viernes, 10 de marzo de 2017

Primera guerra carlista en Mendavia


Imagen toamda de http://hispaniareypastor.blogspot.com/2015/05/12-mapa-la-primera-guerra-carlista-1833.html

La primera guerra carlista                       

En 1833 muere Fernando VII de España. Su esposa María Cristina es regente por la minoría de Isabel II, de tan solo 3 años.  En Navarra se dividen las posiciones sobre la sucesión real. La Diputación proclama a Isabel I (II de España) como reina. Otros apoyan a Carlos de Borbón. Es la primera guerra carlista (1833 - 1840). Los levantamientos carlistas son paulatinamente sofocados por el ejército liberal. Se trataba de una guerra de guerrillas limitada a dominar pequeños enclaves estratégicos. Es en la merindad de Estella donde tienen lugar acciones importantes y donde destaca Zumalacárregui como estratega militar.
La actitud mayoritariamente favorable de la Iglesia al absolutismo causa que la mitad de los 64 obispados españoles estén sin cubrir y cuatro obispos estén exiliados en 1834.
En 1835 Mendizábal es nombrado Jefe de Gobierno. Se disuelven todas las ordenes religiosas, excepto las hospitalarias, por su apoyo al carlismo. En 1836 se decreta la desamortización, ordenando la venta de los bienes de las ordenes religiosas disueltas; y se suprime el pago de diezmos y primicias. Luego dimite Mendizábal como Jefe de Gobierno al enfrentarse con la Reina Regente Mª Cristina. Un motín popular obliga a Mª Cristina a restablecer la Constitución de 1812. En 1837 se promulga una nueva Constitución española. Sólo un 2,2% de la población son electores.

La guerra carlista en Mendavia

Los años 1833 y 1834, al comenzar la guerra, Mendavia no entrega la partida del censo al Duque de Alba. El grano se empleó para raciones de las tropas isabelinas.  La guerra de los Siete Años mostró su horrible rostro en Mendavia. La enfermedad del cólera se hizo presente en 1833 con más de 100 muertos en un mes. No hay referencias de arreglos en la escuela ni de maestros contratados en todos esos años. Hay nueve muertos por violencia, cuatro ahogados, dos cuerpos de vagabundos encontrados congelados, dos soldados muertos en los campos. 
En el año 1836, Mendavia es utilizada para el suministro de paja de las tropas isabelinas.
Con el control territorial de los isabelinos liberales, hacia finales de 1837, pudo concretarse la desamortización de la Granja de Imas en Mendavia.

Movimientos militares casi permanentes:

El 9 de julio de 1834 se instala en Mendavia el cuartel general contra los carlistas de Zumalacárregui. Se reúnen los tenientes generales marqués de Moncayo y D. José Ramón Rodil, encargándose éste del ejército de operaciones del Norte, junto con una fuerza de Portugal. El plan de Rodil es atraer a los carlistas hacia el Ebro. Mientras sus tropas van hacia Vitoria, el general, desde Mendavia, dirigió una proclama a los navarros. Luego se encamina a Estella. 

El 19 de agosto de 1834 la caballería carlista sorprende en Viana a la realista de la columna Rodil, mandada por el Coronel Amor y se produce un enconado combate con grandes pérdidas en ambos bandos. A fines de septiembre se dan a la retirada el coronel Amor y el brigadier Marcilla con sus hombres, desde Sesma hacia Mendavia, tras verse en inferioridad frente a los carlistas. Pasan las tropas por Mendavia y al menos unos cántaros de vino se llevan (Audiencias, 1835). Otros de sus contingentes huyen hacia Lodosa. El ejército isabelino al mando de José Ramón Rodil, tras su desafortunada campaña realizada durante el verano de 1834, tratando de destruir las tropas de Tomás de Zumalacárregui y apresar al pretendiente Carlos de Borbón, había quedado muy disminuido de fuerzas a finales de septiembre de 1834. Rodil fue destituido y encontrándose en Pamplona, recibió el 28 de septiembre de 1834 la orden de entregar el mando.

En abril de 1835, de nuevo son los llanos de Sesma y Mendavia lugar de reto entre los ejércitos de D. Juan y de Isabel. Pero no entran en acción. El mes de diciembre el general carlista  Iturralde ocupa con 12 batallones Los Arcos y Mendavia, para vigilar los movimientos de los isabelinos.

En febrero de 1836 cruzan el Ebro dos compañías de infatería (200 hombres) y 60 caballos de los carlistas. Están comandados por un canónigo de Sigüenza, Vicente Batanero. Salieron desde Oñate, pasaron por Sesma y se dirigieron a Guadalajara. Pasaron el Ebro por el vado de San Martín en el Soto de Mendavia entre Arrúbal y Agoncillo. Se enfrentaron con patrullas realistas que, con débiles fuerzas, se ven derrotadas. Los carlistas mataron a dos e hirieron a varios. Se llevaron prisionero al oficial Torres. El uniforme carlista es capote gris, pantalón rojo, boina azul con borla blanca. A los soldados les dieron un duro y un escudo de latón en el pecho con un una leyenda: Virgen Santísima, protégenos. Los de caballería llevan capotes colorados. Días después varias columnas y tropas isabelinas los acechan.

El 8 de junio regresa a Mendavia, desde los Arcos, la columna de la Ribera, compuesta por  800 infantes y 400 caballos. A las siete de la mañana del día siguiente la columna partió para Lodosa con un convoy de paja. El día 18 sigue en Lodosa. En la tarde vuelven a ocupar Mendavia, y a las siete y media de la mañana del 19 parten para Lodosa con más de 100 cargas de paja. El 22 vuelven a Mendavia y a las 3 de la tarde parten para Sesma por Lerín, y una partida con paja hacia Lodosa.

El día 13 de julio de 1836, el carlista Basilio García pasó por el vado de Agocillo frente a Mendavia con 80 caballos y 1250 infantes, hacia Murillo de Río Leza. El capitán Martín Zurbano sale en su persecución, apoyado por parte de la brigada de Bernuy. El 23 de julio pasan  por el vado unos 1300 infantes y 50 caballos al mando de Batanero y Basilio en dirección a Murillo y Galilea. A los pocos días contramarchan desde Mendavia, y se dirigen a tomar Oteiza. Iribarren y Benell los enfrentan y les hacen retroceder. El día 14 de agosto, la columna carlista que había en Mendavia se repliega hacia Los Arcos. La columna de Basilio también se ha retirado hacia Baltrojar. Bernuy y Zurbano los persiguen. Iribarren los apoya desde Lodosa.

En enero de 1837 el coronel carlista Conrad (mercenario a quien sus hombres llamaban padre)  vaga de Larraga a Mendavia con 6 batallones y 3 escuadrones polacos, exigiendo a los pueblos raciones con amenaza de incendio y saqueo. 

En mayo de 1837 el general Iribarren envía una columna de infantería y 900 caballos sobre Mendavia y alrededores para observar al enemigo carlista. El 15 de junio dos batallones de Navarra y 3 escuadrones carlistas atraviesan el Ebro por Mendavia y sorprenden a 35 nacionales que se llevan prisioneros. Su objetivo era llamar la atención sobre Espartero, que amenazaba Estella.

En agosto, el comandante de la primera division de la Ribera lleva a Mendavia más de 1000 robos de trigo, mucha cebada y 300 cabezas de lanar para obligar al pueblo a pagar raciones que debe al ejército. Cinco hombres de la partida de Alcanadre que habitaban en Mendavia son aprehendidos con caballos y armas. Unos 30 más son sitiados en la iglesia. Los isabelinos los detienen porque habían interceptado varios correos llevándolos a Estella.

El 29 de diciembre de 1837 atraviesa por el vado de San Martín, frente a Mendavia, aprovechándose de una densa niebla, una expedición carlista al mando de Basilio García, con 5 batallones y 1 escuadrón, con una pieza de montaña, hacia Corera. El General Segundo Ulibarri sale en su persecución el día 30, desde Miranda. El 1 de enero de 1838 Ulibarri sale de Logroño hacia Ausejo. Basilio va hacia Soria y lleva ventaja.  A fines de enero las tropas de Basilio han sido alcanzadas y destruidas, atrapando 200 prisioneros.  En febrero, escarmentado el enemigo en los vados de Mendavia y Alcanadre, dejan cubriendo el Ebro a la caballería y la columna del coronel Zurbano.

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