. Dada su situación fronteriza, Mendavia sufrió ataques e incendios en
varias ocasiones; en 1276 la villa fue sitiada y saqueada, y su iglesia
destrozada por los castellanos en 1280. En los últimos años del siglo XIII
Mendavia pertenecía de nuevo al reino de Pamplona y consta como alcaide Pedro
de Besançon.
Este texto, publicado en la Revista
Euskal-Erria en dos ocasiones, 1884 y 1895, refiere el conocido periodo de dominio
de Castilla sobre la villa de Mendabia.
01.1884 - El genio de Nabarra
01.1895 - Datos históricos referentes al Reino de
Nabarra
La connivencia de
Almorabid y de otros magnates con Alfonso de Castilla se iba divulgando,
sembrando la desconfianza y la defección entre los de la Nabarrería, los cuales
no odiaban tanto al extranjero para uncirse, sin más ni más, el yugo
castellano. Los centinelas de los Burgos les gritaban á los centinelas
contrarios: «id á Mendabia, traidores, que allí están vuestros hermanos». Mendabia, en efecto, estaba ocupada por los
castellanos. D. Corbaran de Leete, abiertos ya los ojos, se pasó á
Beaumarchee, diciendo que más quería «ser perjuro que traidor».(1) Guillermo
Annelier: canto LXXVI.
Bien es verdad que
el Rey Alfonso hizo que ajusticiasen á D. Jimeno Ruiz, señor de los Cameros,
por no haberla socorrido. Los invasores
no tardaron en barrerlos de todo el Reino, aunque se resistieron bravamente en
Mendabia. Contribuyó á ahuyentarlos la noticia de que el Rey Felipe de
Francia, con su poderosísimo ejército, se hallaba en Salvatierra de Bearne, con
ánimo de pasar los montes. Los castillos de los rebeldes fueron arrasados, y
todos sus bienes confiscados.1 Como siempre nos ha sucedido, la confusión de
los intereses nabarros con otros intereses, fué un semillero de calamidades.
Por el texto que sigue, publicado
en 1887, se sabe del uso extendido de chuzos
de caza en Mendavia, que también fueron empleados para la defensa de la
villa.
07.1887 - La caza en Nabarra en los tiempos pasados
Tal abundancia de
fieras debía haber en los bosques nabarros, que á pesar del placer que en la
montería encontraban los Reyes y señores de la nobleza, se permitía ó toleraba
la persecución de aquellas al pueblo. El número de armas que á ese objeto se
destinaba era, por lo visto, extraordinario, encontrándose provistos de ellas
lo mismo el suntuoso palacio del infanzón que la humilde morada del campesino; buena
prueba de ello es que durante las
sangrientas guerras civiles del siglo XIII los habitantes de Mendavia se
armaron para la defensa de la villa con chuzos de caza, que tal vez fueran
los que en este país se conocían con el nombre de azconas monteras. (1)
(1)
Colocábanse las
armas pendientes de las paredes de las grandes salas: también se guardaban en
muebles, que con este motivo tomaron el nombre de armarios, nombre que todavía
conservan, á pesar de no responder á su primer destino.
II. RELACIÓN DE MENDABIA CON EL EUSKARA Y LO BASCO
El grupo de textos que siguen, refieren
la relación de Mendabia con el Euskara y lo Basco.
Los de 1888, 1891 y 1900 acogen la propuesta
etimológica para el término Mendavia = Menda-bi-a, propuesto por Arturo
Campión. Otro de 1889 refiere el término toponímico Zama (estrecho), usado en
Mendabia en el siglo XIII.
01.1888 - Guzman Onari / Quintana ; traducción [Felipe
Arrese ta Beitia].
MENDI. «Monte». Mendabia.
01.1891 - Datos históricos referentes al Reino de
Nabarra
…en plena Ribera,
en las proximidades, en las orillas mismas del Ebro, encontraremos nombres tan
genuinamente bascongados como pudiésemos hallarlos entre las asperezas de la
Barranca ó de Aézcoa: por ejemplo, Larraga, Lazagurría, Mendabia.
01.1900 - Celtas, iberos y euskaros / [Arturo Campión]
(1) La
etimología de Mendavia es, á mi juicio, más llana, sin
salirse del euskara: mendi «monte»,
bi (pe) abajo» a «lo». Es decir, lo bajo del monte.
01.1889 - Datos históricos referentes al Reino de
Nabarra
ZAMA. Significa
«carga, peso»; de aquí zamari «caballo», el que lleva la carga; zamar se dice
de la yerba que queda en el campo después de cortada, y se quema. Zama es
también sinónimo de «garganta, estrechura», y es palabra muy propia para la
toponimia. Zamaca,13 término en Mendabia. Compotus D. Joffre, Mirino de
Esteilla. Tomo 2, año 1279.
III. CONTEXTO: familia Carasa en el siglo XVIII
(Tomado de mis Apuntes para una Historia de Mendavia)
La familia Carasa tenía existencia
en Mendavia en el siglo XVII. Durante el XVIII apareció con cierto protagonismo
político. Tuvo dos alcaldes: Pedro Carasa (1701) y Manuel Carasa (1722), y un
beneficiado: Ramón Carasa (1752-1781), perteneciente al cabildo eclesiástico. Pedro
Carasa fue, además de alcalde, escribano desde 1689 hasta 1708. Fermín de
Carasa Yrurzun, nieto de Pedro Carasa, consiguió hacerse miembro de la Orden de
Caballeros de Santiago. Firma el documento Ibarra, alcalde en 1762, fecha en
que lo nombran Caballero.
Por el texto que sigue, publicado
en 1914 en la Revista Euskal-Erria, se sabe que era, además, Caballero cadete
de la compañía de Guardias-Marinas, desde 1745.
01.1914 - Revista de revistas
Revista de
Historia y de Genealogía española. Madrid.
Año II. Número 4. 15 de Abril de 1913.
Continúa la relación de los caballeros cadetes de las compañías de Guardias-Marinas, ordenada
por D. Juan Moreno de Guerra, figurando entre ellos: CARASA Iruzun Heraso García de Dicastillo (Fermín de), Mendavia
(Navarra), 1745.
III. CONTEXTO: judíos en Mendabia
(Tomado de mis Apuntes para una Historia de Mendavia y entrada del blog:
Desde el último tercio del siglo XI queda atestiguada la
presencia de pobladores judíos en la zona de Estella bajo la protección real.
La participación de la minoría judía en la configuración de los burgos de
francos fue decisiva. En Tudela hubo presencia judía desde el siglo X. En
Estella desde el siglo XI. Al poco de iniciarse la segunda mitad del siglo
XIII, el número de moradores que integraban la judería de Estella podría rondar
los 150. Entre el siglo XIII y el XIV, familias como los Leví, Ezquerra y los
Calahorra, entre otros, hicieron del mercado de Estella un activo centro de
contratación de créditos. También en la cercana Viana está documentada la
presencia de pobladores judíos.
En 1495, Mendavia contaba con 82 vecinos cristianos y 3
judíos. Éstos tenían un pequeño cementerio cerca de la actual plaza de los
fueros.
Las
numerosas juderías de Nabarra son reseñadas en este texto de 1888, anotando el
aporte que cada una realiza, según los respectivos libros de comptos. Y se
nombra Mendabia, con un impuesto de cinco sueldos.
01.1888 - El genio de Nabarra
Habia juderías en Pamplona, Puente-la-Reina, Estella, Monreal,
Tudela… Azagra, San Adrian, Andosilla, Lesma, Lerin, Miranda, Larraga,
Cirauqui, Oteiza, Allo, Arellano, Dicastillo, Mendábia, Fúnes, Viana, Corella, Los
Arcos, Caparroso, Tafalla….
Comp. D. Pere Gavarda, lo Merin, tomo 1.º, año 1265.
En Miranda, escrituras de los judios, sesenta sueldos.
En Fálces id. diez sueldos. En Peralta id. diez sueldos. En Fúnes, id. seis
sueldos. En Azagra, id. tres sueldos, seis dineros. En Andosilla, id. tres
sueldos. En Cárcar, id. tres sueldos. En Lerin, id. ocho sueldos. En Mendábia,
id. cinco sueldos.
Comp. Petrus Remondi de Rabastens, Mir. Stlle.; id.
Foto tomada de:
sábado, 31 de agosto de 2019
APELLIDO IMAS Y JUDÍOS EN MENDAVIA: ALGUNAS HIPOTESIS
Respondo con este escrito a una consulta que me hacen. No es mucho lo que puedo aclarar, pero esta es la información que recojo.
Extractos de mi propio blog, permiten realizar el siguiente recorrido.
Desde el último tercio del siglo XI queda atestiguada la presencia de pobladores judíos en la zona de Estella bajo la protección real. La participación de la minoría judía en la configuración de los burgos de francos fue decisiva. En Tudela hubo presencia judía desde el siglo X. En Estella desde el siglo XI. Al poco de iniciarse la segunda mitad del siglo XIII, el número de moradores que integraban la judería de Estella podría rondar los 150. Entre el siglo XIII y el XIV, familias como los Leví, Ezquerra y los Calahorra, entre otros, hicieron del mercado de Estella un activo centro de contratación de créditos. También en la cercana Viana está documentada la presencia de pobladores judíos.
A partir de 1349 es rey Carlos II. Durante su reinado las guerras por el control territorial de Francia y Castilla son continuas. Tras una política de pacificación, los judíos incrementaron su presencia en Navarra, estrechamente vinculados a la corona.
Al siglo XV se refieren ciertos relatos legendarios sobre la presencia de Doña Blanca de Navarra en Mendavia, y la casa donde se alojó, cuya ubicación da origen al nombre de una antigua calle en el Arrabal. La fuente principal de estos relatos es la novela decimonónica Doña Blanca de Navarra, la princesa de Viana. Crónica del siglo XV (Madrid 1846). Se trata de una novela romántica escrita por el vianés Francisco Navarro Villoslada. El contexto que desarrolla corresponde a la realidad histórica comprendida entre finales de 1461 y 1463. Considerada la invención novelesca del nombre de los personajes y la trama, es de interés la referencia a judíos conversos en la región, la descripción de la choza del arrabal de Mendavia con uvas blancas en su techo, (“bajo el frondoso toldo de pámpanos y dorados racimos que coronaba el pajizo techo de la cabaña”), el trabajo de la mujer con el lino en la rueca, la mención de una torada paciendo en una pradera camino de la ermita de Nuestra Señora de Legarda, la presencia de un fraile de Irache en los contornos de la ermita, el posible nombre de judío Samuel…
En 1495, Mendavia contaba con 82 vecinos cristianos y 3 judíos. Éstos tenían un pequeño cementerio cerca de la actual plaza de los fueros. La expulsión de los judíos españoles a partir del Decreto de los Reyes Católicos de 31 de marzo de 1492 no tuvo repercusión en Navarra. De hecho, fue en Navarra donde se refugiaron muchos de los judíos castellanos expulsados como consecuencia de dicho decreto, de acuerdo a la política desarrollada por los reyes navarros, Juan II de Albret y Catalina de Foix. Sin embargo, ante las constantes presiones ejercidas por los monarcas castellanos, los monarcas navarros decretan la expulsión de los judíos el año 1498. La mayor parte de los judíos navarros prefirió convertirse a la fe cristiana y permanecer en su casa al frente de sus negocios aunque algunos marcharon al exilio.
Además de los cementerios de San Andrés y San Juan, y los cementerios monásticos de Imas y Legarda, en las cercanías de la plaza, entre la calle Carnicerías y la de la Virgen, hubo otro cementerio que se refleja en una fundación de 1637, y que probablemente correspondió a los pocos judíos de la población.
Una buena síntesis de las juderías navarras: https://www.sfarad.es/la-juderia-navarra/; y
y se consigue en un buen artículo en la Revista Príncipe de Viana: http://www.navarra.es/appsext/bnd/GN_Ficheros_PDF_Binadi.aspx?Fichero=RPVIANAnro-0225-pagina0113.pdf
Mendavia no era tan importante, en cuanto a presencia de familias judías, como Cárcar y Azagra, pueblos en los que se conserva profusamente el apellido Imas en el siglo XVI y XVII. La página familysearch registra este apellido en estos dos pueblos, principalmente. Luego se expande por otros pueblos de Navarra. En Mendavia se registra un matrimonio Imaz en 1829. Sobre la granja de Imas, solo puedo aportarte lo que tengo escrito en mi blog. Reagrupé la información recientemente.
También en la enciclopedia
No veo la relación entra la Granja y el apellido Imas-Imaz, pero no habría que descartarla.
Este dato es importante.
“Desde el último tercio del siglo XI queda atestiguada la presencia de pobladores judíos en la zona de Estella bajo la protección real. La participación de la minoría judía en la configuración de los burgos de francos fue decisiva”.
Puede manejarse esta hipótesis: Es probable que participaran en la consolidación de esta Granja, tierra de cultivo desde tiempos romanos, al menos.
Y este otro dato tomado de mi blog:
“Las primeras noticias documentadas sobre el monasterio de Irache datan de 958. Se cree que pudo ser fundado por Sancho Garcés I en 908 después de que conquistara el castillo de Monjardín, antes castillo de San Esteban, aunque no está claramente establecido. En la segunda década del siglo X, fruto de la expansión territorial realizada por el rey Sancho Garcés I, Irache adquiere relevancia adquiriendo grandes posesiones mediante donaciones y compras de otros monasterios. De este siglo X y el siguiente provinieron sus propiedades en la granja de Imaz”.
Segunda hipótesis: La granja fue entregada poco después al monasterio de Irache, por Sancho Garcés.
Tercera hipótesis: Es posible que en el contexto de “cristianización” impulsado por Sancho, algún Imas, vinculado a la realeza, se “convirtiera” (podría haber interés económico en ello) y fuera asociado al monasterio.
TODO ESTO ES MUY HIPÓTETICO, PERO CON POSIBILIDADES HISTÓRICAS EN BASE A LOS CONTEXTOS.
No tengo ninguna documentación específica que permita verificar o negar estas hipótesis.
lunes, 26 de agosto de 2019
sábado, 8 de junio de 2019
LA GRANJA DE IMAZ, REPASO HISTÓRICO
Propiedad del
Monasterio de Irache
Las primeras noticias documentadas sobre
el monasterio de Irache datan de 958. Se cree que pudo ser fundado por Sancho Garcés I en 908 después de que conquistara el castillo de
Monjardín,
antes castillo de San Esteban, aunque no está claramente establecido. En la
segunda década del siglo X, fruto de la expansión territorial realizada por el
rey Sancho Garcés I, Irache adquiere relevancia adquiriendo grandes posesiones
mediante donaciones y compras de otros monasterios.
De este siglo X y el siguiente provinieron
sus propiedades en la granja de Imaz, Mende la Vieja y Legarda, en el entorno
de la actual Mendavia. Cada monasterio disponía de una iglesia, una vivienda,
un grupo de hombres que hacían profesión de vivir bajo una regla religiosa y
unas tierras o heredades de cultivo que les permitían subsistir, aunque se debe
precisar las variantes terminológicas relativas a ellos: monasterio,
monasteriolo, decanía, iglesia propia… Imaz y Legarda corresponden más bien a
los que serían monasteriolos, y Mende la Vieja, una iglesia propia.
El esplendor de Irache llega con San
Veremundo como abad. Una de las leyendas que se vinculan a Irache es la de su
abad San Veremundo (1056-1098) el cual solía llevar a escondidas alimentos a
los peregrinos del Camino de Santiago que paraban en el hospital monacal en
contra de las disposiciones de la congregación. Escondía las viandas bajo los
hábitos. Cuando los hermanos le interrogaban por lo que llevaba y le obligaban
a enseñarlo, los alimentos se convertían en flores o leña.
El monasterio de Irache acató la autoridad
del obispo de Pamplona en el siglo XII. La granja de Imaz siguió adquiriendo,
por donación o compra, nuevas heredades e incluso una participación en los
regadíos de la «acequia nueva del Ebro» abierta por el concejo de Mendavia
(1321). En el término de Imaz, cuyos mojones con el de Sesma aprobó el
gobernador Guerin de Amplepuis (1282), se alzaban a mediados del siglo XIV un
palacio mayor vinculado a la dignidad abacial y otros palacios o dependencias
del convento de Irache.
Reforma
eclesiástica del s. XVI
La reforma eclesiástica del s. XVI surtió efectos
también entre las instituciones monásticas. Irache fue afiliado a la
Congregación benedictina de San Benito de Valladolid (1522). Esta congregación
revitalizó la vida monástica y, de acuerdo con las disposiciones del Concilio
de Trento, superó los vicios arrastrados de siglos anteriores. Los abades de
Irache pasaron a ser de elección cuatrienal y desde 1652 se escogían sólo entre
monjes navarros. No lograron devolver a las abadías todo su pasado esplendor,
pues sus numerosas rentas iban decreciendo. Sin embargo, los abades mantenían
el prestigio y el poder político que les daba ser miembros del brazo
eclesiástico de las Cortes del reino. En la granja de Imaz, la jurisdicción
civil y criminal correspondió al abad de Irache, quien nombraba para eso un alcalde.
En las edificaciones del monasterio se incluía una capilla dedicada a San
Martín. Un nichal albergó una imagen de la Virgen del Pilar.
La parroquia de San Andrés de Mendavia
parece depender del monasterio de Irache, al menos durante el siglo XVI, a
juzgar por los pleitos sobre su reparación. En las fuentes posteriores de los
archivos parroquiales de Mendavia, en relación con la organización
eclesiástica, junto al prior de la granja de Imaz y Legarda, y el vicario
parroquial, aparecen los presbíteros beneficiados, que tienen la obligación de
cantar en el coro parroquial. Todos reciben su parte de beneficios en grano y
otros privilegios.
Economía de la granja
y cartografía del s. XVII
Además de edificación religiosa, la Granja
siguió siendo un centro agrícola de producción de trigo y cebada, y en menor
grado de vino y aceite. Recibía una parte de los impuestos de los labradores de
Mendavia. Un pago de la villa en trigo, cebada y avena, corresponde a Irache:
es el diezmo de Mende la Vieja.
Es interesante establecer la comparación
de un mapa satelital actual con otro mapa al óleo probablemente de finales del
siglo XVII. Se describe en los archivos como una Vista cartográfica de la vega del río Ebro en la confluencia con el río
Salado, entre Alcanadre (La Rioja) y Mendavia (Navarra) y situación de la
Granja de Imaz (Archivo de la Real Chancillería de Valladolid, Planos y dibujos,
Óleos, 35).
La propiedad de Imaz aparece con unas proporciones
desmesuradas. Para ello se desplazan los edificios de Imaz hacia el oeste,
ganándole terreno a Mendavia. El curso del Ebro aparece transformado. El soto
de Imaz se ha trasladado hacia el oeste, y se ha rectificado su curso bajo.
Respecto a este detalle, es posible que los cascajales en el Ebro hicieran
ganar terreno a la Rioja modificando el curso antiguo, hasta formarse el
entrante actual. La distancia entre la desembocadura de Río Salado y Alcanadre
también se ha reducido en la pintura con el fin de dar impresión de un terreno
de Imaz mucho mayor. Legarda aparece con la grafía de Legaria, desplazada en
este caso hacia el este; de modo que al pueblo se le come el terreno de Soto
junto al Ebro. Me atrevería a sugerir que este Óleo fue realizado bajo encargo
del Monasterio, con el interés aparente de incrementar sus propiedades a costa
de las del pueblo.
Es importante observar las estacadas al
otro lado del Ebro. Peña Roja, Peña Casa y Peña Prado son fáciles de situar en
un mapa actual. Sólo es necesario observar que Peña Roja ha sido desplazada
junto con Imaz hacia el Oeste, aproximándose al núcleo poblacional de Mendavia.
Los cultivos de cereal, vides y olivos, y
unos pocos frutales, parecen estar representados a grandes rasgos en la
pintura. En los montes predomina el cereal. Los cultivos de regadío se dan en
las cercanías del Odrón, en sus dos ramales, junto al pueblo y junto a Imaz, y
en las desembocaduras, tanto del Odrón como del Río Salado. Adicionalmente, se
ve representada la caza del conejo o liebre, con perro, entre los matorrales
bajos de Imaz.
Población, derecho
de aguas y hierbas (finales del s. XVIII)
En censo de principios del siglo XIX se
dice que no tiene más habitantes que “los criados de labranza”, por ser
propiedad todo del monasterio.
El derecho de aguas del monasterio, o sus
pretensiones sobre el riego con agua del Ebro, acarrearon varios pleitos, a
pesar de la aprobación de las Ordenanzas, o tal vez a causa de ellas. En 1798 y
1799 se denunció repetidas veces al prior de Imaz, fray Plácido Gutiérrez, y a
fray Félix Peláez, prior de Legarda, por haber roto brazales para regar con
agua del Ebro (en La Vega y en Legarda). En la Real Corte se llegó a abrir un
litigio contra el Monasterio de Irache por esta causa.
Finalmente, se hizo el amojonamiento con
el administrador de la granja de Imaz para señalar lo correspondiente al goce
de las aguas vertientes y el Monte Redondo, según expresan las Concordias que
la villa tiene con el Monasterio de Irache y a causa de las dudas y
dificultades que había sobre el modo de gozar dichos términos, lo que ocasionaba
muchas disputas con el administrador de Imaz, sus pastores y criados.
Un lechonero o porquero cuidaba la piara
de la granja de Imaz, evitando que los cerdos traspasaran los límites de la
propiedad.
Guerra y desamortización del siglo XIX
La casa-granja de Imaz
y la basílica de Legarda tenían posesiones que a raíz de la guerra de la
independencia quedaron a cargo del ayuntamiento al menos durante dos años,
hasta que volvieron los frailes. Durante esos años el terreno se rentó a los mesteros.
Durante la Guerra de Independencia, Manuel La Calle aparece como arrendador de
las tierras de Legarda, y Antonio Ordóñez de las tierras labradías de la granja
de Imaz (1811). El ayuntamiento ajusta posteriormente las cuentas con el
Monasterio.
En 1827, se pagan
al Monasterio por orden del Real Consejo, los frutos que los monjes tenían en Imaz
durante la Guerra de Independencia, y que fueron aprovechados por la villa. Por
las tierras de secano en Beraza se paga a los monjes 62 robos de cereal anuales
generalmente cebada; o moneda: 658,27 reales en 1824. Hay pagos variables entre
1811 y 1833, pero excluyendo los años de gobierno constitucional (1818-1822).
En 1834 se paga lo negado por el gobierno constitucional, los retrasos y lo
impedido de pago por la Guerra Carlista. Después viene la desmortización y
desaparece este censo.
Aunque se habían dado procesos de
desamortización desde el siglo anterior, resultará clave la desamortización de
Mendizábal (1836-1837). Hasta entonces, los terrenos desamortizados por el
gobierno fueron principalmente los pertenecientes al clero regular. En los años
complejos de 1811 a 1836, la granja de Imaz pasó sucesivamente de manos del
Ayuntamiento a manos de los monjes. En 1830 estaba en manos del Ayuntamiento,
pero en 1831 y 1832, estaban al frente los abades. Fray Pedro Briones (1817),
Fray Cayetano Álvarez (1818, 1920), Fray Braulio Cónsul (1823), Fray Ramón
Fernández (1824), Fray Tomás Pérez (1831) y José Martín (1832) son algunos
Priores de la Granja.
Con Mendizábal, la granja de Imaz volvió a
manos del Ayuntamiento de Mendavia, que las arrendó por muy poco tiempo. Con el control territorial de
los isabelinos liberales, hacia finales de 1837, pudo concretarse definitivamente
la desamortización de la granja de Imaz en Mendavia cuando, como premio
y recompensa de sus heroicos hechos de guerra, las cortes españolas se la
condonaron a Martín Zurbano.
Familia de Martín
Zurbano, propietaria
En
la granja de Imaz vivieron el matrimonio de Hermenegilda Martínez Badarán y
Martín desde 1837 hasta la muerte de este en 1845, con las ausencias de Martín
propias de su vida militar. En 1844 Eustaquio Nieto era dependiente y Guarda de
la Granja de Ymas y representaba al general D. Martín Zurbano, en los pleitos
ordinarios por agua, en Mendavia. La bodega, para ese año de 1844, presentaba
un inventario muy limitado: una cuba como de doce cargas de cabida vacía y en
muy mal estado. Dos pipas como de a dos cargas cada una vacías y en muy mal
estado. Dos comportas castellanas viejas. Nueve tinajas vacías de a doce cántaros
de cabida cada una. Un cubetillo viejo. Tres cántaros de barro para agua.
Después
de 1845, la viuda de Martín siguió viviendo en Imaz hasta el 2 de enero de
1861, fecha de su muerte, ocurrida a sus 56 años. Fue sepultada en el
cementerio de Mendavia.
Un par de
situaciones conflictivas son dignas de mención. En 1845, la citada viuda hace
un inventario por haberse procedido al embargo de sus bienes por parte del
capitán general de esta provincia. En el inventario de bienes raíces consta el
arriendo a don Laureano Ibar Navarro del edificio con sus hierbas. Además de
500 robadas adicionales en otros arriendos. León Zalduendo le entrega
formalmente algunos bienes de la granja, una vaca entre ellos, pero no las
tierras. El 19 de diciembre de 1858 se reunió la Veintena, presidida por el Sr.
D. Isidro Vidondo, Alcalde Constitucional de Mendavia, y presentaron una
denuncia contra la viuda del general Zurbano, por impedir conducir piedra de
Imaz a Mendavia. La Veintena, en represalia, acordó no dejar correr el agua por
la Madre llamada de Carraimaz.
Dos años después de la muerte de
Hermenegilda, se conoce por un Pleito Civil Ordinario, en 1863, que Ángel
Ximénez es dueño de la granja de Imaz, y demanda al ayuntamiento sobre el
derecho que tenía a gozar de las hierbas del ejido de la Viñas y prado de la
Melera.
Desde el
fallecimiento de Hermenegilda en 1861, su nieta Milagros mantuvo un pleito por
la granja de Imaz que su abuela había donado al administrador Juan López. La
justicia le dio la razón a Milagros y en 1869 recuperó dicha propiedad. Años
más tarde, la finca de Imaz aparece en venta en El Eco de Navarra (1897 febrero 18). En agosto se publica el
arriendo de sus hierbas. Las propietarias eran María Barbería y hermanas.
Francisco Diez de Ulzurrun, residente en Pamplona, es el anunciante de la
venta. José Modet se encarga del arriendo de hierbas.
Propietario Jiménez y conflictos en torno a las
tierras
En noviembre de
1898 era administrador de la granja de Imaz José María Modet y pidió a la
diputación, en nombre de las propietarias de la granja, el plano general de la
misma. El 16 de abril de 1899, la tía de José María, Agueda Dorotea Narcisa
Mauleón Jiménez, nacida en 1846 en Mendavia, ya viuda, adquirió la granja de Imaz
por escritura otorgada en Pamplona ante el notario Polonio Escola. Pasó más tarde la Granja a su hijo Ángel
Jiménez.
El movimiento de
obreros campesinos crece en el entorno de Mendavia y algunas situaciones de
consideración se dan en relación con la granja de Imaz. En 1912 se tiene
noticia de la cercana sociedad fabril en Lodosa que recolecta una gran cosecha
de patatas y a ella le encargan la recolección de 5.000 robos de maíz en la granja
de Imaz. Se trata de un modelo cooperativista de organización campesina de
Lodosa, pero sin ese tono de denuncia sobre la propiedad con el que aparecerá
después.
La conciencia
política iba en aumento. Y así, en Mendavia, el año 1914, los jornaleros se
organizaron en torno al Centro Obrero (UGT) y a formaciones anarquistas, y
continuaron haciendo roturos, sobre todo en terrenos de los corraliceros y en
la granja de Imaz, exigiendo el reparto de las tierras en manos de los grandes
propietarios. En la granja se cultiva y se crían animales, pero buena parte de
la propiedad permanece inculta. En 1927, Ángel Jiménez, dueño de la granja de
Imaz, ofrece en venta 500 carneros (Diario de Navarra, 30-6-1927 y 5-7-1927). A finales de octubre de 1931, 500 campesinos mendavieses deciden salir a
roturar las corralizas, siendo desalojados por la guardia civil
(Diario de Navarra,
25-10-31). Ángel Jiménez escribe un telegrama el 23-10-1931 a la
Comisión Gestora informando de roturos y daños en sus tierras. Es necesario que
acuda el Gobernador y, en una reunión con la UGT y propietarios, acuerdan la
entrega de los terrenos al ayuntamiento y su posterior reparto, tras el pago
convenido a los corraliceros (ABC, 27-10-1931). Este procedimiento fue interrumpido. En 1936 los jornaleros roturan y
siembran los terrenos de Imaz. Durante la guerra civil, a dos mes de haber sido
tomado el pueblo por los golpistas, el 2 de octubre de 1936, el gobernador de Navarra autoriza al
alcalde Fermín Martínez de Luco y a Máximo García, de la Junta de Guerra, a
apropiarse de unas 700 robadas que habían sido sembradas colectivamente por los
campesinos pobres unos meses antes; para ello reclutan a los hombres del pueblo
más pobres, y a los de izquierda presos en el cuartel, y se les lleva con un
brazalete blanco, a realizar trabajos de recolección (maíz y remolacha,
sobretodo). Algunas mujeres recuerdan haber llevado la comida a sus padres. Fue
trabajo esclavo, no pagado. De los mismos detenidos nombraban encargados de
grupo de trabajo. Los jornaleros detenidos no podían regresar a sus casas:
dormían en Imaz. Se organizó como campo de reclusión y trabajo. Cuentan que el
Jefe de la Falange acompañaba en horas de la noche con el fusil al hombro a dos
de los detenidos para echar el agua desde la Central eléctrica. Hacían el
camino a pie entre Imaz y la Central, en el Río Nuevo. En cierta ocasión,
transcurridos varios días, les hizo el encargo, a ellos solos, de echar el
agua. Al regreso, uno de ellos quiso pasar por la casa de su mujer. Se puso de
acuerdo con el otro para que fuera lentamente y lo esperara en un punto del
camino, antes de llegar a Imaz. Con esa pequeña treta pudo verla esa noche. Lo
recolectado en Imaz ese año se lo quedó la Junta de Guerra. Al poco tiempo, las
tierras de Imaz serían entregadas por los sublevados a su anterior propietario,
el terrateniente Ángel Jiménez. S. M., labrador y falangista destacado, había
ido con un grupo de ellos a pedir reparto. Ángel Jiménez convocó a la guardia
civil, haciéndoles ver lo engañoso de sus promesas. Eso sí, como medida
práctica, a los pocos años empezó a ofrecer algunas de esas tierras a renta.
La Granja pasó del
padre Ángel Jiménez, al hijo Ángel Jiménez, casado con Rosario Palacios. Al
morir trágicamente sus dos hijos varones, la finca pasó a José María Sanz
Pastor (hijo de José Mª Sanz, antiguo rentario de las hierbas del Encimero).
Las tierras y edificios después de 1980
Tras la muerte de
Franco, el gobierno adquirió las tierras de Imaz y las vendió a los campesinos
del pueblo, organizándolas en lotes. El edificio fue adquirido más tarde por
empresarios que instalaron, tras las reformas pertinentes, la Bodega Barón de
Ley.
La granja,
actualmente, se compone de una serie de edificaciones muy transformadas que se
organizan en torno a un espacioso patio cuadrado. De entre ellas destaca una
construida en sillarejo, con muros reforzados por cinco contrafuertes
cilíndricos con remate cónico. Otros edificios nuevos o restaurados completan
la estructura para responder a su uso como Bodega. Resaltan dos escudos del
siglo XVII, uno de comienzo y otro de finales.
Fuera de este
recinto queda un edificio rectangular al que llaman la ermita, que debió de ser
la del patrón San Martín, y un torreón circular de sillería.
MARTIN Y OTROS ZURBANO
(Llegó a mis manos, del propio autor, un
interesante texto sobre el tema. Se trata del escrito inédito de Francisco
Javier Zurbano Cintas. Martin Zurbano y
sus descendientes. A partir de ahí reelaboramos a dos manos, Francisco Javier
y yo, algunas informaciones que había recogido en mi blog sobre el general
Zurbano y los Zurbano de Mendavia, e incorporamos algunos datos genealógicos.
Se agradece cualquier otro aporte que enriquezca el texto, especialmente en
relación con los Zurbano de Mendavia).
Foto: http://www.albumsiglo19mendea.net/cas
ORÍGENES DEL GENERAL ZURBANO
Martín Román Zurbano de Baras, militar
liberal riojano, nació en Varea (pequeña población cercana a Logroño) el 29 de
febrero de 1788, y murió en Logroño el 21 de enero de 1845.
Sus padres y abuelos procedían de Navarra,
concretamente de unos pueblos situados en la comarca de Estella (Desojo,
Genevilla y Arroniz). Sus padres fueron Antonio Zurbano Babari, natural Desojo,
y Gregoria de Baras Martínez, bautizada en la iglesia de San Esteban de
Genevilla el 29 de mayo de 1745. Sus abuelos paternos fueron Martín Zurbano, natural
de Desojo, y Antonia Babari, natural de Arróniz; los maternos fueron Simón
Julián de Baras y Gregoria Martínez de Bujanda, naturales ambos de Genevilla.
Se casaron en la iglesia de San Esteban de Genevilla el 6 de febrero de 1737 y
tuvieron al menos otras dos hijas: María Santos (9/11/1738) y María Teresa
(6/11/1741).
SU VIDA
MILITAR
A los
20 años, Martín se alistó en la partida de Cuevillas para luchar contra la
invasión francesa en la Guerra de la Independencia. Demostró su valentía en un
combate de Sansol, en el que también participaron Espoz y Mina.
Terminada
esta guerra, Martín Zurbano volvió a sus faenas del campo hasta que llegó la
guerra carlista. Preparó una partida isabelina y se lanzó al campo con su gente
(el 15 de julio de 1835).
En 1836
fue nombrado capitán mayor de cuerpos francos y comandante. En 1837 protagonizó
numerosos y arriesgados hechos de armas en la zona de Vizcaya, donde destruyó
las fábricas de plomo que surtían a los carlistas; por ello lo nombraron teniente
coronel.
SUS
ACCIONES EN EL ENTORNO DE MENDAVIA
La Columna
isabelina de la Ribera, con Zurbano al frente, mantuvo cierto control sobre
Mendavia entre los años 1836 y 1838.
El día 13 de julio de 1836, el carlista
Basilio García pasó por el vado de Agoncillo, frente a Mendavia, con 80
caballos y 1250 infantes, hacia Murillo de Río Leza. El capitán Martín Zurbano salió
en su persecuión, apoyado por parte de la brigada de Bernuy.
Diez días más tarde pasaron por el mismo vado unos 1300 infantes y 50
caballos al mando de Batanero y Basilio, en dirección a Murillo y Galilea. A
los pocos días contramarcharon desde Mendavia, y se dirigieron a tomar Oteiza.
Iribarren y Benell los enfrentaron y los hicieron retroceder. El día 14 de
agosto, la columna carlista que había en Mendavia se replegó hacia Los Arcos.
La columna de Basilio también se retiró hacia Baltrojar. Bernuy y Zurbano los
persiguieron. Iribarren los apoyó desde Lodosa en la persecución.
El 29 de diciembre de 1837 atravesó por
el vado de San Martín, frente a Mendavia, aprovechándose de una densa niebla,
una expedición carlista al mando de Basilio García, con 5 batallones y 1
escuadrón, con una pieza de montaña, hacia Corera. El general Segundo Ulibarri
salió en su persecución el día 30, desde Miranda. El 1 de enero de 1838
Ulibarri estaba en Logroño, desde donde se dirigió hacia Ausejo. Basilio iba en
dirección a Soria y llevaba ventaja. A fines de enero las tropas de Basilio fueron
alcanzadas y vencidas, haciendo los isabelinos 200 prisioneros. En febrero, vencidos los carlistas en los
vados de Mendavia y Alcanadre, quedaron cubriendo el Ebro la caballería y la columna
del coronel Zurbano.
SU
FINAL
Terminada
la guerra civil, Martín Zurbano fue elevado al cargo de mariscal de campo y,
aunque se retiró del ejército, volvió para sofocar algunas sublevaciones en
Vizcaya y Cataluña. El general Espartero lo nombró en 1843 teniente general de
los ejércitos y capitán general de Cataluña.
Con la
caída y exilio de Espartero, Martín se refugió en Portugal. Regresó a España,
para encabezar, el 11 de noviembre de 1844, un alzamiento militar con el fin de
restablecer la Constitución de 1837 y devolver el poder al liberalismo
progresista. El punto de encuentro de los alzados era el pueblo de Hormilla, a
6 Km de Nájera, en la Rioja, pero allí solamente se presentaron los miembros de
la Milicia Nacional de Ezcaray. Entonces supo Martín que su aventura estaba
condenada al fracaso. Narváez le ofreció la rendición, pero la rechazó,
manteniéndose en rebelión. Cuando, a los pocos días, aún en el mes de noviembre
de 1844, se encontraba por Montenegro, el coronel Ramón Corres lo persiguió y
alcanzó, logrando que toda la infantería se rindiera y entregara las armas.
Zurbano, con sus dos hijos, su cuñado Juan Martínez, su lugarteniente Cayo
Muro, y seis individuos más, se dieron a la fuga hacia Yanguas. Martín trató de
pasar el Ebro por las inmediaciones de su propiedad en la Granja de Imaz (por
Mendavia).
En una primera captura, uno de sus hijos,
Benito Zurbano, fue fusilado el 26 de noviembre de 1844, junto a Juan Martínez,
Juan Arandia y Joaquín Eguilar. Feliciano, otro de sus hijos, fue fusilado el
30 de ese mismo mes, junto a Baltanás y Paco Hervías. Hay que destacar que
Feliciano no había participado en la revuelta, sino que había sido enviado para
entregarle una carta a su padre. De hecho, fue felicitado por su labor el día
anterior, y solamente unas horas después fue fusilado sin juicio de ningún
tipo. Cayo Muro fue abatido al tratar de escapar de sus captores el 19 de enero
de 1845. Ese mismo día Martín fue capturado y, dos días después, fusilado en
las tapias del convento de Valbuena (Logroño).
No hubo
juicio para Martín, ni se le permitió ver a su esposa. Al parecer, la reina
había escrito un indulto que, deliberadamente, Narváez retrasó. Aun así, el
comandante general Orive se negó a dar la orden de fusilamiento, por lo que fue
sustituido en el cargo. En ese año del Gobierno de Narváez, hubo 214
fusilamientos. Así se reestableció el orden, por la fuerza, en las provincias
de Logroño y Soria. Los restos de Martín fueron enterrados en el cementerio de
Logroño.
SU VIUDA EN LA GRANJA DE IMAZ
Martín se casó en el año 1810 con
Francisca del Saz, vecina de Varea, con quien tuvo cuatro hijos: Felipe
(fallecido en León, el 2 de marzo de 1850), Valentín, María Brígida (fallecida
al poco de nacer) y Feliciano. En 1821, tras fallecer su esposa Francisca,
Martín se casa con Hermenegilda Martínez Badarán, también vecina de Varea,
nacida cerca de 1796. Al año de su matrimonio tuvieron su único hijo: Benito
Zurbano Martínez.
Con el control territorial de los
isabelinos liberales, hacia finales de 1837, pudo concretarse la
desamortización de la Granja de Imaz en Mendavia cuando, como premio y
recompensa de sus heroicos hechos de guerra, las cortes españolas se la
condonaron a Martín Zurbano. Esta finca, con un conjunto de casas, era un
antiguo monasterio que pertenecía desde 1830 al ayuntamiento de Mendavia, tras
la desamortización de ese año. En la Granja de Imaz vivieron Hermenegilda y
Martín desde 1837 hasta la muerte de este en 1845, con las ausencias de Martín
ya reseñadas. Su viuda siguió viviendo
en Imaz hasta 1861, fecha de su muerte; fue sepultada en el cementerio de
Mendavia.
Un par de situaciones conflictivas son
dignas de mención. En 1845, tras la muerte de Martín, su viuda Hermenegilda
Martínez, hace un inventario por haberse procedido al embargo de sus bienes por
parte del capitán general de esta provincia. En el inventario de bienes raíces
consta el arriendo a don Laureano Ibar Navarro del edificio con sus hierbas.
Además de 500 robadas más en otros arriendos. León Zalduendo le entrega
formalmente algunos bienes de la granja, una vaca entre ellos, pero no las
tierras. El 19 de diciembre de 1858 se reunió la Veintena, presidida por el Sr.
D. Isidro Vidondo, Alcalde Constitucional de Mendavia, y presentaron una
denuncia contra la viuda del general Zurbano, por impedir conducir piedra de
Imaz a Mendavia. La Veintena, en represalia, acordó no dejar correr el agua por
la Madre llamada de Carraimas.
SUS HERMANOS
Martín tenía tres hermanos mayores que él:
Justo, que era el mayor, Juan y Tomasa.
Justo se había casado con María Martínez
Martínez de Cabredo el 27 de octubre de 1800 en la iglesia de San Esteban de
Genevilla y tuvieron al menos un hijo, Francisco Zurbano Martínez, nacido el 10
de febrero de 1809 y bautizado en la misma iglesia de San Esteban de Genevilla,
un día después.
Desde 1804 Justo estaba al frente de la
familia y hacienda, una vez muertos los padres. Martín contaba entonces con 16
años y ayudaba a su hermano en las labores agrícolas y ganaderas.
Justo, Juan y Martín aparecen citados en
el Apeo (deslinde) de 1818. Justo era propietario de 13 fanegas de cereal y
27,3 de viña repartidas en 3 parcelas, y era arrendatario de otras 40. Juan era
propietario de 2 fanegas de viña y arrendatario de 47; por último, Martín era
propietario de 2 fanegas de viña y arrendatario de 50. El tamaño de estas
fincas no era lo suficiente para ser considerados grandes propietarios.
Es probable que fuera un descendiente de este
Juan Zurbano, homónimo, si no acaso él mismo (más probable es que fuera un
hijo, pues él tendría más de 50 años en el año de su matrimonio documentado) quien
se casó con Petra Ruiz (matrimonio, San Juan Bautista, Mendavia, 21-3-1841),
padres de Ildefonsa y Valentina Zurbano Ruiz, casadas en primera y segundas
nupcias con Salustiano Peña.
La partida de matrimonio de Juan Zurbano y
Petra Ruiz podrá despejar la duda del parentesco de Juan Zurbano con el general
Martín Zurbano.
Salustiano Peña Subero (hijo de Fermín y
Josefa) se casó con Ildefonsa Zurbano Ruiz (26-9-64, Mendavia). Seis hijos
nacieron en Mendavia: Agueda (5-2-1866) Faustino (15-2-1868), Feliciano
(2-2-1870), Fermín (11-10-1871), Conrado (19-2-1874) y José María (15-8-1876).
Salustiano Peña Subero (hijo de Fermín y
Josefa) se casó, probablemnte, con Valentina Zurbano Ruiz en segundas nupcias.
Se conoce el nombre de un hijo: Gabriel Peña Zurbano, nacido en Mendavia el
18-03-1886, según consta en el Libro de registros de nacimientos (10, 98). Mantengo
como hipótesis la de un segundo matrimonio con la probable hermana menor, pues
Gabriel nació 10 años después.
Se cita en archivos de Mendavia el suceso
según el cual el 30 de junio de 1802 murió ahogado en el río Justo Zurbano, de
16 años, hijo de padres Narciso y Marcelina Pascual de Viana.
SUS HIJOS Y OTROS DESCENDIENTES
Benito Zurbano Martínez nació
aproximadamente en 1822, se casó con Primitiva Ruiz de Escalera y Orcó, y tuvieron
dos hijos: Milagros y Manuel.
Manuel era militar de profesión, en el año
1862 tenía 19 años y estaba como cadete de artillería en Segovia. Milagros
Zurbano Ruiz, nació probablemente en 1844 y falleció el 19 de enero de 1904. Se
casó con Osvaldo Santos y García Herreros. Tuvieron 3 hijas: Emilia, Aurelia y
Petra Santos Zurbano. En 1855 las Cortes, a petición de Sagasta, concedieron a la
viuda de Benito una pensión de 12000 reales.
Desde el fallecimiento de su abuela
Hermenegilda en 1861, su hija Milagros mantuvo un pleito por la Granja de Imaz
que su abuela Hermenegilda había donado al administrador Juan López. La
justicia le dio la razón y en 1869 recuperó dicha propiedad. El 20 de julio de
1886 el senado aprueba una pensión para Milagros Zurbano, una vez fallecida su
madre.
En cuanto a las hijas de Osvaldo y
Milagros, sobre Emilia no se posee información. Aurelia nació hacia 1870 y
falleció el 11 de febrero de 1941. Estaba casada con Miguel de Entrambasaguas y
Corsini. Petra nació en 1873 y falleció el 7 de marzo de 1928. Estaba casada
con Luis Alastuey y tuvieron al menos dos hijos: María Luisa y Alberto Alastuey
Santos. Por nota de prensa se sabe que Petra fue atropellada por una moto en el
Paseo de la Florida, cuando vivía en la calle Fuencarral número 108, de Madrid.
María Luisa se casó con Nicolás Ortega y Jiménez, médico cordobés, en 1923, y no
tuvieron descendencia. Alberto nació el 16 de enero de 1896 en Pamplona, era
militar de profesión. En 1921 era sargento en el Regimiento de Saboya 6 y en
1922 en el cuerpo de Regulares Indígenas de Tetuán. No se conocen sus
descendientes.
OTROS
ZURBANO: DATOS GENEALÓGICOS
Se
conserva un expediente de hidalguía de Jorge Zurbano Crespo del año 1774
localizado en Córdoba por Pablo Camarasaltas. De este expediente y otras
fuentes digitales contrastadas, se concluye que José Zurbano Martínez vivía en
Azuelo y tuvo 5 hijos. Bernardo y Mateo de un primer matrimonio con María Cruz
Martínez de Angustina Chasco. De su segundo matrimonio con Francisca Crespo
tuvo otros tres más, Jorge, Félix y Josefa.
Se
conoce, por los Archivos Municipales de Mendavia, que Juan Joseph Zurbano,
maestro polvorista, fue quien hizo los fuegos artificiales para la festividad
del Patrono Titular San Juan Bautista (1735). ¿Es posible que fuera el Joseph
de Azuelo?
Bernardo,
Mateo y Jorge marcharon a Córdoba allá por 1750 y a partir de entonces se
desarrolla el linaje de las familias Zurbano actualmente en Córdoba y Sevilla.
Uno de los hijos de Jorge fue Blas Zurbano Ramírez, casado con Antonia Monroy
Aguilera, que son los tatarabuelos de Francisco Javier Zurbano, quien reside
actualmente en Sevilla, y ha suministrado varios de estos detalles
genealógicos.
Josefa
Zurbano Crespo se casó en Aras con Juan Acisclo Chasco. Aunque el apellido
Zurbano va desapareciendo, sus descendientes están distribuidos por varios
pueblos de Navarra: Sesma, Allo y Los Arcos.
La rama
de los Zurbano presentes en Mendavia procede de Félix Zurbano Crespo a través
de uno de sus hijos, Jorge Zurbano Sainz, éste se casó con María González
Elvira el año 1726 en Viana. Tuvieron dos hijos Eduardo y Antero Zurbano
González.
Antero
se casó con Francisca Lizuáin en Mendavia el 11 de abril de 1849. Al menos
tuvieron 4 hijos, todos nacidos en Mendavia: Rita, Braulio José, Miguel y
Benita Zurbano Lizuain,
Rita
Zurbano Lizuáin se casó con Santiago Elvira Luri en Mendavia el 16 de diciembre
de 1872. Este matrimonio tuvo al menos cuatro hijos: Facundo Gregorio (nacido
en 1874), Estanislao (nacido el 13 de noviembre de 1877), Juana e Irene Elvira
Zurbano.
Estanislao
se casó con Valeriana Gastón, de Mués. Juana se casó con Severiano Mateo
Ganuza, de Mendavia, y tuvieron varios hijos, entre otros Severo, Julio y
Teresa. Julio fue asesinado en 1936. Julio había nacido el 5/12/1918, y la
familia vivía en la calle San Bartolomé (libro de Registro de nacimientos, 26,
94). Irene falleció en Mendavia en 1967.
De los
otros hermanos de Rita, Braulio José se casó con Angela Suberbiola García en
Mendavia el 13 de junio de 1879. Miguel se casó con María de la O Martínez y
Lodosa en Mendavia el 16 de agosto de 1878. No me consta que tuvieran
descendencia. Benita al parecer permaneció soltera.
Eduardo
Zurbano González, hermano de Antero, también vivió Mendavia, pues allí nacieron
María Leocadia y Joaquina Zurbano Rivas de su primer matrimonio con Bernabea
Rivas Iribarren; y Juana y Rafael Zurbano Vitoria, de su segundo matrimonio con
Isabel Vitoria Etayo. Probablemente a partir de 1877 esta familia se marchó a
Sesma, pues allí nacieron otros 4 hijos.
Así pues, Antero y Eduardo Zurbano
González, dieron origen a las familias Zurbano Lizuain, Zurbano Ribas y Zurbano
Vitoria, que vivieron en Mendavia, de las que se conocen actualmente los descendientes
de Juana Elvira Zurbano, nieta de Antero.
Por
otra parte, respecto a la rama de Ildefonsa y Valentina Zurbano Ruiz, hijas de
Juan Zurbano, el último mendaviés del que se tiene referencia es Gabriel Peña
Zurbano, hijo de Valentina, nacido en 1866.
Antonio
Zurbano Babari, padre del general Martín Zurbano nació en torno al año 1745, y
Jorge Zurbano Crespo nació en 1747, por lo tanto, eran contemporáneos. Puede
conjeturarse que el padre de Jorge (José
Zurbano Martínez) y el abuelo del general (también se llama Martín Zurbano),
pudieran ser familia, hermanos o primos. La cercanía entre los pueblos de Azuelo
y Desojo, hace pensar que dicho parentesco existe. De este modo, se verificaría
que tanto el general Martín Zurbano como los Zurbano de Mendavia, y los Zurbano
Crespo de Sevilla y Córdoba descienden de un tronco común.
FUENTES
Alonso Castroviejo. Citado por F.
Javier Zurbano.
Anónimo. Biografía de Martín
Zurbano. Despacho calle Juanelo 19. Citado por F. Javier Zurbano.
Ángel
Elvira y María Inés Sainz. Martín Zurbano
y Escritos etnográficos… (especialmente para la referencia a Imaz)
Francisco
Javier Zurbano Cintas. Martín Zurbano y sus descendientes. Escritos Inéditos.
(especialmente para datos familiares y genealógicos)
Prensa
histórica del Ministerio del Interior (Boletines de guerra, siglo XIX: para la
referencia al paso del general Zurbano por Mendavia)
Tomás
Martínez Sancho. Blogs personales de la Historia de Mendavia.
Web: familysearch.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)