Pechas al Monasterio de Irache, por el censo de Mende la Vieja
Adicionalmente, se pagaban 62 robos de
trigo por el censo de las tierras pertenecientes a la Iglesia de san Andrés,
antigua parroquia de Mendavia, dependiente del Monasterio de Irache, junto con
Imas y Legarda. Los vecinos pagaban al tesorero del ayuntamiento sus robos
respectivos de trigo y el ayuntamiento se encargaba de llevar los 62 robos al
Administrador o al Prior de la Casa y Granja de Imas. Los pagos de los vecinos
se llevan en libro aparte.
Primicias, diezmos, libros de tazmías y graneros
El cereal recaudado por el Ayuntamiento
de las rentas de las tierras se guardaba en el granero de la villa. En 1723 se
hizo un pequeño gasto para reparar este granero. En la villa había otro órreo particular (“de la iglesia” o “de
Mende la Vieja”) en el que entraba toda la primicia y la mitad del diezmo de
Mende la Vieja. Esos frutos los percibía el señor Abad de Irache. La mitad
restante de diezmo de Mende la Vieja entraba en el órreo común.
Existían en las parroquias los llamados
libros de tazmías en los que se recogían los pagos de diezmos y primicias a la
Iglesia y el modo de distribución de tales impuestos. Tazmía es, en
una de sus acepciones, la distribución
de los diezmos entre los beneficiados de ellos. Los libros se establecieron
como obligatorios a partir del Concilio de Trento, pero su apertura efectiva en
las parroquias tardó algún tiempo. Sólo en el siglo XVII comenzaron a llevarse
estos libros y no con excesivo cuidado.
El diezmo era una prestación en especie
que los fieles pagaban a la Iglesia. Consistía en cierta parte, generalmente la décima, de los frutos
obtenidos en la labranza de los campos y crianza de animales. Se diezmaba de
los cereales básicos (trigo, cebada, centeno y avena) con sus diversas
variedades. De las legumbres, sobre todo habas y alubias, aunque también
arvejas y garbanzos. Se diezmaba de vino, oliva, frutos secos, de todo tipo de
producto hortícola (ajos, cebollas, zanahorias, puerros y nabos), de lino y de
cáñamo.
La norma común era que de los cereales
principales y del vino siempre se diezmase. De las especies de cultivo
secundario, se diezmaba en especie, en dinero o estaban exentos. El ganado
también diezmaba, aunque existían muchos lugares donde estaba exento. Los
animales de corral (aves y ganado menudo) acostumbraban a no pagar diezmo. La
introducción de nuevos cultivos, como la patata y el maíz, y su contribución al
diezmo trajo múltiples contrariedades que los Sínodos de Obispos quisieron
solventar.
Era frecuente encontrar heredades que no
diezmaban ni pagaban primicias o que se resistían a hacerlo. Esto ocurría con
ciertas propiedades del monasterio de Irache. En 1798 existe una causa en el
Tribunal Eclesiástico contra el Monasterio de Irache, por las Primicias de
Mende la Vieja.
El primiciero se encarga de recoger las
primicias. El mayordomo se encargaba de custodiar el granero. Los dos cabildos
(eclesiástico y civil) se ponían de
acuerdo para el nombramiento de primicieros y mayordomos. En Mendavia, el 10 de
enero de 1747, en presencia de los dos cabildos, eclesiástico y secular,
nombran primiciero a Blas de Urquizu, con el salario de 20 ducados.
Sobre el resto de la producción, no
sujeta a pecha abadial, la autoridad civil se encargaba de recolectar los
frutos de diezmos y primicias y llevarlos al órreo común. A partir de la
segunda mitad del siglo XVIII, el diezmo fue considerado como un tributo más
que favorecía la riqueza pública y no sólo a la Iglesia y, por tanto, era el
que permitía mantener al clero, sostener el culto, socorrer a los pobres,
aliviar las necesidades en tiempo de calamidad y ser un asidero de la tierra o
el rey cuando lo reclamasen. Al órreo común entraba, y del órreo común salían
tales gastos. Con los diezmos se atendía al
sostenimiento del culto y clero. Además,
se ayudaba a ciertos
establecimientos de educación o se
empleaba con fines de asistencia social. Así aparece reseñado en los capítulos
de cargas y reparto de las tazmías anuales. Los vecinos de Lodosa y Sesma
también pagaban el diezmo de las tierras que arrendaban en Mendavia.
Desde antiguo hubo problemas por el
diezmo. En 1703, el Sr. Obispo y el Abad de Irache intentan poner un pleito
sobre los diezmos de pollos y ganado de cerda de Mendavia. En 1756 el Cabildo
Eclesiástico mantiene un pleito contra al Obispado de Pamplona en relación con
los diezmos de trigo, vino, olivas y todo género de frutos y hortalizas que se
recogieren; además de árboles frutales, trigo, cebada, garbanzos, alubias,
habas, arvejas, hortalizas, cáñamos, linos y otros granos y semillas, recogidos
en las tierras del Nuevo Regadío. Se pide que se paguen sin excepción, de diez uno; y lo que vendieren en verde o en
seco, que paguen el diezmo en dinero. Con pena de excomunión para quien no
diezme.
Un diezmo importante en Mendavia es el
de los corderos. El 9 de mayo (San Gregorio) de 1776, sirva de modelo, se
recogen como diezmo 315 corderos. El reparto se hace así: Primero, se asigna
uno al Abad de Irache y dos para el Mayordomo del Cabildo (Lino Ordóñez). Del
resto, para el Obispo una cuarta parte, 78. Quedan 234. La mitad de éstos para
el Abad de Irache, 117. A cada uno de los siete beneficiados, 15 corderos, son
105. Quedan 12. 7 corderos y medio al
Beneficiado de media ración. Quedan 4
corderos y medio que no se explica a dónde van. Componen el cabildo
eclesiástico en esa fecha Lino Ordóñez, José Rodríguez, Pedro Herce, Ramón
Carasa, Juan Antonio Zalduendo, Joaquín Irigoyen y Miguel Ángel Pascual (1776).
El año 1780 entra maíz por primera vez
en el diezmo. En 1780 se usa la palabra
ilarza para designar el conjunto de lino y cáñamo. La medida del lino y cáñamo
se hace en gavillas de veinte manojos. 200 veinte significa 200 gavillas de
veinte manojos. Ezcandia (escandia o espelta) era una variedad de trigo
que se
daba como pienso a las caballerías.
Ese año entraron en el órreo de la
iglesia: trigo, 2.760 robos; cebada, 1.284 robos; centeno, 146 robos; avena,
224 robos; ezcandia, 30 robos; habas, 30 robos; alubias, 4 robos; arbejas, 8
robos; sal, 50 robos; ilarzas; 200 veinte (de cáñamo y lino).
En 1787 el Prior de Imas reseña como
ingresados en el órreo de Mende la Vieja: trigo, 251 robos; centeno, 40 robos;
cebada, 126 robos; habas, 25 robos; arvejas, 2 robos; lino, 35 veinte (35
gavillas de veinte manojos); cáñamo, 15 veinte. Y el Prior de Legarda indica en
1786: trigo, 220 robos; cebada, 60 robos. Y en 1787: trigo, 205 robos; cebada,
120 robos; habas, 17 robos. Además de habas, en el año 1797 entró en el órreo
de la iglesia un cuartal de garbanzos; repartieron un almud para el Obispo y
almud y medio para el abad de Irache; el resto se lo quedó el Mayordomo, por
impartible.
Además del aporte al Monasterio de
Irache, en 1782 hay datos precisos sobre otro impuesto: al repartir el diezmo,
se apartaron 8 robos y 10 almudes de trigo para el arcediano de Santa Gema.
El
impuesto eclesiástico de los diezmos y primicias perdió vigencia en
Navarra al promulgarse la Ley
Paccionada o Pacto-ley, de 16 de
agosto de 1841. Por esto, presumiblemente, el Libro de Tazmías termina con
la relación de ese año. La Ley Paccionada disponía en su artículo 26: "La dotación del culto y clero en
Navarra se arreglará a la ley general y a las instrucciones que el Gobierno
expida para su ejecución". En España, el diezmo como obligación
legal-civil se suprimió por la Ley de 29
de Julio de 1837.
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