Arruinada en la guerra con Castilla y
reducida su población a la décima parte, el rey sucesor de Carlos II, Carlos
III de Navarra, el Noble, de carácter pacifista contrario a su padre, dio la
villa de Mendavia a Diego López de Estúñiga y su descendencia (1394). Esto
incluía el ejercicio de la justicia, las pechas y rentas. El Rey retuvo los
derechos reales y la soberanía, pues Diego López de Estúñiga era justicia mayor
del Rey de Castilla. Las pechas de las que se pagaba a algunos escuderos fueron
tomadas desde entonces de otras villas, pues las de Mendavia pasaron a los
Estúñiga.
En 1423, Carlos III comunica al tesorero
del reino y al guarda de sus cofres que ha concedido gracia y remisión perpetua
al alcalde, jurados y concejo de la villa de Mendavia (17 de septiembre 1422)
de 25 robos de trigo y 25 de cebada. Esta remisión se refiere a la deuda anual
de “algoriage, de cambrage o veinteno”, impuesto establecido del 5% (uno de
veinte) sobre ventas o propiedades.
Agramont y Beaumont
La política de Carlos III de dividir el
reino en pequeños señoríos preparó la guerra entre agramonteses y beaumonteses.
Asignó el señorío de Lerín a su hija dona Juana, y el principado de Viana a su
nieto Carlos, entre otras reparticiones. Luis de Beaumont se casó con Juana
pasando a ser primer conde de Lerín, en 1424. Mendavia pierde la posibilidad de
ser buena villa, de hidalgos sin impuestos, y en ese contexto de crisis se
convierte en señorío privado, advirtiéndose a partir de entonces un ligero
repoblamiento.
Reinando ya doña Blanca (hija de Carlos
III) y Juan II de Aragón, en 1429 se hicieron obras importantes en la torre
mayor de Mendavia, se construyeron garitas en las otras torres y se rehizo la
muralla en varias partes. Al año siguiente, con motivo de la guerra con
Castilla, llegaron a guardar la fortaleza 27 hombres de armas y 51 ballesteros,
a las órdenes del propio Diego de Estúñiga. Johancoxe de Luxa, escudero y
capitán de Mendavia, recibió 69 libras y 3 sueldos para las provisiones de vino
y cebada.
En julio de 1430, los reyes hicieron
donación del señorío en favor del alférez Carlos de Beaumont, previa
confiscación a los Zúñiga, que se pasaron al servicio del monarca castellano.
De los pueblos vecinos deben traer provisiones a los soldados. Los de Larraga
entregan 24 cahíces de harina y 14 cargas de vino. Y meses más tarde agregan
225 carapitos de vino y 30 cahíces de cebada. El alcalde de Los Arcos les lleva
7 robos de harina y 10 carapitos de vino. Todo conforme a la ordenanza real. El
rey Juan II vuelve a confiscar la villa (1432) para entregarla al conde de Lerín,
Luis de Beaumont. García Ortiz es nombrado alcalde de Mendavia en 1434.
Al morir doña Blanca en 1441 la corona
recaía sobre el príncipe Carlos, pero Juan II, su padre no renunció al trono.
Navarra se dividió políticamente entre agramonteses, con Juan II, y
beaumonteses, con el príncipe Carlos. La guerra destroza Navarra. El conde de
Lerín encabeza la facción de los beaumonteses. Aunque en la Ribera predominan
los agramonteses, Mendavia, bajo la tutela del conde de Lerín, es beaumontesa y
apoya al de Viana. Por supuesto, quienes son beaumonteses son los nobles e
hidalgos, pues los labradores no entran en estas cuestiones. Don Luis de
Beaumont encerró en la cárcel Ciega de Mendavia a los jefes de Santa Cara y
Caparroso. Sancho Vergara, señor de San Adrián y preso también, consiguió la
mediación del presbítero Martín Miguel que permitió librarlos a todos a cambio
de oro.
El rey confiscó los bienes de Don Luis en
1450. En la batalla de Aibar, en 1451, cayó prisionero y permaneció como rehén
hasta 1460. En 1450 Juan II mandó restituir a Iñigo de Estúñiga en Mendavia; no
obstante, el Conde de Lerín se apoderó de ella. La villa padeció nuevos saqueos
y atropellos por parte de los castellanos. Don Luis de Beaumont hace la guerra
a Juan II y los rebeldes beaumonteses apresan en 1462 al criado de Juan
II, Ramiro de Aguilera, en la fortaleza
de Mendavia. Juan II mandó que el tesorero pagase el rescate por él.
El príncipe Carlos murió en 1461. Su
hermana mayor y heredera del trono, la princesa doña Blanca de Navarra,
repudiada por su esposo Enrique IV de Castilla, perseguida por su padre Juan II
para darle muerte y traicionada por su hermana Leonor, llegó a refugiarse hacia
1460 en el palacio del conde de Lerín, don Luis de Beaumont. Estuvo finalmente
prisionera en Francia, donde murió.
A esta época se refieren ciertos relatos
legendarios sobre su presencia en Mendavia, y la casa donde se alojó, cuya
ubicación da origen al nombre de una antigua calle en el Arrabal. La fuente
principal de estos relatos es la novela decimonónica Doña Blanca de Navarra, la princesa de Viana. Crónica del siglo XV
(Madrid 1846). Se trata de una novela romántica escrita por el vianés Francisco
Navarro Villoslada. El contexto que desarrolla corresponde a la realidad
histórica comprendida entre finales de 1461 y 1463. Considerada la invención
novelesca del nombre de los personajes y la trama, es de interés la referencia a
judíos conversos en la región, la descripción de la choza del arrabal de
Mendavia con uvas blancas en su techo, (“bajo el frondoso toldo de pámpanos y dorados
racimos que coronaba
el pajizo techo de la cabaña”), el
trabajo de la mujer con el lino en la rueca, la mención de una torada paciendo
en una pradera camino de la ermita de Nuestra Señora de Legarda, la presencia
de un fraile de Irache en los contornos de la ermita, el posible nombre de
judío Samuel, los nombres de Fortuño y Jimeno como propios de la región, y una
nota sobre la población del momento: “No hacia mucho tiempo que la villa tenia doble
número de habitantes; pues, amen de los nobles, pasarian de mil los labradores; pero la guerras intestinas en que estaba
ardiendo el reino de Navarra, asolaron de tal manera á Mendavia, que los vecinos pecheros
quedaron reducidos á diez, y estos muy pobres” (sic). Si bien se trata de
una novela escrita en el siglo XIX, deben valorarse –con precaución- estos
datos que aporta sobre el siglo XV. En todo caso, refleja bien la crisis de la
que se habló con anterioridad.
Luis de Beaumont, segundo conde de
Lerín, a la muerte de su padre en 1462 heredó sus títulos y posesiones. En 1464
el conde depuso las armas y se sometió a Juan II de Aragón. Habiendo
pertenecido Mendavia a los condes de Nieva (Estúñiga),
éstos solicitaron que se les reintegrase y se mandó así por los reyes doña
Catalina y don Juan de Albrit (1469).
Poco a poco el conde se puso a favor de
Fernando II de Aragón, por lo que Leonor de Foix, nueva regente de Navarra,
acabó declarándolo en rebeldía el año 1472. La paz de Pamplona y Orthez (1493)
permitió la coronación de los reyes de la casa de Albret. El conde no tardó
mucho en tomar de nuevo las armas, pero fue derrotado en 1495, tras lo que
buscó el amparo de su cuñado Fernando II de Aragón en Castilla, donde éste le
concedió el Marquesado de Huéscar.
En 1495, Mendavia contaba con 82 vecinos
cristianos y 3 judíos. Éstos tenían un pequeño cementerio cerca de la actual
plaza de los fueros. La expulsión de los judíos españoles a partir del Decreto
de los Reyes Católicos de 31 de marzo de 1492 no tuvo repercusión en Navarra.
De hecho, fue en Navarra donde se refugiaron muchos de los judíos castellanos
expulsados como consecuencia de dicho decreto, de acuerdo a la política
desarrollada por los reyes navarros, Juan II de Albret y Catalina de Foix. Sin
embargo, ante las constantes presiones ejercidas por los monarcas castellanos,
los monarcas navarros decretan la expulsión de los judíos el año 1498. La mayor
parte de los judíos navarros prefirió convertirse a la fe cristiana y
permanecer en su casa al frente de sus negocios aunque algunos marcharon al
exilio.
La hermana menor de Blanca, Leonor,
asumió el trono, y con ella pasó a la casa francesa de Albret. En 1500, el
nuevo rey Juan de Albret restituyó sus derechos al II conde de Lerín, por lo
que Mendavia quedó bajo su señorío, pero de nuevo en 1507 volvió a las
andadas. César Borgia, obispo de
Pamplona, posteriormente cardenal, y casado con Catalina de Albret, hermana del
rey, dirigió la guerra contra Luis de Beaumont. En 1507 César Borgia cayó
muerto en los campos de Mendavia. Sin embargo Luis fue derrotado y desterrado a
Aragón, donde murió. Y los condes de
Nieva, doña Francisca de Estúñiga y don Antonio de Velasco, biznietos de don
Iñigo, volvieron a ser dueños de las pechas y jurisdicciones de la villa de
Mendavia.
En 1508, la Reina Catalina I pasó
órdenes para que se le suprimieran al segundo conde de Lerín, títulos, tierras,
rentas y bienes. Otro Luis de Beaumont, tercer conde, en 1508, con los bienes y
cargos paternos confiscados, lideró al bando beaumontés. Fernando II de Aragón
pidió en 1509 su perdón. No lo consiguió, pero le concedió las rentas de la
Corona de Navarra en Aragón hasta que recuperara su patrimonio.
Tras la conquista de Navarra por
Castilla, en 1512, Mendavia fue restituida finalmente al condado de Lerín. En
1513, Luis de Beaumont, tercer conde de Lerín, recibió, por su colaboración en
la conquista de Navarra, la restitución de sus antiguos estados y posesiones,
entre los que estaba Mendavia. El 7 de julio de 1515 las Cortes de Castilla reunidas
en Burgos, sin ningún navarro presente, anexionan el Reino de Navarra al de
Castilla. A la muerte de Fernando de Aragón, el nuevo rey, Carlos IV de Navarra
(I de España), se comprometió a respetar los fueros del reino.
Los reyes en el exilio, de la casa de
Albret, intentaron reconquistar Navarra en 1516. El Cardenal Cisneros decretó
demoliciones de muchas fortalezas navarras en 1516 y 1521, preparando campañas
de fácil ocupación en caso de ser reconquistadas. La torre de Mendavia
sobrevivió, tal vez por pertenecerle el conde de Lerín.
En 1521 tuvo lugar un alzamiento
generalizado en toda Navarra, incluyendo las ciudades beamontesas, al tiempo
que un ejército navarro-gascón que vino por el norte, consiguió reconquistar
toda Navarra. Pero, en vez de consolidar la victoria, el ejército
navarro-gascón quiso entrar en Logroño sitiándolo, lo que hizo que el ejército
castellano se reorganizara y recuperara Navarra. Fracasado su intento de
reconquista, Navarra quedó unida a la corona de Castilla, a partir de 1521.
Pero no perdió su independencia. Mantuvo sus cortes propias, su Consejo del
Reino, su tribunal de Comptos, con su régimen foral privativo y sus
instituciones. Hasta la Ley paccionada de 1841. El régimen feudal no había cambiado. Mendavia
seguiría pechando al condado de Lerín. En 1530 heredó el condado otro Luis de
Beaumont, cuarto conde. Su padre se lo otorgó en testamento “en la devota casa
de Nuestra Señora de Legarda, cabe Mendavia”.
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