Los problemas con el agua
En 1721 y en años siguientes, debido a la escasez de
agua se tuvo que sacar las vacas a pastar fuera de los términos de la villa por
no haber hierba (1723). Los años sucesivos se previno esta situación regando
más los pastos del Soto. En 1725, solucionado el problema, cobran 16 reales a
fray Fernando Faido, mayoral de la cabaña del monasterio de Irache, por el agua
que se le dio al ganado de dicha cabaña, al Linte de la muga de Lazagurría.
Si la sequía era un problema, no lo era
menos cuando por inclemencias del tiempo se desbordaban los ríos causando inundaciones,
granizaba o apedreaba, sufrían “airones”, “turbiones”, rayos, etc.
Ya se hizo referencia a las beredas para solucionar los destrozos
de las riadas en puentes y caminos, en incluso en las calles del pueblo y en
diversas edificaciones. En 1707 se inundó todo el Arrabal y las aguas
destruyeron el horno de la tejería. En
1738 y en 1769 el Ebro derribó el corral del Soto Abajo. En 1775 una
considerable crecida derruyó los corrales de los Sotos.
En 1757 llovió tanto que obligó al
ayuntamiento a pedir serenidad, se tuvo que componer la calzada y el paso de la
bajada del Portal, debajo de la casa del Ayuntamiento, porque a causa de las
avenidas se hizo un “ronadero” de forma que no se podía transitar. Le pusieron
piedra en el suelo para evitar males mayores.
Estacadas
Para evitar que el Ebro desviase su
curso comiendo terreno a las heredades de Mendavia, el Ayuntamiento construyó a
lo largo del tiempo varias estacadas, además de la triple estacada en forma de
anfiteatro que se hizo para evitar que las aguas entraran con demasiado empuje
a la antepara del Nuevo Regadío. Cuando el Ebro quitaba terreno de la margen
navarra, depositaba el aluvión en Castilla, lo que se consideraba un grave
perjuicio. Con el fin de remediarlo se realizan las estacadas. Las estacas se
traen del valle de Lana, Corera y Soto del Rey (1700, 1743, 1777). Debe pagarse
aduana para traerlas. Con frecuencia para colocarlas se organizan beredas
(1713, 1716, 1738, 1745). Con ellas se pretenden proteger distintos sotos: el
de Arrúbal (1717), soto Cruz (1738,
1770), el de la Salceda y el Cascarral (1745), la Veguilla (1773). La estacada más
costosa fue la de 1785 con un precio de 5.494 reales. Tal vez incluyó el muro
de argamasa en la embocadura del nuevo regadío para mejorar la entrada de agua.
Rogativas
En la tradición religiosa de la época,
ante la escasez de agua de lluvia beneficiosa para las plantaciones se acudía a
procesiones con los santos. En agradecimiento por las lluvias, se contrata un
padre predicador y se hace procesión general a Ntra. Sra. de Legarda. En
ocasiones las rogativas daban demasiadas lluvias. Esto ocurrió en 1757, primero
pidieron lluvias y más tarde celebraron misa cantada y procesión pidiendo
serenidad por las muchas aguas que se experimentaron en el mes de agosto de
dicho año. Otro año, ante la plaga de pulgón y cuquillo en los habares, deciden
hacer procesión general con Ntra. Sra. de Beraza y San Juan y bendecir los
campos con el agua de San Gregorio.
La rogativa incluía novena de misas,
procesiones (desde las ermitas a la iglesia), salves y luminarias. Hacen
rogativa a la patrona Ntra. Sra. de Beraza (1699, 1700, 1702, 1705, 1706, 1710,
1712, 1713, 1716, 1724, 1727, 1754, 1764, 1767, 1798), a Ntra. Sra. de Legarda
(1712, 1716, 1717, 1721, 1724), al Cristo de Ntra. Sra. de Legarda (1706, 1772),
al Santo Cristo de Beraza (1713, 1754), al patrono San Juan Bautista (1717,
1731, 1774), a Ntra. Sra. de Nieva (1774). En ocasiones se incluyen “los Santos
Pasos”.
Aunque no es muy frecuente su mención,
durante este siglo XVIII se introduce en Mendavia la devoción a Ntra. Sra. de
Nieva. Su imagen fue venerada durante algún tiempo, más tarde desapareció la
devoción y la imagen. En Dicastillo dicen que la imagen de la Virgen de Nieva
que es patrona del pueblo era de Mendavia.
La rogativa de mayo de 1764 a Ntra. Sra.
de Beraza ilustra sobre los gastos y los modos de organizar las procesiones. Había
caído “piedra” el año anterior y piden por las cosechas venideras. El
ayuntamiento paga por las misas y la cera de las velas. Se obliga a la asistencia
organizando cuadrillas para su control. La inasistencia se multa con un máximo
de 1 real. En otras ocasiones el cabildo eclesiástico decide hacer gratis las
misas y que el pueblo pague la cera. Un año se distribuyeron los gastos de 132
reales entre el pueblo, el cabildo civil y el cabildo eclesiástico a partes
iguales. En 1792 gasta el ayuntamiento 370 reales en rogativas.
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